La realidad mapuche en la lente del colectivo “Matanza Viva”
Por Luis Brunetto/El Furgón –
Cristian Corvalán es miembro del Colectivo de Comunicación Popular Matanza Viva. Junto a un grupo de compañeros, viene viajando desde hace varios años al sur, para convivir con las comunidades mapuches en lucha por la recuperación de sus territorios. En esos viajes, el grupo ha realizado un voluminoso registro audiovisual que servirá de base para un film documental. El miércoles 14 de agosto, en la Librería Sudestada (Tucumán 1533, CABA), el colectivo proyectará un anticipo de la película, y una exposición fotográfica.
El Furgón:- ¿Cómo surgió la idea de viajar a las comunidades mapuches?
Cristian Corvalán: – Este es el segundo viaje. El primero fue también a estas comunidades, que son la Huincul Mapu, donde mataron a Rafa Nahuel, y la otra es la lof Huala Hue, donde vive la mamá de Facundo Jones Huala. En este segundo viaje pudimos viajar a la Pu Lof de Cushamen, donde lo matan a Santiago, que el año pasado no pudimos porque no nos dejó pasar la Gendarmería. La idea surgió a partir de la muerte de Santiago, que nos sensibilizó mucho, por varias razones, incluso por una razón generacional. Hubo una empatía con Santiago. Como somos viajeros, nos gusta viajar, pensamos que tal vez a Santiago nos lo podríamos haber cruzado en cualquier lugar. Qué se yo, la verdad que eso nos sensibilizó un montón, pero también eso nos abrió u poco la ventana a la lucha mapuche. Si bien siempre estábamos atentos políticamente a las luchas de los pueblos originarios, nos sentimos convocados por las palabras del Lonko Facundo Jones Huala. En un momento dijimos: “Sería bueno ir a conocer esas comunidades en lucha”. Pasaba esto en el Sur, ya esto viene pasando en Chile desde por lo menos hace 15 años, y dijimos: vamos. La primera vez fuimos en un momento muy complicado, porque recién lo habían matado a Rafa Nahuel, estaba todo lleno de Gendarmería, policías de civil, todo militarizado.
E.F: – ¿Cómo es la vida en las comunidades? ¿Cómo se organizan?
C.C: – Las comunidades vienen asentando el laburo hacia adentro, con prácticas de autonomía, desde la salud, desde la alimentación, la relación con el territorio, esa es la forma de ellos de fortalecerse políticamente. Los territorios que recuperaron no se entregaron, sino que se fortaleció el poder colectivo. Ya han nacido más de veinte niñas y niños dentro de las comunidades recuperadas, que para ellos es muy importante. Eso ya lo habíamos visto en Chile. Siempre te dicen que lo que pasa acá, ya había pasado 20 años antes en Chile. Y hoy de hecho, en los enfrentamientos, en la disputa territorial, son todos jóvenes, son todos pibes y pibas los que van a recuperar territorios. También están los grandes, pero la mayoría son pibes, que están todos judicializados. Pasa que a partir de todos estos procesos, muchos jóvenes se empiezan a reconocer como mapuches, empiezan a buscar sus raíces, y también encuentran en el territorio una salida para la falta de oportunidades. Eso es un poco lo que le pasó a Rafa Nahuel, en ese proceso es que a él lo matan.
E.F: – ¿De qué manera se plantea la relación con el resto de la sociedad patagónica?
C.C: – Ellos ahora se empiezan a plantear la necesidad del diálogo hacia afuera, sobre todo con el resto de los laburantes, porque plantean las cosas en términos de que es una lucha de explotadores y explotados. Eso es algo que nos sorprendió, porque nosotros no pensábamos que era así,. Creíamos que era “la lucha de los mapuches y los no mapuches”, pero no es así.
E.F: – Las comunidades que visitaron se encuentran bajo ataque del estado y los terratenientes. ¿Cómo se defienden y cómo resisten?
