La gran batalla por Deir ez-Zor
Leandro Albani/El Furgón – Los golpes certeros contra el Estados Islámico (ISIS) en Siria arrinconan, cada día más, a los terroristas que hasta hace apenas dos años mantenían un control férreo sobre el territorio. La provincia de Deir ez-Zor, en el noroeste del país, se transformó en el último reducto del grupo comandando por el fantasmal Abu Bakr Al Baghdadi. Tanto las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) -conformadas por milicias kurdas, árabes y de otras nacionalidades-, como el Ejército Árabe Sirio (EAS) –apoyado por la aviación rusa, Irán y el Hezbolá libanés-, avanzan sobre una zona desértica y buscan propinarle a ISIS su gran derrota.
La ciudad de Deir ez-Zor, capital de la provincia homónima, fue construida sobre los márgenes del río Éufrates y está ubicada a 450 kilómetros de Damasco. Según el censo del año 2004, Deir ez-Zor tenía 239.000 habitantes en la zona metropolitana, de ellos 80 por ciento musulmanes y 20 por ciento cristianos. En los alrededores rurales se encuentra una zona muy próspera para la cría de ganado y existen cultivos de cereales y algodón. Desde el descubrimiento de crudo liviano en el desierto de Siria, Deir ez-Zor se convirtió en un centro de operaciones de las empresas petroleras. Este último dato no es menor, ya que los terroristas de ISIS siempre buscaron en Siria e Irak controlar las zonas ricas en hidrocarburos para después explotar el petróleo y traficarlo a otros países, hecho comprobado en reiteradas oportunidades.
Hasta el momento, el ingreso del EAS a Deir ez-Zor fue calificado como uno de los mayores triunfos del gobierno del presidente Bashar Al Assad contra el Estado Islámico. A principios de septiembre, las fuerzas gubernamentales anunciaron que luego de cruentos combates habían roto el cerco sobre la ciudad. El propio Al Assad felicitó a su tropa y afirmó que el EAS “depura a la zona del terrorismo e instaura la seguridad en todos los contornos del país”.
Este jueves, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres y opositor a Damasco, confirmó que el Ejército controla más del 64 % de Deir ez-Zor.
Por su parte, las FDS lanzaron hace una semana la operación “Tormenta de Cizîre” para también avanzar sobre uno de los últimos bastiones de ISIS. Mientras anunciaban la nueva operación, las FDS, con el apoyo aéreo de la Coalición Internacional, continúan liberando la ciudad de Al Raqqa, capital del Califato declarado por el Estado Islámico en 2014.
El lunes pasado, las FDS emitieron un comunicado en el que explicaban que la operación es en conjunto con el Consejo Militar de Deir ez-Zor (CMDZ). Las Fuerzas Democráticas de Siria afirmaron que los terroristas “fortificaron su defensa multiplicando el número de túneles, plantando minas y preparando vehículos cargados de bombas” para defender la ciudad, pero “nuestras fuerzas están actuando y progresando profesionalmente”.
Ehmed Ebû Xewla, comandante del CMDZ, remarcó que la operación tiene como objetivo “liberar del terror” la provincia y “limpiar de terroristas las zonas rurales orientales de Deir ez-Zor”. El comandante agregó que la decisión de avanzar se da “en un momento en que las líneas de defensa de ISIS se rompen una por una y el terror llega a su fin en Al Raqqa”, por lo cual “las Fuerzas Democráticas de Siria están creando una historia épica de heroísmo y sacrificio”.
Como sucedió en la ciudad de Manbij y en la propia Al Raqqa, las FDS –en la cuales participan las Unidades de Protección del Pueblo (YPG/YPJ)-, acudieron al llamado de los consejos militares y civiles que se van formando en las diferentes localidades azotadas por ISIS. En este caso, el CMDZ manifestó que la actual operación se diseñó “con un espíritu de responsabilidad, para apoyar las decisiones sobre Al Raqqa y cumplir con nuestro deber para con el pueblo de Cizîre en Siria y, especialmente, con el pueblo de Deir ez-Zor, que ha estado esperando este momento histórico”.
La derrota de ISIS en Siria es inminente. Con el transcurso de los días se comprueba que el grupo terrorista va perdiendo terreno de forma acelerada, pese al apoyo que todavía recibe desde Arabia Saudí, Turquía y del propio Estados Unidos. El interrogante que se abre con la batalla por Deir ez-Zor es qué futuro cercano se configurará si los terroristas son derrotados. Porque tanto las FDS -como organización de autodefensa de la Federación Democrática del Norte de Siria-, como el Ejército Árabe Sirio –garante en estos seis años de sostener el status quo del Estado sirio y del Partido Bass-, reclamarán el territorio como propio. En el caso de las FDS, para impulsar el proyecto autonómico y comunal que se desarrolla a los largo de la frontera de Siria con Turquía y que tiene al movimiento de mujeres como principal bastión. Desde el Estado sirio, la provincia de Deir ez-Zor es de suma importancia porque al derrotar a ISIS, se confirmaría el triunfo casi total del gobierno de Al Assad, sobre todo luego de varias declaraciones a nivel internacional que reconocen la fortaleza de la administración de Damasco.
En declaraciones difundidas por la agencia de noticias Sputnik, Talal Silo, portavoz de las FDS, declaró: “Tenemos instrucciones claras de que cuando acabemos con el Estado Islámico, no debemos actuar contra las fuerzas del régimen ni contra las fuerzas aliadas rusas, iraníes o el movimiento Hezbolá”. Igualmente, Silo explicó que las FDS se reservan el derecho de responder si las tropas gubernamentales los atacan. También subrayó que las FDS aspiran a mantener las negociaciones directas con el gobierno sirio de acuerdo con las exigencias de la ONU. “Actualmente, somos la fuerza principal de la oposición, ya que controlamos el 35% del territorio sirio”, puntualizó. Hasta ahora, las FDS liberaron a cientos de civiles que trasladaron a zonas seguras.
Días atrás, la co-presidenta del Consejo Democrático Sirio (MSD), Ilham Ehmed, publicó un artículo en el diario Ozgurlukçu Demokrasi, en el que convocó a Damasco a contemplar como viable la experiencia política y social en el norte del país. Ehmed definió que el gobierno central “no ha cambiado su mentalidad. Y esto puede convertirse en la razón para que el régimen sufra una tragedia”.
Luego de despejar dudas sobre el supuesto proyecto del pueblo kurdo de Siria de crear un “Estado independiente”, la co-presidenta del MSD advirtió que “si Rusia e Irán retiran su apoyo” a Damasco, esos poderes internacionales “son capaces de derogar la legitimidad del régimen con un simple decreto. La Unión Europea también puede hacerlo. Esta posibilidad siempre existe”.
Ante los peligros actuales, Ehmed aseguró que el sistema federal del norte de Siria y el Consejo Democrático Sirio “están dispuestos a hablar con el régimen sobre todas las cuestiones y negociar con él”. Para la dirigente, el gobierno de Damasco “tiene que abrirse a los diálogos, que es la manera más verdadera de una solución”, porque el pueblo “no quiere que se libere otra guerra”.
Sin dudas, el futuro de Siria dependerá de los avances, retrocesos y contradicciones que surjan durante la batalla de Deir ez-Zor. Con el Estado Islámico derrotado, se abrirá un escenario donde los dos principales proyectos políticos y sociales del país quedarán, por primera vez, cara a cara.