Por qué votan como votan… los que votan: Argentina en el tobogán hacia el desastre
“@Pontifex_es, a vos que te gusta la MIERDA de la justicia social, sería bueno que arranques repartiendo a los pobres las riquezas del Vaticano”. ENEMIGO DEL BIENESTAR. Tenía que ser PERONCHO ZURDO”
Javier Milei (Junio 2017)
“TOMÁ potato (@Pontifex_es) …!!! Andá a buscarla al ángulo zurdo cultor del modelo basado en el odio, la envidia y el resentimiento…!!! La basura de Chávez tenía un visión del dinero muy parecida a la tuya… y mirá el desastre que ha causado… Sos una laKra empobrecedora”.
Javier Milei (agosto de 2018)
“Dedicado a vos @Pontifex_es zurdo hijo de puta que andás pregonando el comunismo por el mundo. Sos el representante del maligno en la casa de DIOS. ¡VIVA LA LIBERTAD CARAJO!”.
Javier Milei (Septiembre 2018)
“@Pontifex_es zurdo sos un sorete mal cagado… siempre del lado de los asesinos empobrecedores si son rojos (…) Sos el representante del maligno sentado en el Trono de la Casa de DIOS”
Javier Milei (enero del 2019)
@Pontifex_es el Twitter/x oficial del Papa Francisco.
El domingo 13 de agosto hubo buen tiempo en prácticamente todo el territorio argentino; sin embargo, los solcitos de esos 3.694 kilómetros de extensión continental de Norte a Sur no invitaron a votar, las ganas de quedarse un rato más en la cama, comer un asadito, un sándwich, alguna empanada, o de no hacer nada… fueron más fuertes. Fue la expresión de un tiempo en que las decepciones convirtieron a las urnas en cajas vacías, en el que las boletas partidarias no constituyen la herramienta de la esperanza de transformar la realidad en beneficio de las mayorías.
Y se produjo la hecatombe. Esta misma columna, días antes de las primarias presidenciales,aventuraba un horizonte que se columpiaba “entre el cadalso y el abismo”, en el que el escenario de la horca lo ocupaba el liberalismo macrista y el precipicio parecía la perspectiva para el candidato-ministro de un gobierno con 10 por ciento de inflación promedio mensual a lo largo de un año… Sin embargo, aquel domingo sin motivación sufragista lo rompió todo y, a menos de dos meses de las elecciones generales, el cadalso lo ocupó un ultramercadista antiderechos, descreído de los pactos sociales de las mayorías argentinas comprometidas con el respeto a la democracia, el Nunca Más a las dictaduras, la inclusión social y la tolerancia de las diversidades de cualquier orden, incluso el religioso: Javier Milei.
Al día siguiente de ese alud, cuya potencia no avizoró ni el propio “anarcolibertario”, comenzaron los análisis (hasta el hartazgo) sobre lo que había sucedido. Esta crónica tampoco escapa a dicha tentación; aunque se interesa más por el electorado (?) que por el votado y pidiéndole prestado el título a Juan Sasturain, hasta podría llamarse “Manual de perdedores”(1).
Los numeritos del deseo
Otra búsqueda de los “analistas” políticos, empujados, claro, por las necesidades de sus contratantes, es la de nichos en los que cada fuerza podría picotear nuevos votos con miras a las generales del 22 de octubre próximo. Hay que recordar que ese día, si ninguna de las candidaturas alcanza el 45 por ciento de sufragios positivos o 40 por ciento y 10 puntos de diferencia, las dos primeras pasan a una segunda vuelta a desarrollarse el 19 de noviembre. Esa doble alternativa, también llamada “ballotaje”, es hija del Consenso de Washington, tributario del FMI, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que, además de impulsar las políticas liberales, antiestatistas y privatizadoras en Latinoamérica y el Caribe, impuso criterios jurídicos afines a los intereses de las corporaciones transnacionales y diseñó un modelo electoral que subiera el piso de votos para hacerlo difícil de alcanzar para los sectores nacionales y populares y facilitase una segunda oportunidad a los partidos minoritarios de la primera ronda que participen unidos en la segunda.
