Para Victoria la libertad
Agustina Lanza/El Furgón – “Fuimos a ver a Victoria a la cárcel en julio del año pasado. Ella nos contó que cuando conoció a Rolando Lovera estaba feliz porque pensó que al fin podría formar una familia. Cuando se mudaron juntos se dio cuenta de que él era un monstruo”, dice Marina, integrante del Partido de la Causa Obrera. Como los demás, trata de refugiarse de la lluvia debajo de un techito. Está frente a la Casa de Misiones, en avenida Santa Fe, para exigir la absolución de Victoria Aguirre, la joven misionera que puede recibir cadena perpetua por no haber evitado que su ex pareja mate a golpes a Selene, su hija de dos años y medio.
Marina se enteró de esa historia a través de un conocido, Oscar Krimer, el psiquiatra que se encargó de las pericias. Él le pidió que se movilizaran y que difundieran el caso porque era muy injusto cómo se estaba llevando el proceso judicial. Krimer habla del concepto de “encerrona trágica”, una tipificación que desarrolló el psicólogo argentino Fernando Ulloa para analizar los casos de secuestro durante la dictadura, y los mecanismos de la violencia institucional. Es el mismo profesional que actuó en el caso de María Ovando, otra mujer misionera, que fue juzgada por analfabeta y pobre: estuvo dos años presa acusada por la muerte de su hija de tres años a raíz de un cuadro de desnutrición.
Krimer dijo que Lovera, en cambio, demostró ser un potencial violento sin empatía, ni sentimiento de culpa. Expuso los resultados en la audiencia del lunes, pero a los jueces pareció importarles poco. Ese mismo día Roberto Bondar, el abogado de Victoria, recusó al Tribunal Penal N°1, integrado por Lilia Avendaño, Francisco Aguirre y José Rivero, y a la fiscal Stella Maris Salguero de Alarcón por imparcialidad. Se notaba que los jueces no estaban siendo objetivos y que beneficiaban a Lovera. El juicio se suspendió, pero Victoria sigue acusada de homicidio calificado por el vínculo.
En la concentración, Melina repartió fotocopias con la imagen de Victoria y Selene juntas. Ella organizó la movilización junto a sus compañeras del Espacio de Género Mónika ERTL, un grupo de mujeres que pertenece a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). También levantaron las banderas por Victoria el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR) y la agrupación Las Rojas. “Hace tres meses nos enteramos del caso. El miércoles pasado también vinimos, pero solas. Entregamos un documento a la Casa de Misiones exigiendo la libertad de Victoria. Nos recibió un hombre que ni se presentó y nos aseguró que lo iban a elevar”, explicó a Melina a El Furgón.
Ayer volvieron a entregar ese papel, esta vez como una carta dirigida al Tribunal. La Casa de Misiones deberá alertar al gobierno provincial que en Buenos Aires se conoce el caso y que las agrupaciones están haciendo presión para que la justicia lo revea.
Laura y Julia, dos integrantes de la agrupación Las Azucenas de La Plata, esperaron que corte el semáforo y se apropiaron de la calle, pero duró poco. Los policías las arrinconaron, junto con los demás manifestantes, en el carril izquierdo de la avenida Santa Fe para dejar pasar algunos autos. “Queremos que haya un cambio de carátula, que a Lovera se lo acuse de femicidio vinculado y no de homicidio simple”, dijeron a El Furgón.
Julia explicó que es difícil leer el caso como un hecho aislado sin mirar el contexto de violencia y remarcó que a la justicia de Misiones le hacen falta profesionales capacitados en perspectiva de género. Por su parte, Laura cuestionó el discurso de “mala madre” que crearon los medios y que giró en torno a Victoria: “Esa responsabilidad de la mujer está muy arraigada en las instituciones. Pedimos castigo no sólo para los jueces y la fiscal, sino también para todos los profesionales que la dejaron sola durante el proceso judicial”.
El 29 de enero de 2015, Victoria Aguirre llegó con su hija sin vida al hospital Semic de Oberá. Su ex pareja Rolando Lovera la obligó a mentirle a los médicos, que desconfiaron de inmediato: las lesiones en el cuerpo de la niña indicaban que había muerto a raíz de un golpe fuerte en la cabeza. Victoria, por miedo, no pudo decir que había sido secuestrada por Lovera durante más de una semana. Tampoco que él había sido el que mató a Selene. Quedó detenida y fue trasladada al penal de Villa Lanús, a pocos kilómetros de la ciudad de Posadas. Lovera se entregó a las pocas horas y la justicia lo acusó de homicidio simple. A Victoria, de cómplice.
“Mañana íbamos a hacer una vigilia por la lectura del veredicto. Ahora que el juicio se suspendió, la postergaremos para cuando sea el momento”, dijo a El Furgón Tania Piris Da Motta, integrante de la Mesa Provincial Por La Libertad de Victoria Aguirre. En la última semana, recibieron apoyo de organizaciones de otras provincias y el caso se difundió por las redes sociales. Ayer por la tarde también se movilizaron en Oberá. Tienen varios eventos previstos para esta semana. Saben que esa es la única manera de sacar a Victoria del banquillo de los acusados.