El Duelo en Argentina
Por Flavio Zalazar, desde Rosario/El Furgón –
Una práctica, la de dos hombres esgrimiendo su honor, que tuvo sus orígenes en los pueblos indoeuropeos de la península Hispánica; sostenida aquí, sobre todo en el siglo XIX y parte del siglo XX, tanto por el patriciado como por las clases subalternas hasta la farsa. Institución, lacra social de potestad burguesa la llamaría Lenín, contada desde sus inicios por el fascículo Los Duelos, del inconmensurable Centro Editor de América Latina en su colección La Historia Popular. Vida y milagros de nuestro pueblo del año 1972.
Raúl Oller y Raúl Casado (investigadores de lo que en esa época se denominaba “Manifestaciones Populares” y hoy Historia Social) son los autores del exhaustivo recorrido histórico sobre lo que el derecho penal moderno juzgó de “homicidio calificado”. Comienzan con las crónicas de Julio César acerca de los usos de legionarios venidos de la Hispania romana; para continuar, ya en nuestro territorio, en los duelos de la Colonia y el período de Independencia, el altercado por su implementación en el Ejército entre San Martín -a favor- y Belgrano -en contra- y la limpieza del decoro en los negros libertos. Pasan revista luego al mundo rural “el entrevero a faca y poncho”, incluida la payada, su relación en tanto destreza inventiva, para culminar en los años que van de finales del siglo diecinueve a mediados del siglo veinte, con las disputas a sangre y fuego de los integrantes de la oligarquía vernácula.
En el caso de las élites gobernantes de entonces reviste interés dado la documentación acumulada. Tal es la de la muerte de Lucio V. López, autor de La Gran Aldea e interventor por esos años de la provincia de Buenos Aires, a manos del coronel Carlos Sarmiento; o este relato donde el involucrado no es más que el flaneur oral autóctono Lucio V. Mansilla: “Pantaleón Gómez, director de “El Nacional”, pone en ridículo a Mansilla por medio de un suelto que saca el diario. La noticia en cuestión no le hace ninguna gracia al aludido. El lenguaje nada sutil dice de este que su figura era más para un escenario de teatro que para el Ejército Argentino. El lance se llevó a cabo resultando muerto el periodista, no sin antes este decir: yo no mato a un hombre de talento”.
Ya en siglo XX alcanzan los duelos protagonizados por Hipólito Irigoyen, Lisandro de la Torre, Federico Pinedo, los socialistas Alfredo Palacios, Manuel Ugarte -a pesar de los dictámenes disciplinarios del partido- un lugar común, La Casa del Ángel, propiedad del Dr. Carlos Delcasse -mentor de la última reglamentación-, traída a la literatura de la mano de Beatriz Guido y al cine por Ricardo Torre Nilsson.
Así como la acción era tomada de forma grave por los contendientes, las había meras excusas para dirimir rencores pasados. Ese fue el hecho del mencionado De la Torre, en 1898 a raíz de un ataque periodístico publicado por “La Capital” de Rosario con la firma de Agustín Lando. El mismo periódico publica un artículo que dice: “El duelo es una mentira, Lando y de la Torre se batieron lo mismo pese al artículo de ‘La Capital’ y la intervención de sus amigos que quisieron evitarlo”.
Curiosidades llevadas al papel por Centro Editor de América Latina, un desaparecido más, de los treinta mil cobrados por la última dictadura cívico-militar.
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Fotos de portada e interior: Marce Rozas