El blanqueo de Barrick Gold
Especial para El Furgón, desde Toronto.
En las últimas semanas crecieron las protestas contra el gobierno provincial de Chubut y su plan para ofrecer derechos mineros a la megaminería multinacional para proyectos en la meseta patagónica, sin atención a nuevos riesgos desastrosos al medioambiente. Una de las empresas haciendo lobby en la región para aprovechar de la riqueza minera argentina es el Pan American Silver Corporation, con sede en Canadá, dueño de la mina Manantial Espejo en la provincia de Santa Cruz.
Las protestas en Chubut se deben, en parte, a la memoria reciente de la conducta abusiva de otro megaminero canadiense. Con ingresos de casi US $10 mil millones en 2019, Barrick Gold es uno de los consorcios mineros más grandes del mundo. En marzo de 2014, produjo una crisis ambiental en la provincia de San Juan como resultado de un derrame de cianuro de su mina “Veladero”. El mismo mes, Raman Autar, un gerente de la empresa, expresó su preocupación por las amenazas severas de contaminación a raíz del funcionamiento del yacimiento. Como consecuencia, la empresa despidió a Autar de su puesto. Según los medios argentinos, las organizaciones de derechos humanos y muchos de sus propios accionistas, después de 2014, Barrick Gold no reparó la maquinaria que provocó el derrame. Y no hizo caso a las leyes medioambientales argentinas. En 2015, 2016 y 2017, hubo nuevos vertederos tóxicos en las operaciones de Barrick Gold en San Juan.
Derrame de cianuro en la mina Veladero – Telefé Noticias
Varios grupos ambientalistas canadienses han señalado los daños causados por Barrick Gold en Argentina, en Papúa Nueva Guinea y en otros países. La firma ocupa una posición respetada en Canadá, aunque la mayoría de los canadienses no tienen ninguna idea del funcionamiento nefasto de la multinacional en el exterior.
El gobierno canadiense y la mayoría del pueblo se autoidentifican como líderes mundiales en la defensa de los derechos ambientales y de los derechos humanos. En los últimos cinco años, por ejemplo, mientras que hubo un silencio casi total sobre los agravios al ecosistema de Barrick Gold en otros países, las autoridades locales defendieron a viva voz a los pueblos originarios en Canadá en su lucha contra la construcción de oleoductos. El primer ministro Justin Trudeau dio aviso al sector petrolero que ya no debería esperar ser rentable en el futuro cercano. Según los muchos dichos de Trudeau, Canadá tiene que cambiar su economía y liberarse de los sectores petroleros y mineros ¿Por qué, entonces, Barrick Gold sigue avanzando con una reputación limpia en Canadá?
La brecha ecológica en Canadá – France 24
Hay dos explicaciones de cómo el conglomerado megaminero blanquea su récord.
La empresa adhirió a múltiples normas internacionales que, con la complicidad desgraciada de los medios canadienses, le permitió dar la ilusión de una alta responsabilidad empresarial internacional. En 2010 adhirió a los Principios Voluntarios de Seguridad y Derechos Humanos, los cuales guían a las empresas mineras en cómo respetar los derechos humanos de los pueblos que viven alrededor de sus operaciones. Barrick Gold colabora también con el Pacto Mundial de las Naciones Unidas que tiene como objetivo un llamamiento a las empresas para que incorporen en su funcionamiento principios universales de derechos humanos, del trabajo y del medio ambiente. En Papúa Nueva Guinea, donde la Barrick Gold acusada de varios abusos de derechos humanos, obsequió fondos para la creación una reserva ecológica.
Más allá de los esfuerzos y de la propaganda de la empresa misma, el ex dueño principal de Barrick Gold Peter Munk (fallecido en 2018), también gastó plata y capital político para blanquear su pasado y presente. Recorrió un camino bien conocido de los ultra ricos en Canadá y los Estados Unidos. Empezó a donar millones de dólares para abrir las puertas hacía la alta sociedad y el respeto social. Obsequió $100 millones para construir el Centro Cardíaco Peter Munk, en Toronto. Con regalos de $51 millones, estableció el Centro Peter Munk en la Universidad de Toronto para mejorar las relaciones internacionales y fundó “los Debates Munk”, un foro nacional para promover la democracia. No resultará sorprendente para algunos que se descubrió que los fondos dedicados a establecer los Debates Munk y el Centro Peter Munk tuvieron condiciones tácitas: las actividades del Centro y de los Debates tenían que ser coincidentes con las ideas y las sensibilidades del mismo Peter Munk, que se quedó con la autoridad de decidir cómo representar la democracia.
Ambiente y Medio – Minería a cielo abierto
Como se descubrió en Estados Unidos con la familia Sackler, dueños de la empresa Purdue Pharma, que lanzó la epidemia de adicciones a la droga fentanilo en cientos de ciudades y pueblos norteamericanos, las donaciones millonarias limpian el alma empresarial y silencian los medios críticos, al menos por un tiempo largo.
Canadá es la sede de 75 por ciento de las empresas mineras en el mundo. Y a pesar de la propaganda canadiense pro ambiental y pro derechos humanos, el estado nacional subsidia la industria extractiva debajo de la mesa, con exenciones de impuestos y leyes favorables. Pero existe una solución posible. En 1997, el gobierno canadiense criminalizó el turismo sexual. Por primera vez, un canadiense podría ser acusado y condenado en Canadá por el abuso sexual de menores en otros países. El negocio de Barrick Gold y de otros megamineros depende de contaminación ambiental y del abuso de los derechos humanos de la gente a fuera de Canadá, de una forma absolutamente prohibida en el sector minero de Canadá por leyes canadienses. Hecha la ley, hecha la trampa. En Canadá, hay que cerrar el agujero. Llegó el momento de extender la legislación canadiense en defensa del ambiente para que cubra no solamente Canadá, sino al mundo entero.
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Portada: Imagen de video “Rescate minero mina Manantial Espejo”