Pizarnik en tres poemas
El Furgón – En esta última entrega de la Semana Pizarnik, en El Furgón presentamos tres poemas fundamentales de Alejandra Pizarnik, en los cuales deja expuestas sus luchas más internas, donde el cuerpo se hace en el lenguaje y se consume en su propia poesía. También aparece la búsqueda de la palabra perfecta, en la cual Pizarnik apuesta a que decir sea tan cercano al propio existir.
La última inocencia
Partir
en cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.
He de partir
Pero arremete ¡viajera!
—
En esta noche, en este mundo
A Martha Isabel Moia
en esta noche en este mundo
las palabras del sueño de la infancia de la muerta
nunca es eso lo que uno quiere decir
la lengua natal castra
la lengua es un órgano de conocimiento
del fracaso de todo poema
castrado por su propia lengua
que es el órgano de la re-creación
del re-conocimiento
pero no el de la re-surrección
de algo a modo de negación
de mi horizonte de maldoror con su perro
y nada es promesa
entre lo decible
que equivale a mentir
(todo lo que se puede decir es mentira)
el resto es silencio
sólo que el silencio no existe
no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
en esta noche en este mundo
extraordinario silencio el de esta noche
lo que pasa con el alma es que no se ve
lo que pasa con la mente es que no se ve
lo que pasa con el espíritu es que no se ve
¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?
ninguna palabra es visible
—
La noche y yo hemos perdido.
Así hablo yo, cobardes.
La noche ha caído y ya se ha pensado en todo
Septiembre de 1972