jueves, octubre 3, 2024
Cultura

El Rosario Insurreccional: “Tucumán Arde”

La ciudad del sur santafesino es más que los patéticos ajustes de cuenta entre miserables, marginados del sistema; o la cocina de sustancias ilegales proveedora del mar humano que hoy se identifica como el AMBA; o la viles operaciones de prensa, emergentes de los medios masivos de comunicación, desde el aniquilamiento de su principal soporte económico: el mercado interno del país, hoy deshecho. Rosario es hija de su propia voluntad. 

Así, de su arresto, sin concesiones ni tributaciones de propios o extraños, el antiguo “Pago de los arroyos” forjó su vida en el mármol de la historia “por prepotencia de trabajo”, diría Arlt. Hasta llegar a un presente; éste presente que las dirigencias políticas y las propaladoras mediáticas describen de manera engolada e hipócrita, “Crisis de Seguridad”.

A continuación presentamos el primero de una serie de informes que darán cuenta de los momentos más significativos en los últimos sesenta años,  de la hermosa Rosario. Una ciudad que lucha, sueña, crea y sufre.

“Tucumán Arde”. El arte en clave transformadora

Rosario siempre fue una ciudad de artes pictóricas y plásticas; contraria a Buenos Aires, pero consustanciadas con muchas capitales latinoamericanas. En ella la modernización de los lenguajes artísticos del siglo veinte provino de los campos mencionados. Un efecto lógico, emanado de una burguesía agrícola, afecta a las artes decorativas y ligada a los negocios de la tierra.

Bajo ese signo, el Jockey Club le otorgó al joven Antonio Berni en el año 1925, una beca para estudiar en Europa. El artista, ya había presentado desde los catorce años exposiciones en la ciudad y en Buenos Aires en el Salón Nacional de Bellas Artes, su actuación en este último la destaca el periódico La Nación.

Instalado en París realiza viajes por España, Italia, Holanda y Bélgica, donde conoce museos y obras de la historia del arte que influenciaron sus trabajos. Coincidió, por ese tiempo, con las transformaciones culturales luego de la Gran Guerra, la Revolución Rusa, la aparición del Psicoanálisis y las nuevas teorías científicas. Sujeto a esos tiempos, los artistas habían sublevado el campo del arte con propuestas que se alejaban de la pintura tradicional, creando lenguajes diferentes para expresar la realidad.

El mundo y los problemas del arte cambiaban, Berni asistía atento a todo aquello. Su alumbramiento fue la relación entre el arte y la política, el rol del artista en su época, y con ello el acercamiento al comunismo. Cinco años después volvió a la ciudad de Rosario. Aquí, la coyuntura de la llamada “Década Infame” termina de moldear su estética. La imagen surrealista cambia en cuadros con multitudes de obreros y campesinos, observando la enseñanza del arte en las clases populares. A lo dicho, el 6 de marzo de 1934 con un grupo de artistas plásticos de los que se desprenden entre otros, Leónidas Gambartes y Ricardo Sívori, fundan la Mutualidad de Estudiantes y Artistas Plásticos; y el 30 de abril del mismo año se inaugura la escuela-taller de la Mutualidad con una conferencia en el teatro Colón, de Rosario, en la que participaron Aníbal Ponce, David Alfaro Siqueiros, Lino Spilimbergo y Elías Castelnuovo. Una propuesta innovadora que vinculó al gran arco de las ideas progresistas.

El padre de los inolvidables Juanito Laguna y Ramona Montiel, trajo consigo  una rica experiencia estética, en un momento clave. Era la década del treinta para el arte, un período que Cirlot calificó “de fricción”, manifestada en el novecentismo con su aproximación espacial a la realidad (el naturalismo), alternando con la descomposición analítica de la misma realidad propuesta por los diferentes grupos de vanguardia. Un camino de síntesis artística donde los tres factores que definieron al estilo de la creación moderna, el sentido experimental, el autonomismo y el elementalismo ya estaban concebidos, originando un mundo de formas nuevas, irónicas y de ruptura. Y sobre esas líneas aplicó un registro propio, humanista, militante con el que embebió a colegas y al propio Taller, a la par de consideraciones entre formalistas y contenidistas, el cubismo, el dadaísmo; las asociaciones visuales, el montaje y el fotomontaje, propios del surrealismo. Así relataba en una clase magistral de los ochenta el maestro Juan Grela la acción de los cursos: “La técnica de los recursos estaba asociada al estímulo de la lectura y la comprensión del que el conocimiento no tiene dueño sino que se construye entre hombres de buena voluntad. Los alumnos discutían sobre la función y ser de la obra del arte, el valor económico de la obra como mercancía y el mercado para quien se pinta, quien comercializa, quién compra y qué es una colección. Sin duda en nuestra escuela la categoría de valor de la obra de arte, descendió desde la metafísica y descorrió los acostumbrados disfraces tras lo que se oculta parte de la realidad”.

