Alejandro Vilca, diputado en Jujuy: “Demostramos que se puede enfrentar a los poderosos en una provincia oligárquica y conservadora”
Por Luis Brunetto/El Furgón –
Alejandro Vilca es diputado provincial por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) de Jujuy, distrito en el que la fuerza tuvo su mejor desempeño en las elecciones del 2017, disputando el segundo puesto con el Partido Justicialista (PJ) y ganando en municipios fundamentales, como Libertador General San Martín. Delegado gremial de los recolectores de residuos de la Municipalidad de Jujuy, nos habla de la niña violada a la que se negó el aborto legal, del papel de una banca obrera, del caso Milagro Sala, el crecimiento del FIT y de la situación social de una de las provincias más pobres, pero también más rebelde, de la Argentina.
EL Furgón: – Imposible no iniciar este reportaje sin preguntarte por el tema de la niña violada a la que se negó la práctica de un aborto legal…
Alejandro Vilca: – Si, es tremendo. Le hicieron una cesárea a una nena de 12 años violada, a pesar de que la nena junto a su madre habían pedido que se le realizara un aborto legal. De esta manera se revictimizó a una niña que había sufrido abuso. Ahora el Ministro de Salud Gustavo Bouhif, un verdadero hombre de las cavernas, y el propio Gerardo Morales, quieren utilizar este procedimiento aberrante como un caso testigo, y hasta piden que se legisle en base a esta intervención un nuevo procedimiento para avasallar el derecho al aborto no punible, en las causales que establece el artículo 86 del Código Penal, y que regula el fallo FAL de la Corte Suprema, al que la provincia adhirió en 2012. Con estos casos se hace cada vez más evidente la necesidad de conquistar el aborto legal, seguro y gratuito. Desde el PTS- FIT seguiremos acompañando la lucha del movimiento de mujeres. En su lucha por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal, seguro y gratuito para no morir.
EF: – Hace varios años, Jujuy fue sacudido por el encarcelamiento de Romina Tejerina, y su caso se convirtió en un hito en el desarrollo del movimiento de mujeres en todo el país. Sin embargo, hoy se da esta situación similar incluso, si se puede decir así, agravada por la edad de 12 años de la niña. ¿Cuál es la situación actual de la mujer en Jujuy? ¿Qué desarrollo tiene el movimiento de mujeres?
AV: – Lo de Romina Tejerina fue una prueba de lo que es un sistema patriarcal bancado desde el Estado, y si bien fue un hito y un antecedente de las barbaridades que puede cometer la justicia, en ese momento quedó aislado. Ahora, con la “ola verde” hubo una gran bocanada de aire fresco, y muchas mujeres se han animado a salir a las calles a protestar en una provincia en la que, históricamente, desde la conquista, la Iglesia tiene un peso enorme, y siempre ha sido un pilar fundamental del estado y del gobierno. Y lo sigue siendo, no sólo como instrumento de contención social, sino de adoctrinamiento ideológico en las escuelas. Entonces, el desarrollo del movimiento de mujeres ha sido muy importante, y sobre todo revulsivo, al mostrar el contraste de lo que son las estructuras del estado, la justicia, el gobierno y los partidos tradicionales, que han salido en contra de este movimiento, cuya fuerza se encuentra en los sectores populares y la juventud. La juventud secundaria y universitaria ha sido protagonista de las movilizaciones. Y sobre todo es muy claro el contraste social: los ricos hipócritas defienden el pañuelo celeste, las “dos vidas”; y las jóvenes y mujeres trabajadoras empiezan a animarse a cuestionar, no sólo esta sociedad machista y patriarcal, sino la misma sociedad de clases. Y esto ha servido mucho para la construcción del movimiento de mujeres y de la izquierda.
EF: – ¿Cómo atraviesa Jujuy, una de las provincias más pobres de la Argentina, la crisis actual?
