Adelanto de “Somos naturaleza”, el nuevo libro de Satish Kumar
Contratapa de “Somos Naturaleza”
En esta edición recopilamos una serie de artículos publicados en la revista Resurgence & Ecologist (entre los años 2005 y 2020) en los que Satish reflexiona sobre el dinero, la educación, el cuidado de la naturaleza, la salud y el bienestar.
Kumar aborda estos temas desde una perspectiva holística y actúa como enclave entre Occidente y Oriente al introducir conceptos como “la economía budista” o la “simplicidad elegante”.
Así, basándose en su trinidad Suelo, Alma, Sociedad, Satish nos invita a hacer las paces con el planeta asegurando el cuidado de toda forma de vida, cuestiona el concepto de “crecimiento económico” y de “progreso” y nos hace interrogarnos sobre qué es lo que consideramos “bienestar” incitando a los gobiernos a dejar de preocuparse por el Producto bruto interno sino más bien por la Felicidad bruta interna.
Desde lo espiritual, propone a la benevolencia como solución a varios de los conflictos actuales, y en un plano social pone en tela de juicio el sistema educativo actual fomentando una educación que apunte al desarrollo del potencial único que cada uno lleva dentro enseñando a los chicos a cultivar la tierra, cocinar en conjunto, aprender un oficio y ser peregrinos de la tierra.
Finalmente, nos hace reflexionar sobre los alimentos que consumimos y su procedencia y nos deja como sugerencia alimentarnos del amor como único y principal impulso de todas nuestras actividades.
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APRENDER DE LA NATURALEZA
Por Satish Kumar
Cuando los seres humanos se consideran los amos de la tierra y creen que la dominan, es más probable que abusen de ella y la exploten.
Gran parte de nuestra educación convencional se basa en aprender “sobre” la naturaleza. Estudiamos a la naturaleza como algo separado de nosotros y como un objeto que nos es útil. Pareciera que nos consideramos amos de la naturaleza o incluso administradores de la naturaleza. Estudiamos a la naturaleza porque queremos conocer a nuestro sirviente o a nuestro territorio colonizado para aprovechar al máximo a la naturaleza durante todo el tiempo que podamos.
Cuando los seres humanos se consideran amos de la tierra y creen que la dominan, es más probable que abusen de ella y que la exploten. Por lo tanto, los medioambientalistas avanzan en la
dirección correcta al considerarse administradores de la tierra. Administrar implica ser responsables. Al adoptar este punto de vista del medioambiente, es más probable que la gente cuide y conserve. No obstante, ambos enfoques son antropocéntricos. Según ambos puntos de vista, los seres humanos son una especie superior, con un estatus superior. El filósofo noruego Arne Naess denominó “ecología superficial” a esta relación con el medioambiente natural centrada en lo humano.
Según Arne Naess, los seres humanos forman parte del mundo natural como cualquier otra especie. Sin lugar a dudas, los seres humanos tienen sus facultades y cualidades distinguibles. Tienen sus propios sentidos muy desarrollados, tienen inteligencia, consciencia y la capacidad de comunicar. Pero hay otras especies que 96 también tienen sus cualidades particulares, específicas y únicas, que los humanos no poseen. Cada una de las especies en esta tierra, humanos y no humanos, contribuye de manera específica a la totalidad de la existencia, que evoluciona, se despliega y mantiene su continuidad. Por lo tanto, toda la vida, humana y no humana, más allá de sus cualidades específicas, tiene un valor intrínseco. Como todos los humanos nacieron iguales, más allá de su clase, estatus, educación y riqueza, y como tienen derecho a la vida más allá de su utilidad para la sociedad, de la misma forma, todas las especies tienen un valor intrínseco, más allá de su utilidad para la raza humana. Arne Naess llama a esto “ecología profunda”.
Desde esta perspectiva, los seres humanos no son amos o administradores de la naturaleza, sino que son amigos de ella. La palabra amistad puede usarse de dos formas; primero, consideramos a los que conocemos como amigos porque nos llevamos bien con ellos, salimos con ellos, pasamos tiempo juntos y nos ayudamos cuando lo necesitamos. Pero también hay otro significado de amistad; cuando sentimos empatía incondicional y ofrecemos nuestro afecto sin esperar nada a cambio, entonces, estamos en un estado de amistad. En este segundo significado de la palabra amistad hay un sentido de mutualidad y reciprocidad. Cuando podemos identificarnos a nosotros mismos con el otro, sin ningún sentido de superioridad o inferioridad, entonces creamos una condición de amistad. Esa fue la visión de los fundadores de la organización ecologista Amigos de la Tierra (Friends of the Earth).
La amistad es el tipo de relación más puro y noble. En idioma budista, se llama metta. Buda, durante toda su vida incentivó a sus discípulos a practicar la metta; es decir, la amistad, con todos
los seres con sentimientos. Al propio Buda se lo llamó Maitreya, que significa Amigo, no maestro, no profeta, no gurú, solo Amigo. La amistad es la base sobre la cual se construye el Budismo. La
amistad abarca la noción de la no violencia y la compasión. Nunca dañaremos o explotaremos o heriremos o denigraremos a alguien que es nuestro amigo. Recibiremos los regalos que nos dan nuestros amigos con agradecimiento y gratitud. Daremos nuestros propios regalos a nuestros amigos. Todo lo que recibimos de la naturaleza es un regalo, ya sea su alimento, agua, sol o todo lo demás, todo es un regalo. Esta es la relación simbiótica que nos da humildad, reverencia y nos permite maravillarnos. La Naturaleza no está ahí para ser saqueada o explotada, sino que está ahí para ser apreciada y celebrada. A esto lo llamo “Ecología reverencial”.
