martes, septiembre 10, 2024
Nacionales

Banfield y ‘Los 11 de Memoria’. “Jamás los podrán hacer desaparecer de nuestros corazones y del club de sus amores”

Por Julián Scher/El Furgón –

La voz de Lucía Barbuto tiembla. Y hace temblar a la historia. Avanza como puede, conmovida por la multitud que tiene delante de los ojos y protegida por la mirada de cuatro señoras expertas en hacer temblar a la historia. Lo dice: “Pido perdón en nombre del club por haber demorado tanto en hacer este reconocimiento”. Ella, que es la presidenta de Banfield, quiebra una tradición de silencios en la dirigencia deportiva al ratificar lo que a esta altura es cada vez más difícil de ocultar: los clubes, con parte de su comunidad lesionada por las torturas, los asesinatos y las desapariciones, también fueron víctimas del plan sistemático de exterminio desplegado por el proyecto genocida desde mediados de los setenta.

Lucía Barbuto, presidenta de Banfield, firma los carnets de los socios restituídos. Fuente: Club A. Banfield. @CAB_oficial en Twitter

Florencia Chidichimo consigue parar de llorar en algún momento de la velada. Observa alrededor y entiende por qué está en el Florencio Sola. Dudó de ir hasta esa misma mañana porque abrir las heridas, aunque las décadas se acumulen en el calendario, siempre resulta doloroso. Pero pensó que Ricardo, su papá, hubiera querido que ella estuviera ahí. Secuestrado desde el 20 de noviembre de 1976, Ricardo es uno de los 30.000 y, a la vez, integra Los 11 de memoria: o sea, es uno de los 11 socios desaparecidos a los que Banfield les restituyó su condición de asociados en un acontecimiento que marcará un antes y un después en el vínculo entre el fútbol y los derechos humanos. Cuando Florencia se erige para ir en busca del carnet que Barbuto firmó hace tan solo unos minutos, se topa con la ternura de Nora Cortiñas, que pide entregárselo como un modo de recordar a Quita, la abuela de Florencia, la mamá de Ricardo y un baluarte en la titánica pelea de las Madres de Plaza de Mayo.

Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora. Fuente: Club A. Banfield. @CAB_oficial en Twitter

Todo sucede debajo de la tribuna lateral como para certificar que, sean de cemento o de madera, en esos sitios, entre tanto grito de gol, se refugia la memoria popular. Delia Giovanola cruzó la línea de los 93 pero mantiene la juventud intacta. Todavía no termina de creer que todo esté pasando tan cerca del Pozo de Banfield, el centro clandestino de detención en el que nació su nieto Martín, con quien se reencontró recién hacia finales de 2015. Conmueve: “Esto es como las escondidas. El juego dura hasta que aparezca el último nieto”. La respuesta llega desde la boca de Sergio Smietniansky, referente de Banfield por los Derechos Humanos, el espacio que impulsó la iniciativa: habrá un convenio con Abuelas de Plaza de Mayo para intensificar la búsqueda de aquellas y de aquellos que nacieron a pocas cuadras de donde ahora está sentado Jesús Dátolo, referente del equipo de fútbol masculino del Taladro.

La presidenta de Banfield junto a familiares y militantes por los derechos humanos. Fuente: Club A. Banfield. @CAB_oficial en Twitter

Pañuelo blanco alrededor de la cabeza, Taty Almeida se encarga de reivindicar la militancia de su hijo Alejandro, consecuente hincha de Racing, y de quienes fueron arrasados por intentar construir una sociedad justa. Ni “por algo será” ni “no había hecho nada”. No es casualidad que sugiera no temerle a ese vocablo tan bastardeado por quienes pretenden barrer con los sueños colectivos. Frente al deseo genocida de quitar del mapa las identidades y las prácticas de las víctimas, la decisión de quebrar el perímetro del terror invitando a comprometerse. Lita Boitano, titular de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, y el periodista Ezequiel Fernández Moores, sentados en la misma mesa, asienten convencidos. En un costado, una mamá desata su nudo en la garganta para darle la teta a su hija. Alguien registra la escena y regala una mueca: el futuro está garantizado.

El acto de restitución como socios a los desaparecidos de Banfield. Fuente: Club A. Banfield. @CAB_oficial en Twitter

Cada biografía le da vida al equipo y sacude la piel del auditorio: ahí están, presentes ayer, hoy y siempre, Chidichimo, Alberto Pera, Alejandro Hansen, José Pablo Ventura, Eduardo Streger, German Gavio, Raúl Ceci, Mario Pierrepont, Leonel Saubiette, Roberto Matthews y Silvia Streger. Analía Gavio, sobrina de Germán y pieza fundante del área de género de Banfield, habla en nombre de las familias homenajeadas. El mensaje tiene como destinatarios a los perpetradores del genocidio. Y no sólo a ellos. También a la eternidad.

Barbuto junto a familiares de desaparecidos.Fuente: Club A. Banfield. @CAB_oficial en Twitter

– Jamás los podrán hacer desaparecer de nuestros corazones y del club de sus amores.

Lo que llueven son aplausos. Si estuviera ahí, el sociólogo inglés David Goldblatt agregaría: “Ninguna historia del mundo moderno está completa si no tiene en cuenta al fútbol”.

Los derechos humanos llegaron al fútbol argentino en la voz de sus familiares. Fuente: Club A. Banfield. @CAB_oficial en Twitter

Cuando Nora Cortiñas cierra el puño, lo levanta como una espada y grita “Hasta la victoria siempre”, a nadie se le ocurre que el horizonte pueda ser otro. Golazo contra la indiferencia, contra el desentendimiento, contra la comodidad del apoliticismo deportivo y, sobre todo, golazo de la memoria, golazo de la verdad y golazo de la justicia. Profunda pertenencia afectiva para millones, enorme excusa para la felicidad compartida, es el fútbol, nuestro fútbol, el que hace esos golazos.

Está haciendo temblar a la historia.

Fotos de Portada e interior: Club A. Banfield. @CAB_oficial en Twitter