AV: – Junto con Chaco, Salta, Santiago del Estero y Formosa, la nuestra es una de las provincias más pobres. La situación es muy difícil. Desocupación crónica, trabajo precario, que se tapó durante mucho tiempo con la asignación social del estado, ahora con la política de Macri y Morales, realmente han golpeado y agravado la situación provincial. Los índices de pobreza llegan casi al 35 % y la inflación es más alta que la media nacional, casi el 50 %. Y el presupuesto muestra una reducción en partidas para salud, educación, vivienda. Además hay varios conflictos obreros, como el de Fundición El Aguilar, de Palpalá, vinculada a la mina El Aguilar que se encuentra en la Puna jujeña, que ha despedido 128 trabajadores, pero que ya anunciado que cerraría la empresa. Yo creo que esto en parte se explica por la política de ajuste, pero en parte también por el envalentonamiento de algunas patronales que aprovechan para avanzar en la flexibilización. Lo mismo ocurre con la papelera Exincor, también en Palpalá, que también comenzó a despedir y a flexibilizar las condiciones de trabajo. Y hay muchos despidos de empleados de comercio. Pero los trabajadores están luchando y se están organizando, coordinando sus conflictos, y levantando la reivindicación de la prohibición de los despidos, algo que Macri vetó. Desde el FIT la presentamos y logramos que sea aprobada en la propia Palpalá, ¡pero el intendente radical Pablo Palomares la vetó!
EF: – En CABA se aprobó el proyecto de la UNICABA, que apunta al cierre de los Institutos de Formación Docente, y se acaban de cerrar escuelas nocturnas. En Jujuy esto no es nuevo pues Morales, apenas asumió, inició un ataque a la educación superior y a la educación de adultos. ¿Cuál es el resultado de la política educativa de Morales?
AV: -Morales puso como ministra a Isolda Calsina, que es una abogada tecnócrata, que está llevando las cosas a una situación crítica. Hemos vivido el cierre de carreras en Profesorados en zonas rurales, donde no hay acceso a la universidad, y a los jóvenes del interior se les cercena un derecho elemental: el de continuar sus estudios. Muchos de esos jóvenes, sobre todo en la Puna o en la Quebrada, han tenido que emigrar. Además se cerraron otros planes de estudio, como los CAC, que eran un complemento al sistema educativo formal para adultos mayores. La precarización del trabajo docente, que venía del gobierno anterior, ha permitido el despido y el cierre de carreras. A la vez que se cierra en el estado, proliferan las ofertas educativas privadas, ligadas a los propios funcionarios. Esta situación ha provocado grandes movilizaciones de protesta, y el gobierno de Morales ha desatado una persecución tremenda contra los docentes desde el primer día, judicializando la protesta y atacando el derecho de huelga, con descuentos terribles en los salarios. Una metodología se extiende a todos los trabajadores.
EF: – Hace días falleció en Salta un trabajador rural por hanta virus, que se suma a otros 7 en 2018, y se confirmó un caso en Jujuy: ¿El gobierno jujeño tomó alguna medida?
AV: – El gobierno trató de bajar los decibeles y mostrar que son casos aislados. Pero es un reflejo de la pobreza y la miseria: en Jujuy mucha gente va a buscar comida a los basureros, gente que no tiene para comer y vive en situación de indigencia. La proliferación de ratas, que son las que transmiten este virus, está directamente ligada a la miseria y a la marginalidad que crecen todos los días.
EF: – Jujuy limita con Bolivia y, al igual que Salta, tiene un activo vínculo de todo tipo con el país hermano, en el que Evo Morales acaba de entregar a la justicia italiana al ex guerrillero comunista Cesare Battisti. Raúl García Linera, hermano del vicepresidente, además de numerosas organizaciones que apoyan a Morales, criticaron la decisión. ¿Cómo se explica? ¿Se trata de un viraje “pronorteamericano”? ¿Cómo te parece que influyen los cambios en la situación política latinoamericana, especialmente el triunfo de Bolsonaro, en el escenario político de ese país y en Latinoamérica en general?
