martes, enero 14, 2025
Cultura

The Mars Volta y el diario del prostituto

Ramiro Montero/El Furgón – Además de ser ingeniero de sonido, Jeremy Michael Ward había trabajado de repo man: confiscaba coches alquilados o registrados como garantía y los llevaba a su respectiva agencia. Por supuesto, muchos conductores se resistían a perder el auto, por lo que a veces se trataba de un oficio violento.

En uno de aquellos vehículos confiscados, Ward encontró una libreta perdida entre los asientos. Un pequeño diario repleto de nombres, referencias y direcciones. Las cosas que estaban anotadas en sus páginas hacían suponer que la libreta había pertenecido a un joven taxi-boy levantado y rentado una noche por el anterior dueño del auto. La historia impactó a Ward: como él, el prostituto buscaba su familia de origen, y los nombres inscriptos formaban el borrador de un árbol genealógico impreciso, inconcluso y desesperado.

Mars Volta 4

Jeremy empezó a escribir una novela con aquellas pobres claves, una novela surreal y oscura plagada de esoterismo, de violencia y de tristeza. La muerte, sin embargo, interrumpió su trabajo: a los 27 años, Jeremy Ward sobrepasó los límites de su cuerpo con heroína. Fue Cedric Bixler-Zavala, cantante californiano e hijo de mexicanos, criado entre Texas y Ciudad Juarez, quien heredó las notas y las búsquedas de su amigo y del prostituto anónimo. Lo primero que hizo con todo aquello fue internarse y rehabilitarse. Después, comenzaría a escribir el segundo disco de The Mars Volta, el segundo disco dedicado a un compañero muerto.

Frances the mute toma como protagonista de cada una de sus canciones a los personajes enumerados en el diario. Allí está Vismund Cygnus, el prostituto perdido, hijo de una historia violenta y sin raíces. Allí está The Widow (quizás “el viudo”, quizás “la viuda”), quien observa los síntomas de la enfermedad de Vismund mientras explica las razones que lo llevaron a ser uno de sus habituales clientes. También están Miranda, L’ Via, Cassandra Gemini y sobre todo Frances, la Muda, la que calla el brutal acto del que es víctima y por el cual termina engendrando esta historia. El resto es carne de múltiples interpretaciones, fruto de las mismas ambigüedades del libro original y del imaginario psicodélico de sus intérpretes. ¿Es Cassandra hermana de Vismund o la personificación de un cambio de su personalidad? ¿A quiénes representan esos ritualistas con dientes de machete y cabeza de gallo que censuran la verdad? ¿Acaso hay un vínculo entre los espantosos e innumerables femicidios que plagaron de cruces rosas a Ciudad Juarez con aquellos trémulos cuerpos descriptos en su tercer tema?

Mars Volta 3

En definitiva, todo en el disco suena a aquel diario. La ausencia de géneros y las múltiples perspectivas se refuerzan con la versatilidad de la voz por momentos andrógina del cantante. La confusión, con escalas aberrantes, con progresiones impredecibles, con esa temible y maravillosa mezcla entre la furia del rock, la melancolía del jazz y hasta la oscuridad de la salsa. Y la soledad, con los sonidos y efectos floydianos que se esconden en cada rincón de sus canciones. Ese es, quizás, el mayor logro de Frances the mute: la posibilidad de recorrer los mismos paisajes en los que se pierde Cygnus, el nombre de la constelación del Cisne, el nombre de la Estrella del Norte, mientras siente el veneno en su sangre y mientras viaja en soledad por un firmamento teñido con las luces de lascivos autos, a la espera de que alguno de ellos se detenga a su lado.