El fútbol argentino, ese mercado emergente
- El Furgón en Rusia 2018 con CCCPMundial
Por Roberto D. Fernández, desde Nizhny Nóvgorod/CCCPMundial – Terminado el partido, a las once menos diez de la noche, hora de Moscú, hora de Nizhny Nóvgorod, cruzamos a un compañero con quien habíamos bromeado en lo previo acerca del posible resultado del partido. Él fue el único que se atrevió a vaticinar que ganaría Croacia, en una especie de parodia de encuesta que se nos ocurrió para soportar la ansiedad de la espera. Lo felicitamos por el acierto y él, que había tomado en serio la consulta, puso en orden nuestras ideas, dispersas entonces por la magnitud de la trompada. Dijo: “La gente quiere creer, y así le ha ido al país. Esto que pasó era bien fácil de prever”.
Se me ocurre que más que la debacle lo que preocupa son las derivaciones de la debacle. Seguimos la línea de pensamiento del compañero: el fútbol argentino pasa ahora a ser un mercado emergente, indefenso ante los ataques que lanzarán los que tanto se montan en los triunfos como asumen la condición de pirañas para comerse todo cuanta sea comestible una vez ocurrida una desgracia. Eso es lo que provoca el rótulo de mercado emergente.
¿Quién se quedará con los restos de la AFA?
El fútbol, además de juego, es pasión, y la pasión bien manejada, manipulada, se convierte en negocio.
Como remate va una breve consideración futbolística. Hasta que ocurrió lo que ocurrió con Wilfredo Caballero, lo hecho por la selección argentina sin ser notable era aceptable. Todo en el marco de un partido de regular para malo y una Croacia cautelosa, tal vez especulando con su mejor posición en la tabla. Esperó y obtuvo el regalo del arquero, primero, y el resultado del desorden generalizado de un adversario shockeado, después. Más el detalle extra y para nada desechable de que en el campo deambulaba un fantasma llamado Messi.
Ni siquiera el eventual milagro de un paso a octavos puede evitar lo que se viene. La derrota de hoy apenas será un detalle.
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