“Ya no tenemos miedo de pelear contra lo que fue injusto durante tanto tiempo”
Por Anita Bertoldi*, especial para El Furgón – Hace unos sábados atrás estaba en un bar, sentada en una banqueta con una cerveza. Se acercaron una chica y un chico, ambos jóvenes, mucho más que yo, casi adolescentes; él se inclinó para hablarme al oído y mientras me pedía tomar un poco de mi cerveza, me acariciaba la pierna con su mano, como si eso fuese a dejarme sin opciones más que convidarle. Instantáneamente, tanto yo como la chica que lo acompañaba, sin dudar por un segundo, lo frenamos, lo pusimos en su lugar. Ella le gritaba una y otra vez que el NO podía hacer eso. El tardó en entender e insistía, pero con firmeza logramos entre las dos que se fuera.
Por primera vez en mi vida me había sentido totalmente cómoda negándome frente a la extorsión de un varón, me había sentido acompañada y por fin tenia un marco social y cultural que me dejaba decir NO frente al abuso de poder que todos los días, casi sin pensarlo, ejercen los hombres sobre las mujeres.
Me quedé sentada pensando que si eso me hubiese pasado unos años atrás, cuando tenía la edad de ellos, hubiera reido nerviosa y le hubiera dado un trago, porque, claro, antes, en un tiempo no tan lejano, negarse a algo así y en esa circunstancia, frente a un hombre, te convertía en una histérica, en una mala onda y en toda una lista de insultos que no vienen al caso.
Por primera vez en mi vida me había sentido totalmente cómoda negándome frente a la extorsión de un varón, me había sentido acompañada y por fin tenia un marco social y cultural que me dejaba decir NO frente al abuso de poder que todos los días, casi sin pensarlo, ejercen los hombres sobre las mujeres. Había entendido, por fin, con claridad, de qué se trataban esas palabras nuevas para todxs: empoderamiento y sorodidad.
Hoy estamos de vigilia, probablemente, frente a uno de los momentos con mayor relevancia histórica que nos va a tocar vivir, pero no sólo por lo que suceda hoy en el Congreso. Si bien es fundamental y urgente que se apruebe la ley que garantiza que las mujeres puedan elegir y acceder a un aborto seguro y gratuito, sabemos que si hoy no se logra, igual las calles están pobladas de pañuelos verdes, que los jovenes están embanderados en esta causa en los colegios, que en los canales de televisión, en lo programas menos pensados se habla de feminismo y de aborto legal, seguro y gratuito y se interpelan y se cuestionan estructuras culturales antíquisimas en todos los ámbitos sociales.
Hoy, la tarea iniciada por unas pocas mujeres hace años abrió una puerta e invitó al resto a cambiar el paradigma machista con el que casi todos crecimos.
La lucha continúa y si hoy no es el día, el día está muy cerca, porque ya somos visibles, ya no tenemos miedo de decir, de exigir y de ir a donde haya que ir para pelear contra lo que fue tan injusto durante tanto tiempo.
*Librera y productora cultural
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Fotos interior y portada: Nadia Bascopé
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