QUE EL ABORTO SEA LEY. “El pañuelo verde es para llevarlo con orgullo y convicción”
Por Fernanda Cartolano*, especial para El Furgón
Tan sólo es esperar un día más para conocer si el Senado aprueba la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Es pensarlo sin causales. Es reflexionarlo en materia de salud y derecho que aun no es considerado como tal.
La lucha se ha vuelto más intensa. Nos estamos hermanando entre muchxs para que la Iglesia y las opiniones personales de funcionarios inescrupulosxs no decidan sobre nuestros cuerpos.
La ansiedad nos está carcomiendo las ideas y no nos deja dormir, por lo menos, es lo que me pasa. No descanso bien porque estoy en vigilia.
Hoy al salir de la cama, me preparé unos mates, como lo hago todas las mañanas. Cambié mi ropa de dormir por ropa de calle. El pañuelo verde ya forma parte de mi vestimenta cotidiana, así que lo agarré de la biblioteca, dónde siempre lo dejo cuando llego a casa, y lo sostuve en manos.
Reflexioné más de lo habitual. Se me hizo un nudo en el estómago por la compañera de Santiago del Estero que hace pocos días murió por una infección a razón de un aborto que se hizo en condiciones precarias y, por supuesto, dañinas. El Estado brilla por su silencio y desamparo.

También pensé en mi prima, mi vecina, la chica de la esquina que ya no está más.
Todas conocemos a alguien que abortó en clandestinidad y sabemos que depende mucho del recurso económico decidir sobre nosotras mismas sin correr riesgos vitales.
Es evidente el miedo y el dolor cuando no podés decidir sobre la maternidad.
No deseo ser madre. Sé los riesgos. Sé que puede ocurrirme y asumo en mi conciencia que no quiero formar parte de la dimensión desconocida por el patriarcado de las “madres arrepentidas”. Por eso lucho junto a tantas por mi derecho a decidir sobre esto.
Medio millón de mujeres abortan por año. Medio millón. ¿Por qué no lo haría?
Continué con el pañuelo verde en manos, se me vinieron imágenes instantáneas de lo que fue la vigilia del 13 de junio, en la que fuimos un millón de personas que le hicimos vibrar el Congreso a lxs diputadxs.
Analizo la campaña de la Iglesia, de las “dos vidas”, de su postura inquisidora y de la lógica de las personas que se envuelven en ese discurso.
En nombre de Dios y las dos vidas nos golpearon a muchas pibas que llevaban el pañuelo verde en el bondi, en la calle, en la plaza.
Con esa violencia nos señalan como asesinas, cuando las que sufrimos la muerte y sabemos de qué se trata somos nosotras.
Esta vez, el pañuelo verde es para llevarlo con orgullo y convicción. Con filosofía y placer. Sin vergüenza. Nadie debe decirnos qué hacer con nosotras mismas. Nosotras decidimos.
Si el Senado dice que no, no vamos a quedarnos quietas. Continuaremos con los terremotos porque para nosotras esta lucha recién comienza.
EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR
ABORTO LEGAL PARA DECIDIR
Esta es mi bandera.
*Integrante de la APDH-La Matanza
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Foto de portada: Nadia Bascopé
Foto de interior: Emergente
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