Comicios porteños. El sistema será vulnerable y la boleta electrónica no garantiza el voto secreto
Por Juan Agustín Maraggi/El Furgón –
Con votos del gobernante PRO, el kirchnerismo, el Partido Socialista y el peronismo la legislatura porteña aprobó el nuevo Código Electoral que incluye el voto electrónico y la creación de un Instituto de Gestión Electoral (IGE), dos de los puntos más importantes de la nueva legislación. El Furgón consultó a los especialistas Beatriz Busaniche y Vladimir di Fiore Prieto sobre qué se votó y la vulnerabilidad que significa aplicar tecnología al sufragio.
El proyecto de ley fue enviado por el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y, entre sus artículos, propone crear un IGE. La atribución que antes tenía el órgano legislativo pasa a esta nueva institución de carácter autárquica. También obtiene la potestad de distribuir el aporte público para las diversas campañas y espacios mediáticos, y determinará cuándo se votará y bajo qué sistema se realizarán los comicios.
Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre, expresó a El Furgón que “hay una delegación inaceptable de funciones al nuevo órgano electoral que crea este código. Esto quiere decir que se pueden cambiar las formas de votar en cada elección. También tendrá la potestad de adaptar las elecciones a las conveniencias de quien sea el oficialismo. Esto ya ha sido así y no vemos ninguna razón para que no lo sea. Por ejemplo, dicen que el año que viene las elecciones presidenciales no serán con voto electrónico porque se alinearían a las nacionales”.
El proyecto fue acompañado por cuarenta y nueve votos a favor y nueve en contra. El kirchnerismo lo apoyó tras la inclusión de algunos de sus pedidos: la paridad de género, el empadronamiento de extranjeros de manera automática y el soporte en papel. Los únicos bloques que se opusieron fueron el Frente de Izquierda y Evolución. “Nos sorprendió terriblemente el voto de Unidad Ciudadana. Estimábamos que el bloque iba a votar de manera negativa, habían hablado contra el proyecto en reiteradas oportunidades. Votaron a contramano de toda la evidencia académica y, también, de los lugares hacia donde va el mundo entero, es decir, quitar la tecnología del proceso electoral, no agregarla” sentenció Busaniche.
Vladimir di Fiore Prieto es comunicador, fue jefe del equipo Huayra Linux del programa Conectar Igualdad y participó en los debates de comisiones del Senado: “Varios legisladores aseguran que lo aprobado no es lo mismo que se había rechazado anteriormente en el Senado porque incorporó un respaldo en papel. Pero se responde con lo mismo que durante ese debate: si hay una máquina en el medio estamos en problemas. Nicolás D’Ippolitto y Hernán Melgarri realizaron una buena demostración de esto; el primero se vendó los ojos e hizo votar a algunos senadores con el único dato requerido de conocer el orden en el que votaron. En base a eso les dijo a todos qué habían votado, imaginate sus caras de espanto. Es un problema pensar que porque se vaya a imprimir un papel va a estar todo bien”, le contó a El Furgón.
Demostración del voto electrónico en el Senado
El voto electrónico
Los artículos 113 y 114 del proyecto son fundamentales porque oficializan la emisión del voto, su escrutinio, transmisión y sistematización a través del sistema electrónico. Según Busaniche “el código habilita a la autoridad electoral a utilizar tecnología para la emisión, conteo y los escrutinios sin haber prestado la debida atención a las recomendaciones y críticas que los especialistas en informática y técnicos hicieron al proyecto. No es que no hayan escuchado, sino que decidieron omitir todas las argumentaciones en contra. Hubo algunas sesiones del tratamiento donde se pudo asistir pero especialistas de gran trayectoria fueron habilitados a hablar durante cinco minutos y, en algunos casos, cortados de manera grosera”. Y a agregó: “es absolutamente falsa esa perorata sobre que lo aprobado no es voto electrónico. No hay ninguna bibliografía académica que sostenga que la Boleta Electrónica no lo es. Es una forma de éste, y pensar que porque hay un resguardo en papel están solucionados todos los problemas es de una ingenuidad abrumadora”.
Por su parte, Vladimir di Fiore Prieto explica que “todo sistema informático es posible de ser vulnerado. En informática jodemos y decimos que si nunca te diste cuenta que atacaron el sistema en el que estás trabajando, es porque miraste mal o no miraste. No hay sistema 100% seguro”. El comunicador continúa: “un discurso muy común entre los que venden el voto electrónico es que es como el sistema bancario. Para arrancar, el sistema bancario no te deja hacer nada hasta que vos demostrás tu identidad; anónimo no haces nada. Cuando vas a un cajero y te da un ticket de la acción que realizaste, dice S.E.U que significa ‘Salvo Error u Omisión’. Por ejemplo, si sacas plata un fin de semana, el saldo recién se va a mover el lunes. Creo que ningún ciudadano pretende votar y saber que eligió un diputado ‘salvo error u omisión’”.
