Explosión en la escuela de Moreno: Vidal calla y otorga
Por Luis Brunetto/El Furgón
I
Macri, a la mañana del viernes 3, recomendó en Quílmes los créditos del ANSES, para que los jubilados solucionen “…problemitas, como un escape de gas”. Detrás, en primera fila, junto al vaciador del ANSES Emilio Basavilvaso, sonreía Mariú, con ese cinismo que tanto conoce el pueblo trabajador, y que es casi su marca registrada. Mariú sonreía con ese rictus hipócrita que sólo puede aparecer en los labios de una gobernadora que sonríe a la mañana siguiente de que le vuele una escuela por los aires, y mueran dos trabajadores que no le importan nada. A las 18 del viernes, una vez que decidió qué cosa era la más conveniente, twiteó que guardaba silencio por respeto a Sandra y a Rubén, cuyas muertes no le importan en absoluto, y comunicó a su pueblo que la horrorizaba “…la utilización política del caso”.
Cuando la problemática no sólo tiene que ver con un tema de gas, sino también de infraestructura, de servicio alimentario y de transporte no se puede resolver de un día para el otro (Sergio Siciliano, viceministro de Educación)
El vendedor de cursos a distancia que detenta el cargo de Director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel Sánchez Zinny, no sabe que pasó. A Ernesto Tenembaum le dijo que hubo “…comentarios sobre que podía haber habido reclamos por el gas en esa escuela”. No tenía el dato sobre cuantas escuelas tienen instalaciones precarias de gas:
Tenembaum: -Un dato aproximado?
Sánchez Zinny: -En la mayoría de las escuelas se están haciendo reparaciones.
T: -Hay chicos que están en peligro hoy en las escuelas bonaerenses?
SZ: Estamos trabajando para que eso no suceda.
T: -¡Pero es desesperante para los padres que el ministro no pueda decir ‘quédense tranquilos’!
SZ: Estamos trabajando…
“¡Rajá, turrito, rajá!”, diría el personaje de Roberto Arlt.

El viceministro de Educación, Sergio Siciliano, aseguró que “hoy es una jornada de dolor para todos los que formamos parte del sistema educativo”. El cínico agregó: “En Moreno, por los problemas que había y la falta de respuesta, decidimos intervenir el Consejo Escolar. Cuando la problemática no sólo tiene que ver con un tema de gas, sino también de infraestructura, de servicio alimentario y de transporte no se puede resolver de un día para el otro y lamentablemente tenemos que lamentar esta situación”. Lamentablemente tenemos que lamentar. Lamentable…
El Consejo Escolar de Moreno fue intervenido por el gobierno provincial a fines de octubre de 2017. Parece que los Consejeros cobraban facturas de alimentos que nunca llegaban a las escuelas. Como material probatorio, se aportaron los remitos nunca firmados por los directivos de las escuelas que supuestamente los recibían.
El actual desde hace 8 meses interventor del Consejo Escolar de Moreno, tiempo suficiente para arreglar todos los escapes de gas del sistema Solar, Sebastián Matías Nasif, se comprometió en un acta firmada en marzo, a asegurar el “mantenimiento, condiciones de seguridad y funcionabilidad” de los sistemas de gas de todas las escuelas de ese distrito. El Intendente Walter Festa y la Dirección General de Escuelas también firmaron el acta.
El Consejo recibió no menos de 8 reclamos de Sandra por problemas en la instalación de gas. Cristian Recovene, el gasista, declaró ante la Fiscal Gabriela Urrutia. Contó que fue contratado por el Consejo escolar de Moreno, pero que no tenía firmado ningún papel. ¿En negro? ¿La intervención actual roba como robaban los anteriores?
II
Las escuelas no existieron siempre. A partir de la revolución industrial el capitalismo naciente necesitó entrenar a la mano de obra en ciertas habilidades, incluso necesitó dotar a franjas de la clase trabajadora de ciertos elementos de conocimiento científico. Eso se agotó. A partir de la crisis de los ’70, el capitalismo y el pleno empleo se volvieron incompatibles. Las escuelas se volvieron superfluas.
Las movilizaciones y el paro con que los docentes respondimos al asesinato estatal de nuestros compañeros, tienen que ser el punto de partida de un movimiento de salvación de la educación pública
Por supuesto, el sistema no puede proclamar abiertamente la abolición de la escuela, aunque ya la haya abolido: las escuelas no son, desde los ’90 para acá, centros de enseñanza y aprendizaje. Ni las privadas ni las públicas. Las públicas son depósitos, en las que los docentes se empeñan en enseñar, y a las que los auxiliares se empeñan en mantener en pie, en medio del hambre y las ruinas.
La cruel verdad es que la escuela pública sólo le interesa al pueblo trabajador, a los docentes y a los auxiliares. A nadie más le interesa la educación pública. No le interesa a la clase media que la abandonó a causa de los paros, en lugar de converger con el movimiento docente para defenderla. No le interesa a los cacareadores lacayos de la tinta, los pseudo periodistas que hacen gala permanente de ignorar absolutamente todo, de no sensibilizarse por nada, y que desde sus sueldos jugosos pagados por la burguesía acusan a docentes y auxiliares de vagos y privilegiados.

Las movilizaciones y el paro con que los docentes respondimos al asesinato estatal de nuestros compañeros, tienen que ser el punto de partida de un movimiento de salvación de la educación pública. Hay que poner la educación en manos de la clase trabajadora, si queremos impedir el destino de decadencia a la que está condenada en este régimen social. La escuela 49 de Moreno es igual a cualquier otra. Los docentes y auxiliares sabemos que lo mismo, o cualquier otra catástrofe, puede pasar en cualquier colegio, en cualquier momento. Es más: Sánchez Zinny se lo admitió de hecho a Tenembaum.
Trescientos directivos autoconvocados decidieron el viernes en Moreno que las clases no van a comenzar hasta que la DGCYE no certifique que las escuelas están en condiciones.
Que sea el primer paso. Qué se extienda a todo el país. Qué los trabajadores salven la escuela pública.
Por Sandra y por Rubén.
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Foto de portada: Telefé Noticias