C.C: – En el caso de la lof Huala Hue, en Bariloche, es un territorio recuperado del ejército, en el que hay varias zonas en disputa. Además está Parques Nacionales, el Grupo Andino, que también están en disputa. Ellos no han sufrido persecución directa, pero si un hostigamiento todo el tiempo, gente pagada que va a espiarlos, y que no han podido identificar, pero que las vinculan al Estado o al Ejército mismo. Lo que sí están muy atentos al control del territorio, porque los hoteles y los barrios privados mandan gente a buscar leña, les depredan el bosque, cortan cualquier árbol. Donde se escucha una motosierra salen corriendo a ver quiénes son y a veces te encontrás gente con camionetas carísimas que van a cortar ahí. Pero a la gente humilde que va, en cambio, se le explica, que es un territorio mapuche que está en conflicto, se les pide que no corten, que busquen leña seca. Y de paso se les cuenta como es la lucha del pueblo mapuche y se aprovecha para dialogar. Porque en Bariloche es carísima la leña, y entonces a esa gente se le deja llevar. También hay empresas de turismo que arman circuitos adentro de la Lof, se meten por cualquier lado, rompen plantas, pasan con unos cuatriciclos gigantes y unos jeeps, incluso hacen caminos, todo clandestino. En Cushamen, en cambio, sufren un hostigamiento permanente, que no tiene que ver con personal policial, pero sí civiles que andan patrullando con armas sobre todo desde lo de Santiago. La Pu Lof está en un territorio llano, en la estepa, y muchos denuncian que desde los cerros les han disparado con rifles, a larga distancia, que les pegan cerca, a los pies. Muchos compañeros y compañeras de esa Pu Lof además están recontra judicializados, les han armado montones de causas. Empieza a ser un poco como en Chile, donde no encontrás un Lonko o un referente porque, o están visitando presos políticos, o están presos ellos mismos.
E.F: – Los casos de Santiago y Rafael pusieron la cuestión mapuche en el centro de la escena. ¿Qué sensación tienen respecto al apoyo al reclamo de justicia, más allá de las comunidades?
C.C: – Respecto al caso de Santiago y de Rafa, ya hace un año que había empezado a mermar el apoyo de la izquierda, de los organismos de derechos humanos y de las organizaciones sociales; es muy reducido a las comunidades que están en lucha. Han quedado muy, muy solos. Y eso que tienen una mirada amplia, que va más allá de sus propios reclamos. El Lonko Facundo Jones Huala, por ejemplo, y muchos de los dirigentes de las comunidades tienen un punto de vista anticapitalista. Pero ya hace un año lo veíamos, que el reclamo de justicia, ya política y judicialmente, estaban bastante aislados.
E.F: – ¿En que va a consistir la actividad a la que están convocando para el miércoles en la Librería Sudestada?
C.C: – La idea es charlar un poco sobre el viaje en la librería, sabiendo que en el conurbano y en Capital hay muchas comunidades que se reconocen como originarias, y también mucha gente interesada en el tema. Tenemos la intención de contar la experiencia que hemos atravesado en esas y en otras comunidades. Desde que empezamos a viajar desde hace un año atrás a las comunidades del lado argentino y chileno, fuimos registrando audiovisualmente sin intención de hacer ningún documental, pero cuando llegamos de Chile nos dimos cuenta que teníamos un montón de material, y ahí dijimos: “bueno, tenemos que hacer algo con todo esto”. Y decidimos hacer el documental. La idea es estrenarlo durante septiembre, y pasarlo gratuitamente en espacios de lucha y donde nos inviten. Ya nos han pedido difundirlo en Córdoba, Mendoza, también en España e Italia y hasta nos escribieron del Festival de Berlín. También tenemos un proyecto de libro, de crónicas sobre el mismo tema. Así que la idea es compartir todo eso en la librería, hacer un adelanto del documental, fotografías, y contar un poco de la experiencia.
E.F: – ¿Y allá, en las comunidades? ¿Ya vieron los compañeros algo del material que están preparando?
C.C: – Si ya vieron parte del material y están muy contentos. Al viajar nos vamos reencontrando y es muy lindo que se vayan apropiando de todo esto. Así que estamos muy ansiosos, porque este verano vamos a ir con el documental terminado.