Esto introdujo un gran valor a las artes plásticas de la ciudad, otorgándoles el plus idiosincrático, una marca registrada, además de un salto de calidad, por arriba del poder legitimador porteño. Operación perdurable en el tiempo, demostrada en gran medida por los “hijos de los mutualistas”, promediando la década de los sesenta con la intervención artística inédita denominada “Tucumán Arde

La muestra fue producida por integrantes de la vanguardia rosarina, con artistas de la ciudad de Buenos Aires y de Santa Fe, y estuvo destinada a mostrar que a través del arte era posible denunciar la realidad que el gobierno en vigencia estaba ocultando. Una puesta en escena de las luchas obreras y populares en la provincia en contra de la aplicación del llamado Operativo Tucumán, que impulsaba el gobierno nacional, dentro de la política de reconversión industrial de la provincia. En la realización se utilizó una amplia variedad de soportes visuales y audiovisuales: fotos, afiches, carteles, posters, testimonios grabados, gráficos murales, etcétera, donde se denuncia la vinculación de los dueños de los ingenios con el capital financiero internacional. El manifiesto Tucumán Arde, dado a conocer el día de la inauguración en Rosario, enunció una nueva concepción del arte y del artista frente a la realidad.

La muestra en la sede de la CGT de los Argentinos. Fuente: https://www.argentina.gob.ar/

Aquí transcribimos algunos fragmentos significativos:

“La obra colectiva que se realiza se apoya en la actual situación argentina, radicalizándose en una de sus provincias más pobres, Tucumán, sometida a una larga tradición de subdesarrollo y opresión económica. El actual gobierno argentino, empeñado en una nefasta política colonizante, ha procedido al cierre de la mayoría de los ingenios azucareros tucumanos, resorte vital de la economía de la provincia, esparciendo el hambre y la desocupación, con todas las consecuencias sociales que ésta acarrea.

“Un ‘Operativo Tucumán’, elaborado por los economistas del gobierno, intenta enmascarar esta desembozada agresión a la clase obrera con un falso desarrollo económico basado en la creación de nuevas e hipotéticas industrias financiadas por capitales norteamericanos. La verdad que se oculta detrás de ese operativo es la siguiente: se intenta la destrucción de un real y explosivo gremialismo que abarca el noreste argentino mediante la disolución de los grupos obreros, atomizados en pequeñas explotaciones industriales y obligados a emigrar a otras zonas en busca de ocupación temporaria, mal remunerada y sin estabilidad. Una de las graves consecuencias que este hecho acarrea es la disolución del núcleo familiar obrero, librado a la improvisación y el azar para poder subsistir.

(…)

“Este ‘Operativo Tucumán’ se ve reforzado por el ‘Operativo Silencio’ organizado por las organizaciones del gobierno para confundir, tergiversar y silenciar la grave situación tucumana.

(…)

Sobre esta situación, y asumiendo su responsabilidad de artistas comprometidos con la realidad social que los incluye, los artistas de vanguardia responden a este ‘Operativo Silencio’ con la realización de la obra Tucumán Arde. La obra consiste en la creación de un circuito sobreinformacional para evidenciar la solapada deformación que los hechos producidos en Tucumán sufren a través de los medios de información y difusión que detentan el poder oficial y la clase burguesa. Los medios de comunicación son poderosos elementos mediadores, susceptibles de ser cargados de contenido diverso; de la realidad y veracidad de los contenidos depende la influencia positiva que estos medios producen en la sociedad.

Parte de la muestra “Tucumán Arde”. Fuente: https://www.argentina.gob.ar/

“La información sobre los hechos ocurridos en Tucumán, vertida por el gobierno y los medios oficiales, tiende a mantener en silencio el grave problema social desencadenado por el cierre de los ingenios y a dar una falsa imagen de recuperación económica de la Provincia, que los datos reales desmienten escandalosamente. Para recoger estos datos y poner en evidencia la falaz contradicción del gobierno y de la clase que lo sustenta, el grupo de artistas de vanguardia viajó a Tucumán, acompañado de técnicos y especialistas, y procedió a una verificación de la realidad social que se vive en la Provincia.

“El proceso de acción de los artistas culminó con una conferencia de prensa donde hicieron público, y de manera violenta, su repudio a la complicidad de los medios culturales y de difusión que colaboran en el mantenimiento de un estado social vergonzoso y degradante para la población obrera tucumana. La acción de los artistas fue realizada en colaboración con grupos estudiantiles y obreros, que se integraron así, a la manifestación de la obra.

“Los artistas viajaron a Tucumán con una amplia documentación sobre los problemas económicos y sociales de la Provincia y un conocimiento detallado de toda la información que los medios habían elaborado sobre los problemas tucumanos. Este último informe había sido sometido previamente a un análisis crítico para medir el grado de tergiversación y desvirtuación ejercido sobre los datos. En una segunda instancia, se elaboró la información recogida por los artistas y técnicos, que serviría para la realización de la muestra que se presenta en las Centrales Obreras. Y, finalmente, la información que los medios han elaborado sobre la actuación de los artistas en Tucumán integrará el circuito informacional de la primera etapa.

