Piñera, si usted no los deja soñar, ellos no los dejarán dormir
Por Nazareno Roviello/El Furgón –
Si algo puede definir en este momento a Chile es la tensión. Constante y ardida tensión que recorre cada rincón de país. Sergio Micco, director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), dijo en declaraciones a la televisión que no creía que la violación a los derechos humanos fuese sistemática. Fue un error que le costó caro; sus propios compañeros le pidieron la renuncia y tuvo que aclarar que tampoco era algo que había que descartar. Y Anonymous terminó hackeando la página del Instituto y diciendo que estos mentían.
Frente a todo lo hecho por el INDH lo que nadie se detuvo a pensar es que, quizás, las amenazas y presiones que recibieron fueron demasiadas. Además, en una situación grave, una de las más delicadas que vivió Sudamérica en los últimos años, se podría entender que esto no escapa a la buena intención de cualquiera.
Llueven al igual que las balas las denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos y son pocas las personas que pueden y quieren hacer algo para ayudar a la gente. No hay duda de que el INDH lo viene haciendo. Insta una y otra vez al Gobierno y a los Carabineros para que cumplan los protocolos de trabajo.
Hoy hay dos claves para que no se desate el horror: las redes sociales y el Instituto.
La responsabilidad por el accionar de los Carabineros y el respeto del protocolo depende del Estado y la dirigencia de su director Mario Rozas. Que hoy día luego de muchos muertos,más de 200 mutilados y el anuncio de las organizaciones internacionales humanitarias, diciendo que en Chile se estaban violando sistemáticamente los derechos humanos, tuvo que “cambiar” el protocolo y por eso anunciaron que Carabineros sólo hará disparos con escopeta cuando su integridad física esté comprometida. Algo que estaba en el protocolo, violado una y otra vez. También cuando hubiese daños en la propiedad pública/privada, lo que igual deja un abanico muy amplio y peligroso.
Ya hemos visto lo que sucede cuando los protocolos no respetan y mencionaremos algunos casos. Mauricio Jara, un trabajador de 28 años quien alrededor de las 7 de la tarde del lunes 4 de noviembre, había pasado a buscar a su hermana para ayudarla a descargar mercadería en su local. En las cercanías del Parque Bustamante, frente a Plaza Italia, los carabineros comenzaron a disparar nuevamente indiscriminadamente mientras que el joven bajaba botellones de agua. El joven se desvanece de repente y todo se vuelve un charco de sangre, su hermana no entiende nada. La gente comienza a gritar y la situación se vuelve confusa. Su hermana intenta socorrerlo mientras que la policía sigue tirando bombas lacrimógenas y disparando sin parar.
“Era una guerra campal, los carabineros todo el día disparando”, dice su hermana Marisel. “Veo que cae al piso y queda lleno de sangre y la policía comenzó a dispararnos”. En el medio de ese episodio de guerra apareció personal de la Cruz Roja, quienes pudieron asistir y trasladar al joven al hospital Posta Central.
Mauricio recibió un impacto de bomba lacrimógena directo a su frente. La prueba: su tomografía y cráneo roto.
El doctor Sebastián Mayanz, jefe técnico de la unidad de cuidados intensivos, declaró: “Venía algo comprometido de conciencia, pasó rápidamente al scanner y posteriormente a cirugía porque tiene un trauma cerebral con fractura de cráneo”
La única manera de que el impacto haya producido esa fractura es que la haya recibido de frente y a una distancia no mayor a 100 metros ¿Que dice el protocolo de Carabineros?
Carabineros debe usar las armas en última instancia y al igual que el INDH repetimos incesantemente: cuando su integridad física se encuentre en peligro. Las bombas de gas lacrimógena deben ser disparadas hacia arriba y no directo hacia la gente. Sin embargo, se abarrotan los videos en las redes sociales de los oficiales del Estado incumpliendo los protocolos y haciendo cuanto daño puedan.
Hoy Mauricio Jara es una repetición más en la boca de Mario Rozas, el director nacional de Carabineros que no deja de decir: “Cada denuncia que tomamos noción se hace un legajo administrativo para ver cuales son las sanciones a tomar y se informa al Ministerio Público”
Aunque también se filtró un audio suyo hablándole al personal de Carabineros diciendo: “No voy a echar a nadie por procedimiento, aunque me obliguen”. Despertó mucho repudió y deberían haber pedido su renuncia ya que es una confesión de cómo se violan los derechos y no importa la ley para ellos, pero la ley no es para todos igual.
Hoy Sebastián se encuentra en coma inducido luchando por su vida y formará parte de un legajo a un carabinero que dice proteger a la comunidad y, sin embargo, tiró a matar.
La propia Valentina Miranda, vocera de la asociación nacional de estudiantes secundarios, durante la jornada del 20 de octubre recibió el impacto de una bomba lacrimógena en su hombro, causándole un gran hematoma que pudimos ver con nuestros propios ojos; como si fuera poco, también recibió un perdigón en su oreja y el martes siguiente, cuando se encontraba en la casa de un compañero, un equipo de carabineros entró al hall del edificio y se los llevó detenidos de manera ilegal.
Por otro lado el caso Gustavo Gatica que el 8 de noviembre recibió un balín en cada ojo y se convirtió, por un lado, en símbolo de lucha y, por el otro, en ejemplo de la violencia desquiciada del Estado. Volviendo sobre los mismos argumentos, Carabineros en lugar de disparar hacia el piso o los miembros inferiores como indican las normas, lo hace directamente a los ojos. Prueba de ello fueron los aumentos exponenciales constatados por los organismos durantes la semana pasada, sobre todo en las jornadas de jueves y viernes.
Chile hoy ocupa el primer puesto a nivel mundial de lesiones oculares en menor tiempo, superando a zonas de guerra. Este es un triste indicador. Por este caso el INDH presentó una querella contra Carabineros por lesiones graves.
Podemos sumar la brutal represión de la jornada del martes a la madrugada en Lo Hermida donde sin permiso alguno entraron a las casas, golpeando brutalmente a las personas. Violentaron a una mujer embarazada, quebraron los brazos de una vecina y hasta rompieron los vidrios de los coches. Sobran las imágenes de violencia explícita perpetradas por Carabineros -aunque muchos quieran buscar excusas y decir que defienden la democracia- en Chile se están cometiendo delitos de Lesa humanidad.
Quedan muchas querellas por ser presentadas y al igual que cada vez que el Estado ejerció terror, muchas denuncias serán presentadas después de tiempo, después del miedo, otras quizás nunca, pero pruebas para imputar a los responsables políticos sobran.
Mientras que no se respeten los protocolos habrá violaciones de derechos humanos y mientras el Presidente esté más preocupado por sacar leyes anti protestas, anti capuchas, anti barricadas nadie estará en paz. Estos son solo algunos nombres del horror, algunas víctimas de miles.
Ya se presentó la imputación contra 14 carabineros por torturas, Piñera encara una acusación constitucional de sus pares en el Congreso y el juez Patricio Álvarez firmó una resolución aceptando la demanda contra el presidente por ser responsable de delitos de lesa humanidad…
“Se admite a tramitación la querella interpuesta; remítase al Ministerio Público”.
Usted, Piñera, ha sido formalmente avisado. Si usted no los deja soñar, ellos no los dejarán dormir.