AV: – Si Jujuy es muy parecido a lo que es Bolivia. Te diría que es una transición entre Bolivia y el resto de la Argentina. Cultural y étnicamente, hay muchos collas, aymaras, quechuas, por eso es que seguimos muy de cerca la política de nuestro hermano país. El advenimiento mismo de Evo Morales ha sido todo un impacto en un país donde una minoría blanca dominaba a una mayoría india. Evo Morales compartió un bloque “nacional y popular” con Hugo Chávez, Lula, los Kirchner, que no rompió los límites que imponen las leyes del mercado, los países imperialistas. Eso lo hemos cuestionado nosotros y mucha gente lo ve: no sólo en lo que es la cuestión del gas y del petróleo, sino con el ataque a las mismas comunidades, como fue la cuestión del Tipnis. Su giro muestra la dependencia que sigue teniendo un país como Bolivia de los países imperialistas, como EE.UU., e incluso del Brasil, como muestra el gesto de ir a saludar a un tipo realmente despreciable como Bolsonaro, o el caso mismo del saludo que tuvo con Macri en su momento. Creo que está tensionado por los negocios y los acuerdos a los que ha llegado para mantener un capitalismo “andino” que, a pesar de que tiene una economía bastante estable, poco a poco va a sentir la crisis que ya vive todo Latinoamérica.
Spot de campaña de Alejandro Vilca (2017)
EF: – En el 2017, en Jujuy, el FIT peleó el segundo puesto con el peronismo, y ganó en lugares emblemáticos como Libertador General San Martín: ¿Qué expectativas tienen para el 2019?
AV: – Si, el hecho de lograr esos resultados paran nosotros es importantísimo, y creo que hay que enmarcarlo en la crisis de lo que es el bipartidismo del PJ y la UCR. La izquierda ha ganado un lugar en base al contenido de clase de su propuesta, la lucha contra un régimen podrido ligado a la oligarquía provincial y los grandes empresarios. Yo creo que eso ha mostrado un contraste que ha conquistado un apoyo y una simpatía de clase muy grande hacia el FIT. Pero es el resultado de una dura lucha, porque en el 2013 y en 2015 quedamos afuera, pues la ley electoral establece un piso del 5 %, uno de los más altos del mundo, una ley a medida del PJ y la UCR. Por supuesto, somos minoría, pero demostramos que se puede enfrentar a los poderosos, incluso en una provincia tan oligárquica y conservadora. Acá en Jujuy estamos acostumbrados a gobiernos similares: antes era el PJ ahora es la UCR, siempre gobernando para defender los negocios de los empresarios. En ese marco yo creo que la izquierda va a seguir manteniendo y creciendo en su caudal de votos, pero lo que más nos interesa es construir una fuerza militante todavía más fuerte dentro de los sindicatos y de la juventud. Hemos dado grandes pasos en avanzar y fortalecernos como alternativa, pero lo que necesitamos es una militancia que sea capaz de enfrentar el ajuste. Nosotros estamos preparados para dar pelea, como lo hacemos todos los días.
EF: – Ustedes se consideran representantes de los trabajadores jujeños. De hecho, sos delegado de los recolectores de residuos ¿Cómo mantienen desde la legislatura el vínculo con el pueblo trabajador de la provincia?
AV: – Nosotros mismos somos el reflejo de las aspiraciones y las expectativas de la clase trabajadora. De hecho, somos trabajadores, no sólo yo, sino los demás compañeros: delegados de varias fábricas, docentes, estatales. Por eso ese vínculo que decís no es abstracto, no está separado de nuestra actividad parlamentaria, de lo que es la pelea cotidiana de los trabajadores. Acá en cada lucha, en cada conflicto, siempre está la izquierda, nuestros militantes y nuestros parlamentarios, poniendo a disposición nuestras bancas. Muchos de los proyectos de ley o de ordenanzas que presentamos se hacen eco de los reclamos de fábricas, de docentes, de estudiantes. Somos minoría en un Parlamento hecho a la medida de los empresarios, en donde dominan el PJ y la UCR, y donde se aprueban solamente lo que les interesa a los dueños de la provincia. Por eso creemos que la pelea en el Parlamento es un apoyo más a la pelea que los trabajadores dan en las calles, en la movilización, que es donde está la verdadera fuerza de los trabajadores. Por eso la actividad de los parlamentarios de izquierda trasciende el ámbito parlamentario, y es una herramienta para potenciar la lucha en las calles.
EF: Desde el kirchnerismo se interpreta la persecución a Milagro Sala como una revancha por la obra social que llevó adelante en la provincia. Ella misma, en su discurso de defensa ante el tribunal, acusó a los jueces y al gobierno de perseguirla por “negra, coya y pobre” ¿Qué opinás de esta interpretación?
