Sí a la Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial
La ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial fue reglamentada por el Decreto 266/2022. La norma pasó por la Cámara de Diputados con 155 votos a favor, 56 en contra y 19 abstenciones. Es importante mencionar que ya tiene media sanción del Senado.
En el articulado se impulsa la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), que tendrá como función regular la importación, exportación, cultivo, producción industrial, fabricación, comercialización y adquisición de semillas, de la planta de cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales.
En el caso del cáñamo industrial, apunta a legalizar los eslabones de la cadena productiva, los de comercialización y sus subproductos. En este marco la propuesta de ley contaba con el apoyo de provincias gobernadas por partidos opositores, como Jujuy y Corrientes, que ya tienen en marcha emprendimientos productivos cannábicos.
La norma propone mecanismos de autorizaciones para los productores y comercializadores, además de estrategias de seguridad, fiscalización y trazabilidad en la cadena. En relación al cannabis medicinal, tiene por objeto brindar un marco regulatorio para la inversión pública y privada en toda la cadena del cannabis medicinal y complementar la actual legislación, la Ley 27.350, que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis.
El Gobierno apunta a que el país tome el lugar de líder regional en el negocio del cannabis industrial. Las capacidades agropecuarias y científico-tecnológicas de una nación con tradición en la industria agrícola y prestigio en sus investigadores del Conicet o el INTA, aportan confianza para el sector a nivel mundial. Auguró, además, que para 2025 podrían crearse 10 mil puestos de trabajo, según señaló el ex ministro Matías Kulfas.
Por otra parte, el oficialismo se comprometió a que la reglamentación de la ley apunte a preferencias y facilidades para pymes y cooperativas, políticas para financiamiento y acompañamiento para ONG’s con el fin de que se adecuen al marco regulatorio y asegurar que el mecanismo para la autorización de producción del cáñamo no medicinal será “flexible”.
Recordemos que en nuestro país el 12 de noviembre de 2020 se publicó en el Boletín Oficial el Decreto 883/2020 que aprobó la nueva reglamentación de la Ley N° 27.350, de 2017, sobre Investigación Médica y Científica del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados donde los principales puntos son los siguientes:
1) Emprender acciones de promoción y prevención orientadas a garantizar el derecho a la salud y promover medidas de concientización dirigidas a la población en general estableciendo lineamientos y guías adecuadas de asistencia, tratamiento y accesibilidad;
2) Garantizar el acceso gratuito al aceite de cáñamo y demás derivados del cannabis a toda persona que se incorpore al programa, en las condiciones que establezca la reglamentación;
3) Desarrollar evidencia científica sobre diferentes alternativas terapéuticas a problemas de salud, que no abordan los tratamientos médicos convencionales;
4) Investigar los fines terapéuticos y científicos de la planta de cannabis y sus derivados en la terapéutica humana y así comprobar la eficacia de la intervención estudiada, o recoger datos sobre sus propiedades y el impacto en el organismo humano;
5) Establecer la eficacia para cada indicación terapéutica, que permita el uso adecuado y la universalización del acceso al tratamiento y conocer los efectos secundarios del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados, y establecer la seguridad y las limitaciones para su uso, promoviendo el cuidado de la población en su conjunto;
6) Propiciar la participación e incorporación voluntaria de los pacientes que presenten las patologías que la autoridad de aplicación determine y/o el profesional médico de hospital público indique, y de sus familiares, quienes podrán aportar su experiencia, conocimiento empírico, vivencias y métodos utilizados para su autocuidado;
7) Proveer asesoramiento, cobertura adecuada y completo seguimiento del tratamiento a la población afectada que participe del programa y contribuir a la capacitación continua de profesionales de la salud en todo lo referente al cuidado integral de las personas que presentan las patologías involucradas, a la mejora de su calidad de vida, y al uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados.
“Hoy estamos dando un gran paso, este marco regulatorio viene a permitir desarrollar una industria que trae divisas y trabajo, en un momento tan necesario para nuestro país. Esta ley trae un alivio para el padecimiento, abre el camino a salud con igualdad, pero todavía falta, nos queda un paso más, necesitamos un estado que acompañe y proteja, no uno que criminalice, tenemos que discutir las como son y dar el debate, necesitamos discutir la despenalización del consumo”, planteó la entrerriana del Frente de Todos, Carolina Gaillard, que junto a Mara Brawer fueron las legisladoras que participaron de la redacción del proyecto, junto al equipo del ex ministro Matías Kulfas.
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Carla Elena. Autora de Esi, haciendo camino al andar. Es Psicóloga Social. Diplomada en “Violencia Familiar y Género”. “Derecho de Niñez y Adolescencia”. “Discapacidad” y “Educación en Contextos de Encierro”. Posgraduada en “Educación Sexual Integral: Desafíos de la implementación en el ámbito educativo y comunitario”. “Despatologización de las Diferencias”. Miembro de Forum Infancias. Docente. Columnista de Sudestada, El Furgón y Revista Movimiento. Participa en Radio Tinkunaco en temas sociales. Tw: @Carla_Elena5. Instagram: @carlaelena5, Mail carlaelena74@hotmail.com.