Si bien el argumento de aquellos que venden e impulsan estos mecanismos de votación es un supuesto carácter ‘inhackeable’, el mismo código presentado obliga -en su artículo 123- a tener un Plan de Contingencia por si falla.
Los antecedentes en el mundo abundan, en las recientes elecciones en Brasil –y según lo informado por el Tribunal Superior Electoral– se debieron cambiar 917 urnas electrónicas, que representan el 0,17% del total. Di Fiore Prieto nos cuenta una experiencia similar: “el caso de las elecciones en Estados Unidos en las que ganó Trump fue terrible. Hubo máquinas que se descalibraron y votaron al revés. Es un país que tiene un montón más de recursos que el nuestro, tienen varias agencias que se dedican a espiar a todo el mundo y estuvieron a punto de pasar todo a papel porque tenían miedo que algunos vecinos hagan lo mismo que hacen ellos. En esos términos, ¿acá qué vamos a garantizar?. Hubo una elección en Salta donde estaba por votar (el gobernador) Urtubey, la máquina se tildó y tuvo que ingresar un informático de la empresa. Cambió el cd de la máquina y dijo ‘ahora ya está’. No fue un fiscal o presidente de mesa, sino un especialista. Un papelón”.
Cuando auditar una elección es propiedad privada
El nuevo código otorga al Instituto de Gestión Electoral el rol de auditar las máquinas que se utilizarán. Según expresó Hernán Charosky, subsecretario de Reforma Política, las auditorías se realizarán noventa días antes de la elección, el día de los comicios y los días posteriores. El debate es quién los realizará y qué garantizan, englobando las críticas de los especialistas. Vladimir di Fiore Prieto advierte que “hoy tenemos un sistema que cualquier persona alfabetizada entiende, lo puede auditar y puede participar en cualquiera de sus instancias. Si pasamos a un sistema mediado por una computadora, se achica de manera terrible el espectro. Sólo las personas capacitadas en el lenguaje de programación en el que fue hecho el sistema puede entenderlo”.
Busaniche coincide con la descripción: “el ciudadano promedio no puede auditar el voto electrónico. Ni las autoridades de mesa, ni los fiscales pueden estar seguros que están haciendo un trabajo a conciencia, ni que la elección ha sido transparente. No existe ningún sistema que permita cuidar en paralelo y de manera apropiada tres cuestiones; el ciudadano comprendiendo la elección y custodiando su voto, la integridad del voto y el secreto del sufragio”. Y agrega que “es justamente el causal del fallo del Supremos Tribunal Constitucional alemán que, en el año 2009, emitió un fallo ejemplar que tiene que ver con la cuestión pública del acto electoral. Establece que el voto electrónico es inconstitucional por la razón que el ciudadano de a pie, independientemente de su formación académica, sus capacidades y conocimientos; tiene que poder entender todas las partes del proceso. En este tipo de voto, si no sabes de ingeniería en sistema o seguridad informática, quedás absolutamente invalidado de entender, comprender y auditar el proceso. Por eso en Alemania derogaron el voto electrónico. Sin embargo, la ciudad de Buenos Aires va en sentido contrario al mundo”.
Pero ni aún con auditorías el sistema es cien por ciento seguro. “Para no usar el ejemplo de los Simpson donde Homero vota y vota, pongamos un caso real. Volkswagen está en un juicio inmenso. En Estados Unidos detectaron que la empresa hizo trampa con el software de un auto. Cuando detectaba que estaban midiendo la emisión de gases se pasaba automáticamente a modo ‘la ecología y nosotros un sólo corazón’, por el contrario, cuando detectaba que estaba en normal funcionamiento no cumplía con lo que vendían. Tampoco es como un auto de los ’60, sin embargo, cambiaba de modo. Si un auto puede darse cuenta cuándo está siendo auditado y cuándo no, el sistema electrónico lo puede hacer tranquilamente, pasando todas las pruebas y estar configurado para que al momento de votar cambie algunos votos”, afirma di Fiore Prieto.
Homero y el voto electrónico
https://www.youtube.com/watch?v=fjJso7PPBn0
Con el discurso de la ‘modernización’ el macrismo avanzó en la Ciudad amarilla, imponiendo un sistema de votación que se encuentra en retirada en todo el mundo. Tal vez sea el momento de centrar los debates en qué es modernizar, si aplicar máquinas para votar más rápido y que los resultados salgan en el primer-time televisivo o hacer que el Estado llegue a lo ancho y largo del país y mejorar su infraestructura.
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