miércoles, diciembre 4, 2024
Cultura

“La protagonista”, de Analía Cobas: Relatos con ira y ternura

La llave para abrir la puerta de la escritura no es la misma para todos. ¿Existe una que fabriquen en los talleres literarios?, ¿los agentes tienen la ganzúa mágica para abrir el cerrojo de la inspiración? Por lo general, se trata de un trabajo intenso del escritor o de la escritora que pule el texto con autocrítica y escucha: la primera exige una mirada sin enamoramiento con la palabra propia; la segunda necesita de una lucidez muy particular para diferenciar la palabra complaciente de la lectura justa que puede doler y permite crecer.

Analía Cobas (Buenos Aires, 1984) reúne en “La protagonista” (Editorial Sudestada) veintiséis relatos de diversas texturas y colores, aunque con el hilo conductor de una sensibilidad que se transforma en furia, amor filial, complicidad o erotismo. En cualquiera de los casos, cada cuento, cada relato, que en ocasiones hace equilibrio con la poesía, pasó por el tamiz que la autora movió con paciencia y a conciencia.

Los cuentos tienen sorpresas y confirmaciones, algunos toman atajos para llegar al hueso del dolor profundo en un puñado de párrafos y otros dosifican la tensión, porque la historia merece algunos detalles para que la empatía vaya por el camino de la ira o la ternura. Cobas no oculta su lugar en el libro porque, en algunas historias, se pone en primer plano, mostrándose cómo fue algún día, qué marcas le dejó haberse comprometido con el amor sin especulaciones y cómo lamió sus heridas hasta cicatrizarlas. En retrospectiva, aquella experiencia le sirvió para construir una paciencia que es un tiempo propio ganado al vértigo de la presión social y del “deber ser”, para comprender que la masa madre necesita un tiempo para fermentar y luego multiplicarse, para acompañar las angustias y los dolores ajenos como propios, sin indulgencias, pero con empatía. “Yo puedo recetarte los ansiolíticos, pero quería que antes superas que podes hablar conmigo”, le dice una médica a su paciente quien le confiesa que se esconde para poder llorar.

Tras desandar por recuerdos y memorias atesoradas en fotografías familiares, la protagonista se pregunta: “¿Puedo bajar la guardia?, ¿ya no estoy en guerra?”. Ella misma responde: “Vuelvo a disfrutar, pero de otra manera porque soy otra”. Un antes y un después en primera persona que la tiene a Analía Cobas como personaje de su narrativa y centro de su propia historia.

Portada: Foto de Instagram @analiacobas