AV: – Nosotros consideramos que se trata de una persecución política, como la que se le sigue a todo opositor al gobierno de Morales. Más allá de las profundas diferencias políticas, ideológicas y metodológicas que nos separan, Sala fue una excusa, un chivo expiatorio, para implementar leyes represivas como el Código Contravencional, que ataca todas las libertades democráticas: cortes de calles, tomar plazas, o movilizarse, cualquier forma de protesta. Esto después de aplicó sobre los trabajadores de los ingenios azucareros, al sindicato del ingenio Ledesma se lo multó con más de 2 millones de pesos. La justicia jujeña es un apéndice de Morales. El Tribunal Superior se amplió con ex diputados que aprobaron la ampliación para luego pasar a ser jueces. Más allá del sistema de concursos, los jueces se definen con el dedo del gobernador. Además de Sala hay dirigentes sindicales, sociales, estudiantiles, simples trabajadores, con causas, despedidos. La justicia jujeña es un brazo de hierro con que Morales somete a la provincia.
EF: – ¿Y que opinan de la condena de 13 años? ¿Cómo se explica que la principal testigo sea Mabel Balconte, ex dirigente de la Tupac Amaru, quien ingresó como diputada provincial por la fuerza de Sala en 2015?
AV: – Nosotros cuestionamos todo el juicio, que es una vergüenza. También la OEA, la CIDH, los organismos de derechos humanos lo cuestionan. Además, en el caso de que se probara el delito, muchos de los funcionarios de Fellner, intendentes del PJ y también de la UCR firmaron cheques y fueron parte de toda la obra pública, o sea que estarían impunes. En el caso de Balconte, como muchos otros dirigentes de esas organizaciones sociales, cuando empezó el juicio se dieron vuelta y se pasaron a Cambiemos, y cada vez que se necesitaba el quórum o el voto para alguna ley antipopular, como el presupuesto 2019, la trajeron para que vote a favor. Hay dirigentes que antes estaban en la vereda de enfrente y ahora están en el oficialismo, y quedan al margen de todo juicio. Entonces acá es evidente de que se trata de una maniobra política para perseguir a opositores. De todos modos, en caso de que llegara el pedido de desafuero de Balconte, nosotros hemos tomado la decisión de rechazarlo porque sería avalar el juicio a Milagro Sala.
EF: – Desde el kirchnerismo se sostiene que el crecimiento del FIT es un producto de la persecución a Sala: ¿Es así? ¿Cuál es el grado de popularidad de la dirigente de la Tupac Amarú?
AV: – No, nada que ver. Nosotros los enfrentamos en el 2013 y en el 2015 y nos ganaron por muy poco, y sin manejar fondos ni publicidad como sí lo hacían las organizaciones sociales y el partido de Sala. Nosotros hemos marcado una política opuesta y crítica a Sala cuando era parte del PJ y apoyaba la candidatura de Cristina Kirchner junto a Eduardo Fellner y a Guillermo Jenefes, dos empresarios oligarcas y derechistas. Nosotros siempre hemos mantenido nuestros principios de clase, y creo que esa es la base del crecimiento del FIT: contra la precariedad laboral, el asistencialismo, el clientelismo. Mientras las organizaciones de Sala pedían planes sociales o cooperativas nosotros reclamamos siempre trabajo genuino. Esa fue la consigna del movimiento de desocupados, no el de Sala o la CCC (Corriente Clasista y Combativa), sino el que surgió en el ’96 en Ledesma y en toda la provincia, donde se cortaron las rutas al grito de trabajo genuino. Entonces el FIT se ha delimitado claramente desde el punto de vista de clase, aunque a la hora de la persecución hemos tenido una posición de defensa, cuando esas organizaciones sociales se han visto atacadas por el estado patronal. Esa interpretación es una excusa de los sectores kirchneristas que no pueden explicar de otra manera el crecimiento del FIT. Ahora, la popularidad de Sala es bastante relativa. Su partido tiene 15 mil afiliados: ¿Cómo es posible que en el juicio en lugar de esos miles solamente hubiera una decena de personas? Unidos y Organizados, o ahora Unidad Ciudadana, ni siquiera figura en las encuestas. Fue un partido creado en base a la asistencia social y a los fondos que manejaban. De hecho, en 2015, en Alto Comedero, el “bastión” de Sala, el FIT sacó más votos que Unidos y Organizados.