En este caso, las fuerzas que aspiran a imponerse son:
• LA LIBERTAD AVANZA del ya descripto Javier Milei, con 7.116.352 votos, 30,04 por ciento de los emitidos.
• JUNTOS POR EL CAMBIO, con 6.698.029 de sufragios, equivalentes al 28,27 por ciento del total, de la liberal autoritaria ex montonera, ex delarruista, ex macrista, ex ministra de Trabajo y ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que se impuso con comodidad al jefe de Gobierno de la Ciudad con Autonomía de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
• UNION POR LA PATRIA, que alcanzó los 6.460.689 de votos, 27,27 por ciento de los sufragados, que lleva como candidato al peronista del Frente Renovador Sergio Massa, ex funcionario de Néstor y Cristina Kirchner, actual ministro de Economía de la desteñida presidencia de Alberto Fernández. El hombre del Municipio de Tigre prácticamente triplicó el desempeño de su rival interno, el líder social cercano al Papa Francisco, Juan Grabois.
Es decir que entre las tres candidaturas existen apenas 655.663 votos de diferencia, en un continente ciudadano mucho más amplio:
• Hay 35.394.425 electores habilitados
– 18.207.762 mujeres.
– 17.606.722 hombres.
– 1.075 personas con documento de identidad no binario.
• La participación electoral fue del 69 por ciento, una de las más bajas en una elección presidencial desde el retorno de la democracia en 1983, tanto en primarias como en las generales, en las que siempre aumenta la concurrencia.
• Esto implica que hay más de 11.700.000 personas más con derecho, y obligación, a presentarse a votar.
Dentro de aquellos votos positivos hay porcentajes altos de votos en blanco:
• En todo el país se registraron 1.148.34, equivalentes al 4,78 por ciento de los emitidos, constituyendo la cuarta preferencia, por encima del gobernador peronista antikirchnerista cordobesista, Juan Schiaretti que, con su “Hacemos Por Nuestro País”, alcanzó los 907.437, 3,83 por ciento de los válidos.
• El voto en blanco se ubicó por encima de la media nacional en la Provincia de Buenos Aires, motor del resultado que le permite a Massa mantenerse en carrera. Esos 988.492 sufragios elevan esa forma de expresión electoral al 10,94 por ciento del total.
En síntesis, hay aproximadamente 13 millones de votos sin atar; de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias a las elecciones generales se produce un aumento sustantivo de participantes, en este caso se calcula en 4 millones, con un piso de 3. Números… solo son números, la pregunta es si ellos se distribuirán proporcionalmente a lo ya sucedido o habrá corrimientos; ¿el “ganador”, por serlo, atraerá más sufragios que sus rivales?, ¿el de Macri, habrá sido el abrazo del oso para él?, ¿la aparición de un liberalismo sin disfraces ni tapujos, habrá corrido de manera definitiva a Bullrich del tablero?, ¿el miedo a la pérdida de derechos, de todo tipo, y al encarecimiento de la vida hasta límites no vistos ni durante la gestión Macri le dará una oportunidad a Massa, a pesar de todo…?
De candidatos y muñequitos
La mercadotecnia muchas veces logra presentar determinadas candidaturas con características diferentes a las que realmente las definen. La realidad, con deterioro económico, desánimo, imposibilidad de ver luces en el horizonte vital, de acceder ya no a la compra de una casa sino hasta de alquilarla, también genera opiniones y sentimientos. A veces, ambos procesos coinciden, el “muñequito” que construyen las técnicas y, por supuesto, la Cadena de Propaganda Privada de las Corporaciones Económicas, se ensamblan como en una sala cinematográfica en la que una parte de las y los votantes proyectan sus expectativas sobre el playmobil que le ofrecen. El psicoanalista, más o menos, diría que ese mecanismo, la “proyección” que defiende a las personas de las cuestiones que lo acucian, facilita el atribuirle impulsos, sentimientos… deseos propios a otro sujeto que, en realidad, no los tiene.
