Que nunca falte un plato de comida en nuestras mesas
La mesa ese gran objeto que nos convoca, que nos reúne, que nos requiere, que aloja nuestras charlas, cenas, meriendas, mates, risas, llantos, ese ámbito que también es testigo y parte de los aprendizajes y juegos aprendizajes de nuestros pibes/as. La mesa ese gran espacio subjetivante donde hacemos y nos construimos con otros.
La mesa puede ser vista como un simple mueble si tomamos al constructo como un mero significante, pero si le damos significado a la palabra puede implicar amor, tristeza, juego, emoción, alegría, incertidumbre, aprendizaje, complicidad, historias, secretos, comunión y tantas otras palabras.
La mesa conforma un espacio donde muchos pibes/as en nuestro país hoy se encuentran con un plato de comida, es un momento donde se sienten cuidados, mirados, queridos, tenidos en cuenta por otros. La mesa es un borde, una contención, un sostén para tantos niños/as y familias en nuestra Argentina de hoy.
Mis recuerdos traen a mi mente la mesa como un gran espacio alojador. Cuando era pequeña era el sitio a donde almorzaba luego de una mañana en la escuela y también compartía una merienda haciendo los deberes para el día siguiente. Por otra parte significaba la hora de la reunión y cena familiar. Por otra parte sobre ella con mis amigos/as pintábamos, dibujábamos, hacíamos telares que después venderíamos en las ferias del colegio y escribíamos nuestros diarios.
Más lejos en el tiempo, de niña, la mesa era un elemento esencial del juego simbólico de mis mañanas lúdicas y este gran mueble hacía las veces de la casa que algún día tendría y en ella viviría. Construía e imaginaba cuartos dentro de la casa (mesa) algunos sábanas y toallas ya en desuso cumplían las veces de paredes y puerta.
La mesa por otra parte es el sitio donde estudiamos y trabajamos, donde escribimos y varias veces, leemos, donde creamos y reflexionamos y muchas veces este hacer es conjunto, es un hacer grupal, un hacer subjetivo que nos construye y deconstruye, que nos hace y nos conforma.
La mesa conforma un espacio donde muchos pibes/as en nuestro país hoy se encuentran con un plato de comida, es un momento donde se sienten cuidados, mirados, queridos, tenidos en cuenta por otros. Esos otros que deben cuidarlos. La mesa es un borde, una contención, un sostén para tantos niños/as y familias en nuestra Argentina de hoy.
Por todos estos motivos, nuestras mesas, son esenciales y deben seguir siendo esos espacios subjetivantes donde haya un plato de comida para todos cotidianamente, donde nuestros pibes/as estudien, aprendan jugando, dialoguen de manera cómplice, se los aloje y contenga en sus inquietudes, dudas y apoyo. Por eso que nunca falte en ninguna mesa argentina un plato de comida en la mesa que impida que estas experiencias tan importantes puedan llevarse a cabo.
Me gustaría compartir este poeta para concluir con este poema de Pablo Neruda:
Desdichas del mes de enero cuando el indiferente
mediodía establece su ecuación en el cielo,
un oro duro como el vino de una copa colmada
llena la tierra hasta sus límites azules.
Desdichas de este tiempo parecidas a uvas
pequeñas que agruparon verde amargo,
confusas, escondidas lágrimas de los días
hasta que la intemperie publicó sus racimos.
Sí, gérmenes, dolores, todo lo que palpita
aterrado, a la luz crepitante de enero,
madurará, arderá como ardieron los frutos.
Divididos serán los pesares: el alma
dará un golpe de viento, y la morada
quedará limpia con el pan fresco en la mesa.
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Carla Elena. Psicóloga Social, Diplomada en Violencia Familiar y Género. Graduada en “Educación Sexual Integral: Desafíos de la implementación en el ámbito educativo y comunitario”. Miembro de Forum Infancias. Docente.