Palestina. Los condenados de la tierra
“Para el pueblo colonizado, el valor más esencial, por ser el más concreto, es primordialmente la tierra: la tierra que debe asegurar el pan y, por supuesto, la dignidad.”
Frantz Fanon
Por Jorge Montero/El Furgón -La conmemoración del Día de la Tierra Palestina deja al menos 16 muertos y cerca de 1.500 heridos tras la criminal represión israelí en la Franja de Gaza.
Gaza es una olla a presión desde que la “Gran Marcha del Retorno” organizada el viernes para conmemorar el “Día de la Tierra”, se convirtió en la jornada más sangrienta en la Franja desde la invasión de 2014, en la que Israel asesinó a más de 2.500 personas, la mayoría civiles, en una ofensiva que duró 40 días.
Ahora, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), desplegando un centenar de francotiradores, vehículos blindados y sofisticados drones portadores de gases lacrimógenos, abrieron fuego contra los 40.000 manifestantes que marchaban con banderas palestinas, cantando consignas antisionistas, exigiendo el retorno de los expatriados y el fin del bloqueo. La criminal represión durante la jornada del 30 de marzo, se ensañó fundamentalmente con los jóvenes palestinos movilizados en las cercanías de la valla de seguridad levantada por Israel.
Un millón trescientos mil gazatíes, de los dos millones que habitan la Franja, son refugiados o descendientes de refugiados. Y están sometidos a un bloqueo por aire, mar y tierra, que ha transformado los 365 kilómetros cuadrados de Gaza en un inmenso campo de concentración a cielo abierto. Israel impide a sus habitantes entrar o salir del enclave, raciona el agua, la electricidad, los alimentos y los medicamentos indispensables; además de bombardear la franja cuando considera necesario.
El portavoz del ejército israelí Ronen Menelis advirtió en tono amenazante que su país aumentará la respuesta si continúan las protestas en la frontera con Gaza. “Si Hamas pretende seguir así y convertir la valla en un lugar de eventos violentos diarios hasta el 15 de mayo no vamos a permitir ese juego de ping-pong, ellos cometiendo actos terroristas camuflados de protestas y nosotros reaccionando: iremos más allá para acabar con la violencia”. Con esta movilización los palestinos exigen el derecho al retorno de aquellos que tuvieron que abandonar de manera forzada sus tierras o de las que fueron expulsados durante la guerra árabe-israelí de 1948 que para los palestinos marcó el comienzo de la Nakba (Catástrofe), el éxodo palestino. Que hoy reparte por el mundo a más de 5 millones de expatriados.
Mientras se desarrollaba una jornada de huelga y luto nacional en Cisjordania, Jerusalén Oriental y Gaza, en repudio a la masacre, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, demandó protección internacional para el pueblo palestino. Como de costumbre la burocracia enquistada en las Naciones Unidas, salió de su letargo con declaraciones de circunstancia. El subsecretario de Asuntos Políticos, Tayé-Brook Zerihoun, afirmó estar “profundamente preocupado”, advirtiendo que “la fuerza letal sólo debería ser usada como último recurso”. Por su parte el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió una “investigación independiente y transparente de estos hechos”, que ya fue vetada por Israel.
El conflicto ha venido escalando sin pausa desde el pasado diciembre, cuando la Casa Blanca proclamó la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) como capital del régimen israelí y el anunció de Donald Trump de estar presente, en la ciudad santa, el 14 de mayo para inaugurar su embajada.
Las pocas agencias internacionales que dieron cobertura a la masacre, hablaron de “enfrentamientos” entre la organización islamista Hamas -a quien acusaron de preparar actos terroristas- y las fuerzas militares israelíes, haciéndose eco del discurso del régimen sionista. Por el contrario, Sergio Yahni, director del Centro de Información Alternativa de Palestina (IAC) explica que las movilizaciones fueron organizadas por los Comités Populares: “instrumento tanto de lucha como de autogestión frente a la ocupación israelí. En determinados momentos de lucha los Comités Populares van más allá de los partidos políticos o de la Autoridad Palestina. En el caso de la conmemoración de esta fecha se vio claramente superando la decisión de los principales partidos, que hubiesen querido organizar actos más institucionales. En el caso de Al Fatah, para ellos era mejor hacer algún acto en Ramallah (Cisjordania), mientras que Hamas hubiera preferido una movilización en el centro de Gaza mostrando su capacidad de fuego…Los Comités Populares desbordaron a las direcciones políticas que terminaron acompañando la acción, que era marchar a la frontera y pedir por el retorno de los palestinos expulsados.”
Esta es la realidad de una tragedia repetida. Los gobiernos del mundo que dicen defender los derechos humanos e imponen sanciones unilaterales a algunos países como supuesta represalia a su violación, callan ante la brutalidad del régimen israelí sobre los territorios palestinos.