Cuando Milei logró superar sus presencias ridículas en televisión, disfrazado de dudoso superhéroe, y se convirtió en “candidato posible”, empezó a recibir “memes”, sátiras que lo ridiculizaban y lo convirtieron en una víctima de “bullying”, igual que las chicas y los chicos acosados por los “malos” del aula. Muchos internautas, jóvenes, fueron juntándolos en sus videítos de TikTok e inundaron las redes, dónde terminó constituyéndose en una “víctima” de acoso que despertó simpatías, mimos, cercanías, tibiezas… Se convirtió en un mar audiovisual querible; la “cibermilitancia”, tan espontánea como dirigida por las redes, lo hizo.
Nadie puede acusar a Milei, Licenciado en Economía de inminentes 53 años y adicto al plagio de “copiar y pegar” textos de distintos autores económicos, de ocultar las políticas que pretende aplicar en caso de gobernar. Dice, a los gritos cuando derrapa del libreto de “control” que le impusieron sus asesores, que va a privatizar la Salud y la Educación, a dolarizar la economía y dejar la obra pública en manos de los grandes grupos económicos y acabar con el proceso de desarrollo tecnológico argentino; apoya la libre portación de armas y niega la existencia del calentamiento global y las consecuencias ya irreversibles de la tragedia climática en curso; defiende la venta de órganos, la derogación de la Ley de interrupción legal segura y gratuita del embarazo y la educación sexual integral (ESI) en las escuelas; su hipermercadismo lo lleva a considerar que hasta la venta de niños “se podría debatir” en el futuro; desprecia la reivindicación nacional de la soberanía sobre las Malvinas y las islas del Atlántico Sur usurpadas por Inglaterra y se apoya en una candidata a vicepresidenta (Victoria Villarruel) negacionista del terrorismo de Estado de la última dictadura cívico militar, a cuyos protagonista reivindica, y de la existencia de 30 mil detenidos desaparecidos en la Argentina.
Esa es la auténtica “propuesta” de Javier Gerardo Milei a la sociedad argentina. Sin embargo, sus votantes se engancharon con otros componentes del “muñequito Milei” y obviaron estas cuestiones, contrarias al pensamiento de la mayoría de ellos y perjudiciales para sus propias vidas, como sería la multiplicación de los costos de los servicios públicos y de la medicina y la educación, basadas en modelos que fracasaron hace décadas en su admirada Gran Bretaña.
La encuesta cualitativa del mes de mayo, a solo tres meses de las PASO, realizada por Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), ofrece una foto entre lo que se desea y lo que se proyecta sobre la “pantalla Milei”:
– el 60 por ciento opina que el préstamo con el FMI no se puede devolver tal y como se acordó, por lo cual se hace necesario o bien dejar de pagar esa deuda o, cuanto menos, renegociarla.
– 68 por ciento se pronuncia a favor de la eliminación de los privilegios tributarios a las grandes empresas; la mayoría propone un Estado fuerte.
– con 53 y 55 por ciento de apoyo para que administre el litio como recurso estratégico y de las compañías eléctricas como EDESUR y EDENOR.
– y un 56 % de rechazo a la privatización de Aerolíneas Argentinas (2).
Sin temor a equivocarse, puede decirse que constituye una opinión contraria a las propuestas “libertarias”. Sin embargo, al pasar al capítulo cuantitativo, Milei encabezó las preferencias de voto con el 29 por ciento, el entonces Frente de Todos (hoy Unión por la Patria) 26 por ciento y Juntos Por el Cambio 25 por ciento.
El estudio, que adquiere más importancia ante los resultados electorales, también sentencia una variable determinante en el comportamiento electoral: una ciudadanía mayoritariamente disgustada con la situación del país,
– con 7 de cada 10 personas con “sentimientos negativos” como bronca, decepción o incertidumbre;
– 77 por ciento que evalúan de forma negativa la gestión del Gobierno Nacional;
– y 69 por ciento que percibe un aumento pronunciado en la cantidad y la violencia de los delitos en los últimos meses.
