Argentina: Por el camino del medio…
Por Jorge Montero/ El Furgón-
El asesinato del general iraní Qasem Soleimani por parte de los Estados Unidos tiene todas las características de un acto terrorista. El dron norteamericano sobrevoló ilegalmente el territorio iraquí para perpetrar el crimen contra uno de los más altos funcionarios de un estado soberano, la República Islámica de Irán. Un claro acto de guerra del país imperialista, del que se jactó además su presidente Donald Trump.
Ante estos hechos, el comunicado que emitió la Cancillería argentina a cargo de Felipe Solá estuvo lejos de repudiar el ataque terrorista y, como si todo esto fuera poco, la Cancillería emitió otro comunicado con fecha 5 de enero, ahora en referencia a la República Bolivariana de Venezuela, a cuenta de la decisión de la Asamblea Nacional (AN, parlamento), de desplazar a Juan Guaidó –‘el autoproclamado’- de la presidencia del cuerpo. En su lugar fue elegido con los votos de los legisladores chavistas, el diputado Luis Parra, opositor que no adhiere al golpismo. De hecho, se quebró el frente extremista que sostuvo a duras penas a Guaidó, amparado por millones de dólares y la presión de Estados Unidos. Mientras ‘el autoproclamado’ denunciaba un inverosímil “golpe de estado parlamentario”.
Cancillería argentina – Comunicado de prensa / 05/20 – 5 ene. 2020“El Gobierno argentino lamenta profundamente los episodios registrados en el día de la fecha en la República Bolivariana de Venezuela. Resultan inadmisibles para la convivencia democrática los actos de hostigamiento padecidos por diputados, periodistas y miembros del cuerpo diplomático al momento de procurar ingresar al recinto de la Asamblea Nacional, para elegir a las nuevas autoridades de su junta directiva”
Más allá de la propaganda antichavista de los medios de prensa, lo real es que este 2020 comenzó muy mal para Guaidó y el golpismo que representa. Por ello mismo suena grotesco el comunicado de la Cancillería argentina, en una posición que la acerca peligrosamente a las posiciones más reaccionarias del Grupo de Lima, teledirigido desde Washington, y que Argentina no abandonó por expreso pedido de Trump. Del mismo modo, y por exigencia estadounidense-israelí, el gobierno argentino mantuvo finalmente vigente el decreto, firmado por Mauricio Macri sobre el final de su mandato, que declara a Hezbollah (‘El Partido de Dios’ que integra el gobierno del Líbano) como organización terrorista, aun cuando la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, se había pronunciado publicamente en favor de derogar esa resolución heredada del macrismo.
Es cierto que Argentina, al igual que México, no firmó el documento del Grupo que condena a Venezuela como una dictadura y reconoce a Guaidó como Presidente de la AN. También que, en un evidente gesto de compensación, acaba de retirar las credenciales de la “embajadora” de Guaidó en nuestro país, Elisa Trotta. Pero las declaraciones del encargado de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, no dejan lugar a dudas sobre el significado del gesto que representan los comunicados de la Cancillería argentina: “Argentina ha dicho que lo sucedido es inaceptable y México que el funcionamiento democrático es fundamental… El hecho de que las posturas vengan de gobiernos de izquierdas añade importancia a lo sucedido y aumenta el aislamiento del régimen de Maduro… el nuevo gobierno de Argentina ha tomado una posición ligeramente diferente y también lo ha hecho México. No tienen la misma posición obviamente que los Estados Unidos pero fue muy interesante que el mismo día, y sin dudarlo un segundo, calificaran lo sucedido de inaceptable”, (El País: Estados Unidos aplaude el distanciamiento de México y Argentina de Maduro).
Cancillería argentina – Comunicado de prensa / 04/20 – 4 ene. 2020
“La República Argentina ve con preocupación los recientes acontecimientos en la región del Medio Oriente e insta a todas las partes a trabajar en pos de una salida pacífica y negociada que evite escaladas que pongan en riesgo la seguridad internacional.”
Otra vez queda en evidencia algo que los pueblos del planeta deberían gritar a los cuatro vientos: el mismo presidente Donald Trump al que Guaidó y Leopoldo López pidieron que invada Venezuela, hoy trata de esconder el peligro al que arrastra al mundo asesinando militares de una nación soberana.
¿Hasta dónde llegará el gobierno de Alberto Fernández en su afán de no malquistarse con el imperialismo estadounidense?
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