A Chile el miedo se lo meten en la calle y se lo venden por los medios
Por Nazareno Roviello/El Furgón –
Nadie fuera de Chile está cerca de sospechar lo que sucede en este país.
Los medios no están mostrando la realidad, como siempre, como nunca. Los medios tradicionales chilenos están trabajando bastante en complicidad con el gobierno, y ambos cambiaron el tono cuando vieron que el malestar era masivo.
Sebastián Piñera dijo: “Estamos en guerra” y los medios se ocuparon de mostrar los saqueos y los incendios para sostener el mensaje del gobierno. Subestimaron la protesta y todo se les volvió en contra, cada entrevista que hicieron en la calle los vecinos gritaban y denunciaban para que cuenten lo que realmente pasaba.
Uno de los casos más paradigmáticos fue el de un trabajador del transporte.
En los primeros días donde el metro ya no se podía usar y los buses tenían que salir a hacer los recorridos, temprano en la madrugada, un notero le preguntó al conductor sí tenía miedo de salir a trabajar…
Notero: – ¿Usted ya sabe su recorrido?
Trabajador: – No ahora me lo informan.
Notero: – ¿Tiene miedo?
Trabajador: – Sí, claro que tengo miedo; tengo dos cáncer, trabajo con pañales, (suspira y llora). Pero lo que me pregunto es si Piñera está actuando como presidente o como empresario.
El notero sigue preguntando sin empatía porque no busca el lado humano o el horror del gobierno, busca culpables en la ciudadanía.
Todo el mundo en Chile parece tener en claro lo que sucede menos el gobierno y algunos medios.
Así también lo manifestaron los trabajadores de la salud en su marcha de ayer. Algunos tenían carteles diciendo “Violencia es que te llamen para sesión de quimioterapia dos meses después de tu muerte”, haciendo alusión a la cantidad de espera de los pacientes que mueren antes en condiciones aberrantes.
Las parvularias, que son las maestras jardineras de Chile, también fueron reprimidas; un camión hidrante las empezó a mojar para dispersar cuando solamente venían caminando por las calle.
Las violaciones a los derechos humanos que hoy existen, son innumerables, horrorosas, difícil de contar y generan profunda angustia y dolor. Pero el pueblo está cansado de vivir endeudado, de morirse por no tener salud, de pagar su educación a treinta años, de cobrar pensiones miserables, de trabajar para estar debajo de la línea de pobreza mientras que tienen un presidente que es la quinta persona más rica del país.
De todo el estado chileno, el único organismo que está protegiendo a la población es el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). Como indica la ONU, se motiva a todos los países a tener este tipo de organismos, cosa que Argentina no cumple.
Pero desde ayer el Instituto -que ya venía en una situación compleja- comenzó a ser objetivo de ataques directos. Luego de que el director de la PDI Héctor Ángel Espinosa Valenzuela acusara públicamente al director Sergio Micco de irresponsable, algo cambió.
El día martes por la tarde le dispararon de cerca a Jorge Ortíz, integrante del INDH. De cerca, cuando estaba identificado e incumpliendo los protocolos de Carabineros que indican el uso de arma de fuego, en última instancia, cuando la integridad física del efectivo esté en peligro, a esto se le llama grado 4. Una vez trasladado al hospital los médicos corroboraron las heridas y el caso se dio a conocer masivamente.
Parte de las respuestas de la clase política fue indicar que el tiroteo denunciado fue un montaje armado por el INDH. Paulina Núñez Urrutia, sin pruebas, convencida de que el tiroteo fue un montaje salió en CNN -en un larga entrevista- indicando que el empleado afectado tiene un pasado político y que hay que pensar qué clase de Instituto quieren tener.
Le decía al conductor una y otra vez que revisen las redes sociales del implicado y cerró indicando: “Creo que es grave que inciten al odio”. “Creo que esto pone en duda los informes del INDH y a esta altura el Partido Comunista sólo busca sacar provecho de esto”.
Una operación para deslegitimar en este momento al único organismo del Estado que protege a la sociedad es un acto que demuestra una falta de humanismo absoluto. Sergio Micco, director del INDH, fue muy claro al respecto: “El caso de Jorge Ortíz es un claro ejemplo del no respeto a los protocolos de carabineros que tienen que utilizar armas de fuego en última instancia cuando se encuentra en peligro su integridad física. A Paulina Nuñez le digo que dejemos que actúe la Justicia y pongámonos a trabajar todos para salir de esta situación horrible”.
El nuevo ministro del Interior, Gonzalo Blumel, al tanto del hecho habló con el jefe nacional de Carabineros para que se iniciaran los sumarios administrativos correspondientes. Por su parte Mario Rozas, de Carabineros, llamó a Micco para solidarizarse y comunicar el inicio del sumario administrativo. Pese a la campaña en contra del INDH que ayudaría al gobierno chileno, lo cierto es que estos sumarios y la gravedad del caso se da porque los disparos fueron efectuados hacía una persona que es personal del INDH. El Estado disparando contra el propio Estado.
Cuando el jefe de Carabineros se expresa para responder a la brutalidad del accionar policial se jacta de que son la minoría de los casos, argumento típico de las personas de “derecha” que vuelven todo una cuestión de cantidad y no de calidad.
Bastaría en un país decente para exigirle la renuncia un desaparecido o torturado, pero se ve que Chile no le alcanza con 20 muertos ni 20 desaparecidos ni con todas las acciones judiciales presentadas.
Quizás parezcan cosas del debate más profundo y alejado de la realidad chilena, pero la parte vital que salva vidas en el territorio. Si bien la gente está cada vez más organizada y cuando detienen a alguien van a la comisaría, el INDH junto con los abogados y garantizan la seguridad, el debido proceso y la integridad física de las personas. El momento de presión que vive el Instituto es insospechado y por eso es importantes que estos detalles se sepan. La soledad del pueblo y la gravedad de la situación son de tal magnitud que la propia ONU hace papelones. El día lunes debían llegar los enviados de la propia (Michelle) Bachelet por la Comisión de Derechos Humanos pero, sin motivos, la visita se suspendió sin fecha de confirmación. Recién ayer llegaron al país y aunque la propia ex presidente declaró que venían viendo la crisis de su país, lo cierto es que se permitieron los peores horrores durante 10 días.
El INDH ya presentó sus casos a la Alta Comisión y a partir de aquí, veremos qué resoluciones se toman para ayudar al pueblo. La ONU además debe reunirse con varias organizaciones más.
Pero mientras tanto y en el medio de una campaña sucia, en la tele no hablan de los desaparecidos, hablan de los violentos, el supuesto montaje del INDH y, por supuesto. el flagrante ministro del interior Gonzalo Blumel, intentando alcanzar un pacto social que permita a los privilegiados no abandonar su lugar de poder.
A Chile, el miedo se lo meten en la calle y se lo venden por los medios.