Se trata de un electorado que escucha “dolarización” y, lejos de recordar o enterarse del daño estructural que esa medida generó al país, se convence de que va a cobrar en pesos estadounidenses… en todo caso en moneditas, que sería en lo que se convertiría su salario con dólares a varios miles de pesos.
El economista Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (@ctrocepa), presentó en el programa “Caballero de Día”, del multimedio El Destape, un trabajo ilustrativo de los costos de una hipotética dolarización. Lo llamó “La Canasta Milei” y demostró los saltos que darían los precios de productos y servicios: Educación Universitaria de $0 a 1,5/2 millones, con un “voucher” para las escuelas primarias y secundarias de máximo de $4.000; Salud: las prácticas hoy cubiertas por los diferentes sistemas, se elevarían por encima del “seguro” básico en $19.540 para un tratamiento por hipertensión o $ 68.252.485 para un cáncer mamario, más los remedios que, hoy, los jubilados tienen cubiertos; la Canasta de Alimentos llevaría la yerba de los actuales $1.100 a topes de entre $2.599 y $10.530, según el corte del dólar, y el asado de los actuales $1.900/2.500 a $4.600 con picos de $18.716; el Transporte de $60 a $600, la nafta se duplicaría en el acto y la tarifa promedio luz en el segmento más bajo de la población saltaría de $6.500 a $11.500. Todo eso en un marco de suspensión de las negociaciones paritarias de sueldos. Es el señor que está detrás del muñequito consumido.
Peste, desazón y explicación
El 10 de diciembre de 2019, cuando el Frente de Todos se hizo cargo de la administración nacional, el país estaba en una situación desesperante. Apenas tres meses después, un coronavirus sin vacuna que lo frenara obligó a paralizar todas las actividades que no fuesen esenciales, para disminuir la velocidad de transmisión del virus y, fundamentalmente, salvar vidas ante una peste que, a la fecha, causó 7 millones de muertes con 769 millones de casos en el mundo. El parate inevitable hizo que los problemas sociales y económicos aumentaran, hasta incluir a segmentos que estaban “parcialmente integrados”.
Se dañó el tejido laboral y la situación se agravó a raíz de la escalada inflacionaria; finalmente, la salida de la crisis fue con mayor desigualdad que a la entrada y los sectores más golpeados por el aislamiento fueron los sectores informales de la economía y las pymes, incluso a pesar de las políticas de protección a los trabajadores formales y a los informales, que solo recibieron ingresos de emergencia (3). La falta de expectativas, la desesperanza, aumentaron.
En ese sector trabajan alrededor de 8 millones de personas que, en su mayoría, además de haberse inventado sus trabajos, carecen de derechos laborales; su población se caracteriza por ser joven, en la que el 44 por ciento tiene entre 18 y 29 años. El director de Economía Social y Desarrollo Local del Ministerio de Desarrollo de la Nación, Pablo Chena, explica que la mayoría de esos trabajadores y trabajadoras carecen de derechos laborales y es por eso no temen que se los quiten”. Constituye “el universo de jóvenes informales que seduce Milei, con su discurso de libertad y supuesto fin de los privilegios”, concluye el economista, quien tiene a su cargo el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP).
Fantasías eróticas
Además del bolsón de quienes no se expresaron o lo hicieron en blanco, los estrategas y analistas de campañas y comportamiento electoral construyen una serie de escenarios provenientes de distintos hechos e, incluso, de meras especulaciones:
– ELECCIONES BLANDAS: Las primarias son elecciones “blandas”, un fenómeno semejante a los comicios legislativos de medio término, en el que un sector de los votantes se dan ciertos “lujos”, como votar candidaturas de izquierda, por su compromiso y su presencia junto a quienes menos tienen, pero que no van a ganar las generales, o “castigar” a los sectores de su simpatía negándoles el voto. En ese camino, las generales “recentran” aquellos escarceos y las boletas vuelven a los rediles habituales.