“La segunda parte de la obra es la presentación de toda la información reunida sobre la situación y sobre los artistas en Tucumán, parte de la cual será difundida en sindicatos y centros estudiantiles y culturales, así como la muestra que, en forma audiovisual y actuada, se realiza en la C. G. T. de los Argentinos, Regional Rosario, y posterior traslado a Buenos Aires. El circuito sobreinformacional –que tiene como intención básica promover un proceso desalineante de la imagen de la realidad tucumana elaborada por los medios de comunicación de masas– tendrá su culminación en su tercera y última etapa al provocar una información de tercer grado. Ésta será recogida y formalizada en una publicación donde constarán todos los procesos de concepción y realización de la obra, además de toda la documentación producida junto con una evaluación final.”

Nota en “Primera Plana” sobre “Tucumán Arde”. Fuente: http://www.archivosenuso.org/coleccion/tucuman-arde-1968?page=3

La intervención, además, planteaba una zona de tensiones nuevas entre las búsquedas formales y el intento de llegar a un público masivo, no especializado. Su característica principal es que se desarrolló en varias etapas:
Primero, un grupo de artistas viajó a Tucumán para reunir material testimonial sobre la realidad social y cultural de aquella provincia.
En la segunda etapa, un grupo conformado no solamente por artistas, sino también por especialistas y técnicos, viajó nuevamente para confrontar y verificar la realidad tucumana. Tratando de desviar los motivos reales del viaje, todos ellos llegaron con un plan al que dieron a conocer como un proyecto de experiencia colectiva basado en el slogan “Arte y comunicación de masas”. Cada uno, tenía un rol específico a cumplir (fotografiar, filmar, documentar), por lo cual de este momento surgieron las entrevistas, fotos, filmaciones y el material restante que luego formó parte de la muestra en la CGT. Con esta campaña intentaron generar cierta expectativa con relación a la consigna “Tucumán Arde”, para lo cual, primero, pegaron una serie de afiches con la palabra “Tucumán” en paredes y carteleras del centro y de los barrios de Rosario y Santa Fe.

Fuente: https://proyectoidis.org/tucuman-arde/

Dichas pegatinas conformaron la primera fase de la campaña publicitaria ya que luego, los artistas pintaron algunas paredes de Rosario con las palabras “Tucumán Arde”; trabajo que constituye el segundo momento de esta campaña.

Fuente: https://proyectoidis.org/tucuman-arde/

La tercera etapa de Tucumán Arde fue la exposición de todo el material obtenido en la sede de la CGT de los Argentinos de Rosario. El manifiesto, escrito por Nicolás Rosa y María Teresa Gramuglio, acompañó esta muestra inaugurada el 3 de noviembre de 1968.  En ella quedaron plasmados los principales objetivos, modalidades y procedimientos de ejecución de “Tucumán Arde”. Los artistas plásticos intervinientes fueron: María Elvira de Arechavala, Beatriz Balvé, Graciela Borthwick, Aldo Bortolotti, Graciela Carnevale, Jorge Cohen, Rodolfo Elizalde, Noemí Escandell, Eduardo Favario, León Ferrari, Emilio Ghilioni, Edmundo Giura, Martha Greiner, Roberto Jacoby, José María Lavarello, Sara López Dupuy, Rubén Naranjo, David de Nully Braun, Raúl Pérez Cantón, Oscar Pidustwa, Estella Pomerantz, Norberto Puzzolo, Juan Pablo Renzi, Jaime Rippa, Carlos Schork, Nora de Schork, Domingo J. A. Sapia y Roberto Zara.


La exposición estuvo durante dos semanas en Rosario. A los pocos días de su inauguración, se llevó adelante la tercera fase de la campaña de difusión, que consistió en la promoción de la exposición con un afiche que convocaba a la “Primera Bienal de Arte de Vanguardia” en la sede de la CGT de Rosario, del cual se conserva el original. A Rosario le siguió Buenos Aires, ya que la muestra se trasladó a la sede central de la CGTA, donde fue cancelada a las pocas horas de ser inaugurada por presión del gobierno y la policía.

Desde una perspectiva social, “Tucumán Arde” fue una iniciativa colectiva que marcó el desenlace de un proceso de modernización y de politización del arte en la región, afianzado por la serie de experiencias y manifestaciones artísticas llevadas a cabo en 1968. Asimismo, constituyó un punto de quiebre en el itinerario del arte argentino como una de las prácticas de vanguardia radicalizada que adquirió rasgos referenciales para el arte posterior, con epicentro en Rosario, pero trasladándose luego al resto del país.

Cara distintiva, la del arte en función social, que varios de sus integrantes llevaran, por esos años, a la construcción autogestiva editorial y pedagógica más importante de nuestro subcontinente, denominada en la ciudad como “La Vigil”.