Un nuevo libro de Ricardo Ragendorfer: Las andanzas de una Bullrich muy Patricia
Por Fabián Kovacic/El Furgón –
Tres núcleos constituyen la originalidad de este nuevo libro de Ricardo “Patán” Ragendorfer. El minucioso despliegue del frondoso árbol genealógico de la ministra de Seguridad; la profunda influencia de Rodolfo Galimberti en la formación política de la joven Patricia, y la escasez de luces y convicciones políticas que jalonaron la vida de quien, según Ragendorfer, puede ser la primera procesada por la justicia federal apenas deje su cargo.
Como ya ocurrió con “La Bonaerense. Historia criminal de la policía de la provincia de Buenos Aires” (Editorial Planeta, Buenos Aires, 1997) y “Los doblados. Las infiltraciones del Batallón 601 en la guerrilla argentina” (Sudamericana, Buenos Aires, 2016), Ragendorfer no se limita al recorte del tema propuesto en los títulos. Extiende su relato al contexto histórico y social para facilitar la comprensión de los lectores sobre los hechos, dándoles profundidad narrativa y una puesta en valor de cada personaje en cada circunstancia.
Su parentesco con Juan Martín de Pueyrredón, José Hernández, Julio Argentino Roca y Adolfo Bullrich, intendente de la capital, precisamente cuando Roca iniciaba su segundo mandato como presidente en 1898, hicieron crecer a Patricia Bullrich entre fotos sepia e historias contadas por Toto, la abuela materna Esther Lidia Pueyrredón Meyans, hija a su vez del viejo referente de la UCR, Honorio Pueyrredón.
Todo cambió cuando el país entró en la vertiginosa década de 1970. Patricia Bullrich y su hermana Julieta conocieron al personaje que iba a cambiarles la vida: Rodolfo Galimberti. En 1972 y por oficios del dandy criollo Diego Muñiz Barreto, un excéntrico personaje que frecuentaba a Juan Perón en su exilio madrileño, Galimberti conoció a las hermanas y se enamoró perdidamente de Julieta. A partir de ese momento Patricia -Patus para la familia patricia-, se convirtió en Cali, para la militancia montonera.
El libro narra con la reconocida maestría de Ragendorfer, los entresijos de la militancia juvenil peronista en la previa de la vuelta de Juan Perón y las elecciones que llevaron a Héctor Cámpora al gobierno en mayo de 1973. La descripción detallada de los avatares del “Loco Galimba” y “Cali” permiten dibujar también la insolencia juvenil montonera frente a la diestra muñeca de Perón: la caída en desgracia del joven Galimberti por su impulsividad, frente al tribunal encabezado por el propio líder exiliado que lo esperaba en Puerta de Hierro junto a la caterva del aparato peronista aparece descripto con meridiana claridad. El ostracismo al que luego fue sometido por la conducción montonera y su posterior errático desempeño en busca de obtener una tajada del dinero cobrado por el rescate de los Born como único horizonte, jalonan el relato paralelo que sirve de marco para entender el ansia de poder sin más. En el centro, la vida de Cali en busca de escalar posiciones que la ubiquen en el centro de la escena para pasar a la historia. La ministra de Seguridad del macrismo no existiría de no haber sido la sombra de Galimberti. Bajo su ala atravesó los años de la dictadura y la vuelta de la democracia. Ella lo acompañó en sus tropelías en el exilio y hasta en el lanzamiento de la Juventud Peronista Unificada en el Luna Park en 1984 donde Cali volvió a ser Patricia y se disponía a ocupar la conducción de la rama juvenil del peronismo. En cada anécdota aparece su deseo de trepar y su escasa formación política e ideológica. La clandestinidad obligada de Galimberti en el Buenos Aires democrático la obligó a deambular junto a él en citas y hospedajes varios. Hasta que la muerte se lo llevó ante la cuasi indiferencia de Patricia.
Sin padrino pero con algunos años de exposición pública, decidió acompañar dentro del peronismo a quien ganara: estuvo con Antonio Cafiero y la renovación de 1987, se pasó al menemismo sin ruborizarse con la llegada del riojano Carlos Menem al poder durante una década y tampoco se despeinó cuando cruzó de vereda hacia la Alianza encabezada por Fernando de la Rúa donde mostró su frialdad a la hora de recortar recursos en el sector más vulnerable, los jubilados. Con la crisis de 2001 se guardó y resurgió más a la derecha en 2003 con su propio partido Unión por Todos hasta que enganchó con el macrismo. El resto es historia reciente.
Sin embargo el cierre del libro agrega un condimento esencial para una biografía que nació patricia, padeció muertes trágicas en la familia y se decidió por la política como modo de subsistencia. Las tareas de la ministra de Seguridad desde el primer día de gestión de Mauricio Macri permiten inferir a Ragendorfer que esta vez no saldría ilesa de la escena pública ante un posible cambio de signo político a partir del 10 de diciembre. La histórica habilidad de la justicia federal para reubicarse frente al poder de turno puede llevar a Patricia Bullrich ante los tribunales antes que a ningún otro funcionario público. Las causas judiciales por la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, el asesinato del mapuche Rafael Nahuel, la bendición oficial a la doctrina Chocobar del gatillo fácil, la causa por espionaje en manos del juez federal Alejo Ramos Padilla quien ya verificó la relación entre la Ministra y el falso abogado D´Alessio, sumado a algunas acciones urbanas de la Gendarmería, como la represión de la murga infantil en la villa de Retiro en febrero de 2016, pueden hacerla desfilar por los despachos de Comodoro Py antes de fin de año.
El documentado relato de Ragendorfer junto a su habilidad narrativa para describir las andanzas de un chica muy Patricia, permiten entender una parte del rompecabezas macrista que desembarcó en el poder. Vacío, ansias de poder y dinero.
Título: Paticia. De la lucha armada a la Seguridad
Autor: Ricardo Ragendorfer
Editorial: Planeta. Espejo de la Argentina, Buenos Aires, julio 2019.
271 páginas.
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Fotografías de portada e interior: Fran Kovacic