Es una de las expectativas, sobre todo del oficialismo. Aunque una sombra oscurece esos optimismos: que el hartazgo haya empujado aquel “gustito” del castigo en las PASO hacia un camino sin retorno a un grupo importante de votantes.
– EL PERONISMO NO DESPLEGÓ “EL APARATO”. Ante la crítica situación económica y social en la que se encuentra el país, la mayoría de los gobernadores provinciales adelantaron las elecciones, tanto, que solo tres se realizaron en simultáneo con la primaria nacional.
En la práctica, con las cartas ya echadas en los pagos chicos, el 13 de agosto prácticamente no se desplegó la logística de actos, pintadas, afichaje, transporte, viandas, boletas y hasta viáticos que acostumbra el peronismo, una maquinaria de mucho peso y altos porcentajes de tracción para lograr, por lo menos, que “todos los que nos van a votar… nos voten”.
Otra cosa es una general presidencial. Ninguno de los jefes locales justicialistas quieren estar sometidos a la autoridad de un mandatario que no sea de sus filas, y menos de alguien que ya adelantó su intención de terminar con la coparticipación federal de impuestos que ordena la Constitución. De volver ese esfuerzo de movilización, complementario al de la militancia, la máquina de contar votos puede recibir un alimento sustantivo.
– UN MILEI DE 15 PUNTOS. La Argentina de los ocho últimos años sufrió el peor encadenamiento de hechos negativos: Macri con destrucción de la economía productiva y endeudamiento con el FMI + Pandemia + Sequía + Mala gestión de la situación heredada por parte del gobierno de Alberto Fernández, con pésimo acuerdo con el mismo Fondo. Con semejante panorama, la posibilidad de Unión por la Patria de imponerse al macrismo parecía utópica… a menos que apareciese una “tercera fuerza”, que le mordiera votos de Juntos por el Cambio, así surgió la fantasía de “un Milei de 15 puntos”, apoyado en el buen desempeño que el antiestatista en 2021 y en sus características formales que iban atrayendo simpatías digitales, sobre todo entre los jóvenes.
El justicialismo lo cuidó, le sumó candidatos a listas vacías en muchos distritos, repuso boletas, incluso las trasladó hasta las escuelas, se encargó de que no le rapiñaran votos en los establecimientos en los que no tenía fiscales… La espuma fue subiendo.
- CORTE CONSENSUADO DE BOLETAS. A esas acciones se le sumó la más poderosa, entregar boletas cortadas, por un lado, solita, la presidencial de Milei y, por el otro, el resto de la sábana oficialista (lo que explica, junto al reconocimiento a su gestión, que el fenómeno no se llevara puesto, también, al gobernador Axel Kicillof), y se sintió el efecto. Más allá de que hay tradición de mayor cantidad de votos a los intendentes, las diferencias entre ellos y Massa superó cualquier previsión: el Conurbano bonaerense arrojó una diferencia de 190.000 votos (el 78 por ciento de la diferencia que lo separan de Patricia Bullrich), con picos de hasta 25 puntos.
Lejos de aquellos 15 puntos esperados, la noche electoral terminó con un Milei de 30,04 por ciento y 7.116.352 votos, lo que mostró que, además de ayudas y cuidados, el Licenciado tenía sus seguidores… y seguidoras.
El Dr. Frankestein había logrado su objetivo. Habrá que ver si la ciudadanía consigue lo que él no pudo en el cuento de Mary Shelley.
- RECUPERACIÓN DEL VOTO AUSENTE. Las jefaturas de las dos coaliciones perdedoras creen que pueden recuperar la simpatía activa de sus votantes de ayer que ahora no visitaron las urnas. Ahí se entusiasma más el equipo massista, ya que el sector perdió 5 millones y medio de votos (de 12,9 a 6,5 millones) entre PASO y PASO y el macrismo 4,1 millones (de 10,8 a 6,7 millones).
El dato que aporta el ya mencionado CELAG es que, de la pérdida del oficialismo, “sólo” el 23 por ciento se corrió hacia Milei, mientras que el 77 por ciento no fue a votar y a la inversa, de la poda causada a Bullrich y Larreta el 80% corrió hacia La Libertad Avanza y “solo” el 20 por ciento esquivó sus obligaciones ciudadanas.
