miércoles, septiembre 18, 2024
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Habla Emanuel Suárez, hermano de Aníbal, asesinado en la masacre de San Miguel del Monte

Por Luis Brunetto, desde San Miguel del Monte/El Furgón –

Emanuel Suarez es el hermano de Aníbal, el chico de 23 años víctima de la masacre de San Miguel del Monte. Lo entrevistamos en medio de la marcha donde el pueblo de la ciudad bonaerense repudió los asesinatos y salió a exigir justicia. Junto a su hermano, Emanuel había llegado a Monte desde la lejana Misiones, para trabajar, como tantos jóvenes obreros que se ven obligados a migrar para ganarse la vida.

El Furgón: – ¿Cómo fue el episodio con la policía cuando le pidieron la coima a tu hermano Aníbal?

Emanuel Suarez: – Eso fue un sábado a la mañana. Nos levantamos temprano porque mi tío tenía que viajar, y nosotros nos ofrecimos para ir a buscarlo en el auto y llevarlo a la Terminal. Tomamos mate y charlamos, hablando boludeces, riéndonos, y salimos medio apurados porque se nos hicieron como las 11. A mitad de camino había un patrullero, que nosotros ni le prestamos atención, y cuando llegamos a la ruta, ahí nos empezaron a hacer luces y yo me di cuenta. Entonces, le avisé a mi hermano, al lado de la YPF de la ruta.

E.F: – O sea les hicieron luces como cuando se comete una infracción…

E.S: – Claro. Ya ahí nos pidieron los documentos y empezó todo, porque cuando vieron que no somos de acá, que somos de Misiones, nos retuvieron los documentos. Y nos dijeron: “ustedes nos van a tener que seguir”. Y con mi hermano dijimos bueno, los seguimos. Y de ahí nos llevaron a la comisaría, a mi hermano lo encerraron en una pieza aparte, y le preguntaron cuanto valía el auto. Mi hermano había pagado 20 mil pesos, porque lo necesitábamos porque trabajamos lejos. Ahí el comisario dijo: “Bueno: el auto te salió 20 mil, si tenés 5 mil te entrego el auto, y te vas a tu casa contento.”

Informe sobre la masacre de San Miguel del Monte

E.F: – ¿El comisario? Directamente el comisario le pidió la plata?

E.S: – Si el comisario, al que ahora lo sacaron. “Si no te hago una multa de 35 mil pesos, que es casi el doble de lo que pagaste por el auto”. Y mi hermano quedó afligido, porque somos pobres, apenas trabajamos para comer, y tenía 4 mil que había juntado para hacer la transferencia pero no llegaba, porque salía 7. Y bueno, mi hermano prefirió darle los 4 mil pesos antes que perder 35 mil, más los 20 mil que ya había pagado…

E.F: – Si se entiende,, no podría hacer otra cosa.

E.S: Aparte no quería perder el laburo, porque trabajaba lejos, y lo iban a terminar echando.

E.F: – ¿Son los mismos policías que participaron de la masacre?

E.S: – No eso no lo sé. Pero es una posibilidad. Yo creo que ese día lo siguieron por eso, porque era plata que podían sacar fácil. El mismo día que entregamos los 4 mil pesos, salimos contentos los dos, y al rato sale una patrulla atrás de nosotros. Y esa patrulla nos seguía siempre, continuamente. Nosotros pasábamos a una cuadra y dos cuadras atrás pasaba la patrulla. Calculo que los policías habrán visto el auto y habrán dicho “ahí van los misioneritos, vamos a seguirlos , los paramos de vuelta y les sacamos plata”.

Norita Cortiñas junto a Emanuel Suárez

E.F: -Además, el policía que dice que alumbra con la linterna para ver la patente, y a ustedes les hicieron luces de día, más les iban a hacer luces de noche. Es contradictorio.

E.S: – Por eso no entiendo cuando dicen eso, porque si de día nos hicieron luces y vimos, de noche te encandilan con esos faros si te hacen luces. Pero acá todos encubrieron. Yo creo que hasta la intendenta habrá cubierto a los policías, porque ella decía que no hubo disparos, que el policía saco la linterna para alumbrar, y el martes en el corte cuando le decían de todo, la intendenta se tuvo que ir y al otro día salió todo a la luz: Qué hubo disparos, que los policías los corrían. A nosotros nos dijo que la patrulla andaba a 100 o 150 metros del de mi hermano, pero es mentira, estaban a 30 metros del auto…

E.F: – Si se ve en el video.

E.S: – Y mi hermano seguro que quiso cuidar a los chicos y por eso no paró. Para tratar de defender a los chicos,porque él defendía a todo el mundo, porque él era bueno, te saludaba, te abrazaba aunque no te conociera.

E.F: – ¿Cómo estás vos?

E.S: – Y, destrozado. Sé que no estoy sólo, tengo a mis tíos que viven acá y me están apoyando, la gente del pueblo. Pero lo extraño mucho, vivíamos los dos solos, entrar a la casa y no escuchar la voz de él, nos sentábamos a comer, a charlar, nos reíamos todo el tiempo. ¡Eramos hermanos de verdad! Ahora lo que queremos es que se haga justicia y que nos entreguen el cuerpo, porque lo queremos llevar a Misiones que mi mamá está destrozada allá, para enterrarlo en nuestro pueblo, Concepción de la Sierra. Es un pueblito muy chiquito donde lo está esperando su familia y toda la gente, el pueblo entero. Un pueblo de gente trabajadora y pobre que ahora lo está llorando.

EF: – ¿Cuáles eran los sueños de Aníbal?

E.S: – Y ahora, soñaba con terminar de arreglar su autito, y que nos vayamos para Misiones en el auto. Y mirá ahora como lo llevamos.

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