El Batuque oscuro de Brasil
Por Lucio Albirosa/El Furgón –
Rio do Janeiro, 14 de marzo 2018
El 22 de diciembre de 1988 asesinaron cobardemente a Francisco Alves Mendes Filho (chico Mendes) en la Amazonía brasileña. Nació pobre, de seringueiro sin escuela pasó a ser sindicalista y luego ecologista. Recibió el Premio Global 500 de la ONU y la medalla por su Defensa al Medioambiente por parte de la Better World Society. Peleó contra los grandes empresarios forestales amigos del gobierno desde mediados de la década del 70` y hasta su muerte.
Cuatrocientos detenidos ilegalmente, cuarenta torturados y muertes sin esclarecer en la misma cuenta de árboles talados en ese lapso de tiempo. El 21 de julio de 1980, es asesinado Wilson Pinheiro, otro activista que supo denunciar a la derecha extrema por apropiación de tierras en la Amazonía. Corrió la misma suerte de Mendes.
En noviembre de 2016, luego de denunciar a políticos y a las fuerzas de seguridad brasileñas por el atropello indiscriminado a los bosques de Guajajara y a sus humildes pobladores, fue asesinado José Días “Guajajara”. Los madereros ilegales (algunos, socios de Michel Temer) fogonearon mediáticamente la muerte y esto derivo en hechos sangrientos donde las metrallas, hasta hoy impunes, cobraron la vida de cinco activistas más; defensores del pueblo situado al Nordeste de la Amazonía.
El 19 de enero de 2017, el juez Teori Zavaski, luego de investigar a Lula Da Silva y Dilma Russef en la causa por corrupción más grande de Brasil (Lava Jato), donde la investigación salpicó de lleno a Michel Temer, murió al estrellarse misteriosamente contra el mar la avioneta en que viajaba, la cual había despegado a tan solo dos kilómetros del lugar del accidente fatal.
Marielle Franco era una activista de color, política y defensora de los Derechos de la Mujer y Derechos Humanos, entre tanto acto y valor humano para destacar. Había denunciado la “impunidad” y “corrupción policial” en las favelas; allí donde la tajada se divide -muerte y violencia de por medio- entre poder político, judicial y policial. Marielle Franco fue el blanco certero de cuatro balas, también su chofer, apenas ayer.
Brasil otra vez, como 125.000 veces lo ha hecho ya, llora otra muerte a manos del poder en su carrera criminal contra negros, zurdos y pobres.
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En “La venganza del olvido” (oct, 2019)
Foto de portada: Scola Do Samba Mangueira, carnaval de Brasil