Cuando aceptamos que toda la vida tiene un valor intrínseco, empezamos a sentir un profundo sentimiento de reverencia hacia toda la vida y empezamos a experimentar la belleza, la integridad,
la exuberancia, la generosidad y la economía de toda la red de la vida junta. En vez de controlar, apropiarnos o poseer, empezamos a participar en los procesos entramados de la red de la vida. Ya no somos amos o administradores de la tierra sino más bien, somos participantes y cocreadores de ella. Desde luego, los humanos tienen su lugar especial en el esquema del universo, pero también lo tienen las flores, las frutas, los hongos, los gusanos, las mariposas, los océanos, las montañas y todos los micro y macroorganismos. Cuando vemos la existencia con una consciencia así de expandida, entonces podemos abrir los ojos y aprender “de” la naturaleza en vez de aprender “sobre” la naturaleza. La Naturaleza es la gran maestra. Buda aprendió la realidad de la interdependencia a partir de un árbol. Mientras estaba sentado debajo de un árbol y observaba cómo todo dependía de todo lo demás, se iluminó: los frutos vienen de las flores, las flores de las ramas, las ramas y las hojas crecen del tronco, el tronco del suelo, al suelo lo nutre la lluvia, a la lluvia la contienen las nubes, las nubes se forman del mar, el mar recibe el agua de los ríos y la tierra lo contiene, el mar nutre a la tierra y la tierra al mar y así sucesivamente. Este momento en el que Buda se dio cuenta de la interdependencia quizás haya marcado el inicio de la ecología profunda y la ecología reverencial.
No tenemos que ir demasiado lejos para aprender de la naturaleza. Donde sea que miremos con ojos abiertos y un corazón generoso, encontraremos a la naturaleza como nuestra maestra. Miren a las abejas, podemos aprender la lección de la transformación de la humilde abeja. Ella toma un poco de néctar por acá, un poco de néctar por allá, pero nunca demasiado de ninguna parte. Nunca una flor se quejó de que una abeja tomó demasiado néctar. Cuando la abeja tomó el néctar, no lo desperdicia, lo transforma en miel deliciosa, dulce y sanadora. Si los seres humanos aprendieran a diseñar sus sistemas como la abeja, no habría escasez, no habría desperdicio y no habría contaminación.
La escritora científica Janine Benyus lo llama “biomímesis”, luego de haber observado la belleza, la resiliencia y la complejidad de la tela de araña y de los caracoles, ella dice: “¿Por qué los humanos no observamos a la naturaleza y diseñamos nuestras herramientas y nuestras tecnologías como lo hace la naturaleza?” Si seguimos los patrones de la naturaleza no habría escasez, no nos faltaría nada, sino que siempre habría abundancia. Qué maravilloso es ver cómo la naturaleza diseñó a las semillas para que tuvieran tanto potencial. De una minúscula semilla de manzana, nace un plantín, del plantín crece una planta, de la planta el árbol, del árbol la manzana con muchas más semillas para producir muchos más árboles durante muchos años más. Las hojas del árbol caen al suelo, se descomponen y se transforman en nutrientes para el árbol y el suelo. Abundancia en todos lados. La Naturaleza no sabe lo que es la escasez, porque no sabe lo que es desperdiciar.
Una observación profunda y una experiencia profunda como estas son fundamentales para entender en profundidad cómo funciona la naturaleza. Aquí, la ciencia, las artes y la espiritualidad en su máximo esplendor, convergen. Científicos, artistas, poetas y místicos hallaron inspiración profunda en la identificación cercana con la naturaleza. La identificación con la naturaleza solo es posible cuando podemos abandonar nuestra separación. Para aprender de la naturaleza tenemos que estar en la naturaleza.
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Acerca del autor
Satish Kumar (Dungargarh, India, 9 de agosto, 1936), ex monje jainista, pensador y orador. Durante 40 años fue editor de Resurgence & Ecologist, revista en la que se abordan asuntos sociales, espirituales y vinculados al medioambiente.
Kumar es fundador y director del Schumacher College ―centro internacional para estudios de ecología― y de The Small School ―escuela para niños de 11 a 16 años en la que se fomentan actividades como yoga, fotografía, cocina, artesanías y otros oficios―.
Satish es un claro defensor de la naturaleza y de la no-violencia para con todos los seres vivos, como lo atestigua su “Marcha por la paz” en la que recorrió 12.000 kilómetros a pie y sin dinero para invitar a cuatro líderes políticos de las potencias nucleares a “tomarse un segundo y beber una taza de té” antes de tomar una decisión que pueda cambiar el curso de la historia mundial. Hoy en día reside en Inglaterra.
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Enlace para acceder a la preventa del libro: https://