- LOS “NACIONALES” QUE SE QUEDARON SIN CANDIDATOS. El fracaso de sus candidatos al no trasponer la barrera del 1,5 por ciento de los votos válidos emitidos para participar en las generales, hizo que queden 720.000 votantes “libres”; en UP creen que en su mayoría son más afines a ellos que a los liberales, contabilizando simpatizantes que van desde Guillermo Moreno hasta Libres del Sur.
- EL ALFAJOR CORDOBÉS. En Unión por la Patria se relamen tras la vidriera que muestra los 907.437 del cordobesismo de Schiaretti, quien adelantó que no transa, pero ya se sabe que cada día es más difícil encolumnar el voto propio, más aún si en frente le ponen una imagen endemoniada.
La Casta
En 2014, de la mano de Juan Carlos Monedero, Pablo Escudero, Íñigo Errejón y otras figuras, irrumpió en la política española el partido “Podemos”, que se presentó eligiendo como enemigo a “la casta”, constituida por todos los dirigentes políticos que tuvo España desde la muerte del franquismo, simbolizando los “caracteres hereditarios”, sólidos, rígidos e inmóviles de determinada variedad de una especie animal.
Años después, cambió su vocablo fetiche por el de “trama”, en alusión a lo que considera como una red corrupta de políticos y empresarios que ostentan el verdadero poder en su país y la palabrita quedó boyando hasta que lo tomó la ultraderecha de VOX, primero para desacreditar al colectivo LGBTQ+ y a la dirigencia sindical y luego a quienes considera “políticos corruptos”.
De ahí la tomó Milei y la transformó en un ariete exacto con el que describe a sus enemigos y orienta a sus amigos. Con apenas un artículo y un sustantivo define a los dos gobiernos que fueron criticados en las urnas, aquellos a los que el cronista necesita describir como “el que destruyó el país y el que no supo generar la terrible herencia que recibió”, para describirlos. Con 7 letras él dibujó el blanco contra el cual disparar.
No fue el único acierto semántico. El concepto “libertario”, remitió en su electorado a su obvia derivación de la palabra “libertad”. Los ensordecidos oídos del mundo mediático y de las redes, impiden ver que la supresión del Estado que proclama el momentáneo “star” no apunta a la autogestión beneficiosa del trabajo, por el contrario, apunta al reemplazo de las instituciones por “el mercado” y sus leyes de exterminio del equilibrio social y eliminación de cualquier redistribución de riquezas y defensa de derechos.
La (in)Justicia
Los medios fueron clave en la generación de sentido contrario al peronismo en general y a Cristina Fernández de Kirchner en particular y los estrados judiciales más importantes del país jugaron un papel determinante en la expulsión de la cancha electoral de la persona con mayor convocatoria popular del país. La dos veces presidenta y actual Vicepresidenta de la Nación explicó las inconsistencias de las causas presentadas contra ella, consideró que las sentencias constituían una amenaza que se dispararía en cuanto presentase su candidatura, eludió la situación al considerarse proscripta y proponer la candidatura de Sergio Massa.
En el transcurso de ese desarrollo, el jueves 1 de septiembre de 2022 a las 20:52, en el barrio porteño de Recoleta, sufrió un intento de asesinato que falló porque, a 15 centímetros de su cabeza, la pistola se trabó. La actual candidata Patricia Bullrich no repudió el hecho y los encargados de la investigación decidieron iniciar el juicio sin investigar en a los señalados como posibles instigadores, partícipes y financistas, ligados por un hilo que conduce a personas relacionadas con la oposición macrista.
Fin de ciclo
El proceso de construcción del voto es complejo, contiene variables que inciden más o menos según la coyuntura, en particular la económica, la oferta electoral y la situación personal de cada votante. El actual deterioro económico es preocupante y se vive en el día a día, sin embargo eso no necesariamente se traslada de manera mecánica a los resultados de los comicios.
