Femicidios: Y nos siguen matando
Según el Observatorio de las Violencias de Género Ahora Que Sí Nos Ven hubo 30 mujeres asesinadas en el mes de diciembre de 2019, una muerta por día, un femicidio cada 24 horas.
A fines de noviembre, el Observatorio publicó un informe que muestra que hubo 297 femicidios en los primeros once meses de 2019: el 63 por ciento cometido por parejas o ex y un 15 por ciento por familiares o conocidos. Esto implica que más de 250 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin sus madres.
La cifra actualizada a diciembre 2019 es de 327 mujeres muertas en manos de la violencia machista cómplice y aliada principal del sistema patriarcal con el que culturalmente tenemos que romper. En lo que va de 2020 la cifra crece a pasos agigantados y asombrosos. Tenebrosos. Los números de víctimas al día de hoy ascienden a 10, según los medios de comunicación.
Desde el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, donde ahora hay una secretaría específica para tratar la violencia contra las mujeres, manifestaron que para poder bajar los índices de femicidios se necesitan políticas públicas de prevención, de acceso a la justicia y de atención integral que sean eficaces pero, sobre todo, un enorme cambio cultural a largo plazo.
Exactamente de esto se trata: un cambio cultural, de modificar conductas, de educar, para que el dominio del patriarca sobre nuestros cuerpos tenga un límite y comprenda, tanto él como toda la sociedad, que nuestros cuerpos no son propiedad de nadie, ni objeto de explotación alguna y que sobre ellos solo decidimos nosotras.
Ni porque podría ser tu madre, tu hermana, tu hija, tu sobrina o tu mujer. No, porque somos mujeres y tenemos derecho a estar vivas seamos gordas, flacas, feas, lindas, santas, putas o llevemos la ropa que elijamos. Esta no es una cuestión de características físicas ni de elección de vestuario, esto se trata de un sistema que conlleva años y mediante el cual también se sostiene el capitalismo, ya que se beneficia de la opresión sobre la mujer no reconociendo el trabajo que realiza para que el hombre sea útil para el patrón.
Al parecer hay modalidades que se repiten en estos actos: femicidio seguido de suicidio, agresiones con armas blancas, de fuego, ahorcamientos, entre otros. El varón violento no necesita ampararse en el anonimato para matar, entiende al femicidio como un mensaje aleccionador para las mujeres sobre las que siente que tiene el poder absoluto.
Según diferentes expertas, es urgente avanzar en estudios y protocolos de comunicación, para evitar que estas conductas se repitan. Por otra parte es fundamental saldar la deuda que aún como Estado tenemos, que es la aplicación de la ESI, la asignación de presupuesto a las políticas públicas y la implementación de programas donde las víctimas se sientan protegidas y no juzgadas.
Me gustaría concluir esta columna con unas líneas mencionadas por Raquel Vivanco, responsable del Observatorio a fin de 2019:
“En lo que va de este mes relevamos un femicidio por día, diciembre es un mes en el que se hacen balances y muchas veces se proyectan metas y cambios para estar mejor, muchas mujeres se replantean las relaciones en las que se encuentran e intentan ponerle fin al maltrato. Esta decisión muchas veces no es tolerada por los hombres con quienes se encuentran y la reacción es asesinarlas. El mensaje es claro: frente al rechazo los violentos deciden quitarles la vida. Ante esta situación alarmante es importante que desde el Estado se lleven a cabo políticas públicas para prevenir las violencias y que luego de las denuncias las mujeres no queden desamparadas. En este sentido, confiamos en esta nueva etapa que se inicia con la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad”.
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Carla Elena. Psicóloga Social, Diplomada en “Violencia Familiar y Género”. “Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes”. Graduada en “Educación Sexual Integral: Desafíos de la implementación en el ámbito educativo y comunitario”. Miembro de Forum Infancias. Docente.