Camila desapareció en Monte hace casi cuatro años y nada se sabe
Por Luis Brunetto/El Furgón –
La masacre de San Miguel del Monte está en el centro de la atención nacional. Pero no es el primer hecho que desgarra la calma de esa localidad bonaerense: un domingo de agosto de 2015, Camila Cinalli, de 15 años, salió con una amiga y nunca más volvió. Entrevistamos a su madre, María José Herrera, Majo, quien a pesar del dolor no ha abandonado la búsqueda de su hija.
El Furgón: – ¿Cuándo y cómo desapareció tu hija Camila?
María José Herrera: – Camila desapareció el 29 de agosto del 2015. Ella salió ese domingo a la madrugada para encontrarse con unas amigas. Después supimos que a la casa donde fue, debajo hay un taller de motos en el que después, con el tiempo, averiguamos que vendían droga. De ahí fue a la casa de una amiga del colegio, Susan, que también después supimos que ejercía la prostitución. En las casa estaban Susan y su novio, y otra amiga -Rosa- también con su novio, que después se fueron. Y en lo último que pudimos escuchar de Camila ella le dice a Rosa: “¿dónde estás? Te estoy buscando y no te puedo encontrar. Ya fui: me voy a mi casa”. Esto eran 3 y media de la madrugada. Y bueno, yo el domingo me quedé esperándola que viniera a tomar mate a mi casa, porque habíamos quedado en eso, pero nunca vino. Ella vivía con el papá. Yo la llamaba y no me contestaba, me daba apagado.
EF: – ¿Cómo actuaron la justicia y la policía?
MJH: – Tardaron como cinco días en tomarnos la denuncia en la comisaría, porque decían que se había ido sola, que ya iba a volver. En las cámaras del municipio no se veía que ella se fuera del centro de la ciudad, pero después de más o menos 8 meses vinieron unos especialistas en comunicación, y encontraron una cámara que mostraba que ella estaba cruzando sola la ruta, yendo para la casa del papá. Eso llamo la atención a los investigadores, porque la policía de la provincia siempre decía que había desaparecido por el centro, o por la laguna. Se hicieron rastrillajes en la laguna, con perros, con caballos, y nada. Encajonaron la causa casi un año con la fiscal Pippo, que no me informaba las cosas. Pasó el tiempo y empezamos a preguntar, a mandar fotos por las redes sociales, y a hacer marchas. Pero el pueblo de Monte nunca habló.
EF: – ¿Y vos qué es lo que creés que pasó?
MJH: – Yo sospecho de una red de trata, porque acá hay mucha droga. Nosotros llegamos a ir a Tucumán, porque tuvimos datos que nos decían que podría estar ahí. Al año tuvimos un llamado de Paraguay que nos decía lo mismo. Por eso es que la causa pasó de la fiscal de Cañuelas Norma Pippo, al juzgado federal 3 de La Plata, a cargo del doctor Ernesto Kréplak. Ellos por lo menos pusieron muchos investigadores, aunque hasta ahora tampoco se encontró ninguna pista nueva.
EF: – ¿Cómo hacés para no bajar los brazos?
MJH:- Pensando que algún día va a volver. Qué algún día se va a escapar y me va a llamar, que va a golpear mí puerta. Por eso no bajo los brazos.