La confrontación electoral de octubre, aunque la ciudadanía no lo piense de ese modo, constituye la primera batalla de una guerra que determinará el futuro de las próximas décadas entre el liberalismo que apuesta al mercado sin límites y en beneficio de las corporaciones económicas y la defensa de la participación estatal como amortiguadora de las desigualdades materiales, en salud, educación, vivienda, agua potable… Este sector, en la Argentina, básicamente se denomina “peronismo”.
Por eso, algunos sectores de ese espacio, refractarios a las actuales autoridades y a CFK, como el que representa Guillermo Moreno, ya pidieron la unidad del sector. Por eso empiezan a producirse corrimientos en la “cordobesidad” justicialista. Por eso el propio Massa ya anunció que su gobierno sería amplio multipartidario, sumando al radicalismo, “peronistas del PRO” e independientes varios y multisectorial y, también por eso, aunque muy levemente, empiezan a desgajarse algunos radicales de la conducción que, además de destruir el país, los humilló una y otra vez. Y, por último, hasta Rodríguez Larreta deshoja la margarita de su apuesta, después de haber hecho todos los deberes y quedarse sin nada.
Las dos primeras décadas del siglo muestran que el “modelo democrático” actual le queda chico a ambos polos de la contradicción. La dinámica de los grupos económicos, acelerada, financiarizada y de concentración, los empuja a salirse de los márgenes de las leyes, las constituciones y las autoridades elegidas por sus pueblos, imponen condiciones, hambrean multitudes, multiplican ganancias, violan soberanías, controlan la comunicación y, peor aún, usan la Justicia para expulsar presidencias o candidaturas populares.
En estas jornadas de confusión y realineamientos en la Argentina, por ejemplo, se orquestaron robos en banda contra distintos mercados y negocios en general; no fueron los hambreados, que sobran en el país, sino los guiados por una mano tan “invisible” como la del mercado, a los que se sumaron algunos desesperados de ocasión. Lo cierto es que los sucesos le fueron funcionales a la candidata Bullrich que, inmediatamente, se puso el uniforme de portadora del “orden” y pidió el Estado de Sitio, el mismo que implantó hace 22 años el gobierno cuya conducción integraba y se fue dejando la sangre de más de 50 argentinos muertos y 500 heridos en todo el país.
Las mayorías, por su parte, comprueban mes a mes que con esa “democracia” no “se come, se cura y se educa”, como le enrostraba Raúl Alfonsín a una dictadura en fuga hace 40 años. También les queda chica y, ahora, hasta les rebana las esperanzas, sobre todo a las generaciones jóvenes, que llevan años sin ver luces en el horizonte.
Aquella expresión de Pablo Chena acerca de que quienes carecen de derechos laborales “no temen que se los quiten” es exacta. También es real que elegir el cadalso no es una opción para quienes pretender seguir viviendo. Octubre hablará, un mes en el que la gente de trabajo clavó el mojón más importante de la Historia contemporánea argentina.
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Carlos A. Villalba. Periodista argentino. Investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (http://estrategia.la/). Miembro de la Usina del Pensamiento Nacional y Popular (https://usinadelpensamientonacional.com.ar).
* Rubén Borré, pintor nacional (https://www.instagram.com/rubenborre/)
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NOTAS
(1) Juan Sasturain: Manual de perdedores (https://www.penguinlibros.com/ar/novela-negra-misterio-y-thriller/141099-ebook-manual-de-perdedores-9789500734202?/ar).
(2) Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG): Panorama Político y Social, Argentina mayo 2023 (https://www.celag.org/encuesta-argentina-mayo-2023/.
(3) Agustín SALVIA, Jésica Lorena PLA, Santiago POY: La Sociedad Argentina en la Pospandemia (https://sigloxxieditores.com.ar/libro/la-sociedad-argentina-en-la-pospandemia/).
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Portada: Foto de Ilan Berkenwald. Javier Milei en el programa “La Noche de Mirtha” el 3 de diciembre de 2022. https://www.flickr.com/photos/197774967@N03/52710265692