Final BAFICI: Qué ver
- Al Festival de Cine Independiente porteño le quedan cuatro días. Un ex programador recomienda títulos para no naufragar en el mar cinéfilo.
Por Fernando Chiappussi/El Furgón – ¿Ya estás soñando con la música para oligofrénicos que ponen en los spots del Gobierno de la Ciudad antes de las proyecciones? ¿O todavía no saliste de casa y soportás a un amigo/familiar que habla de cine de lugares raros? Cualquiera sea el caso, todavía hay mucho para ver en el BAFICI.
Si no fuiste nunca al festival o no querés complicarte con “cosas raras”, podés aprovechar el ramillete de clásicos que se programaron en festejo de su vigésimo aniversario. Hay funciones de históricos como Jean-Luc Godard (El desprecio, con Brigitte Bardot), Sergio Leone (El bueno, el malo y el feo) y David Lynch (El camino de los sueños). También de momentos memorables del cine indie nacional, como la comedia Los paranoicos (Gabriel Medina), la inclasificable Los rubios (Albertina Carri) o Living stars, donde los ex Televisión Abierta Mariano Cohn y Gastón Duprat pusieron a gente común a bailar frente a una cámara fija. Los niños también tienen oportunidad de ver en pantalla grande ejemplos del cine de animación no-Disney: ahí están la serie chilena 31 minutos (y su versión en largometraje) o la película irlandesa El secreto del libro de Kells.
Si la idea, en cambio, es meter el pie en el cine que no suele aparecer en Netflix, dos caminos opuestos pero igualmente recomendables son los focos dedicados al norteamericano John Waters (el de Hairspray pero también el de Pink Flamingos), con ocho películas; y al francés PhilippeGarrel (el de Los amantes regulares), quien además estará dando una charla abierta el jueves a las 18.30.
Trailer de “Foto Estudio Luisita”
https://vimeo.com/231615498
El sábado a mediodía se anuncian los premios de las competencias, y el domingo hay algunas funciones marcadas como “sorpresa” que se reservan para las ganadoras (durante el sábado se dará a conocer qué película va en cada una). Entre las argentinas que pueden aparecer en esas funciones están Foto Estudio Luisita, documental sobre unas hermanas colombianas cuyas fotos engalanaron la calle Corrientes durante décadas; Esto no es un golpe, riguroso y a la vez emotivo documental de Sergio Wolf sobre los sucesos de la Semana Santa de 1987; o Las hijas del fuego, una petardista ficción lésbica de Albertina Carri. La flor, la nueva película de ¡14 horas! de Mariano Llinás (el de Historias extraordinarias), ya está programada para esos días, con o sin premio: se da en tres partes y con entradas más baratas. Eso sí: el que se ponga a verla no llegará a ver casi nada más.
La flor sería el extremo narrativo de esta edición, pero los hay también de otro tipo. “Estrellita” (película austríaca cuyo nombre es el dibujo de una estrella) dura apenas 100 minutos, pero está compuesta exclusivamente por planos de cielos estrellados tomados de toda la historia del cine, y compilados en un mashup nocturno y lisérgico. En el justo medio entre La flor y “Estrellita” podríamos poner The green fog, una de las novedades que más entusiasmó a este cronista. Su director, el canadiense Guy Maddin, creó una historia nueva a partir de retazos de películas y series de antaño, que tienen a la ciudad de San Francisco como único link. Maddin se atreve eliminar los diálogos originales o cambiarlos por otros, y le toma el pelo a figurones como Rock Hudson o el nada sofisticado Chuck Norris, cuyos planos “expresivos” son uno de los grandes chistes de la película. Todo unido por un humo verde añadido digitalmente a las imágenes. ¿Erudito? Sí, pero cuántas ideas y desparpajo en una sola película. Cuánto cine.
De hecho, el found footage siempre ha deparado buenos momentos en el festival y este año no es la excepción: en Hitler’s Hollywood, un historiador hace un recorrido por el cine que produjera el nazismo, y La película infinita (del ex programador Leandro Listorti) recopila escenas inéditas de producciones argentas que no llegaron a completarse. Es decir, puede hacerse otro cine sin filmar siquiera. En fin, esto es sólo un puñado de lo que puede verse hasta el domingo en varias salas porteñas, más algunos centros culturales y plazas. Bon appetit.