Julian Camezzana y los mitos populares volcados en las historietas
Marcelo Massarino (Texto y fotos)/El Furgón – Julián Camezzana tira trazos en grafito sobre el papel en blanco y piensa que, tal vez, resulte algo interesante. Lo hace una y otra vez. Desde adolescente dibuja algunas ideas y las deja madurar. Hoy, con veinticinco años, puede decir que aquellas viñetas tempranas dieron sus frutos y aparecen en algunos de los trabajos de este ilustrador marplatense ya maduro, con una sólida formación académica y con todo el tiempo para crecer. Adoptó el método de la autoedición para dar a conocer su obra y recorre eventos de comic como la “Crack Bang Boom”, de Rosario, y “Dibujados”, en la ciudad de Buenos Aires.
Los trabajos de este joven son innovadores y se destacan en el ámbito de los proyectos autogestivos: Targo, El intocable, Laberintos y Rojo –este último en dupla con Lou–, son cuatro de los títulos que tiene como carta de presentación.
Egresado de la Escuela Superior de Artes Visuales Martín Malharro, recibió varios galardones como el Primer Premio del certamen “MAX, Jiuvenis Gladiador”, promovido por la Asociación Internacional Alma Clásica, por su adaptación de la leyenda de Dedalo e ICARO, y también en el Segundo Premio en el “Concurso Federal de Historietas”, organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación, en 2015, por El Intocable, un homenaje al boxeador Nicolino Locche.
Con 16 años hizo los primeros trazos de Targo, una obra que mutó con el tiempo hasta que, en 2016, el artista ya formado le dio el toque final a esta novela gráfica de 88 páginas. El argumento está enlazado por letras de tango como Malena, Café La Humedad, Garúa, Desencuentro y Balada para un loco. El autor recuerda que “tenía los personajes y algunos de los tangos. A los 18 lo retome y entinté, hasta que en tercer año de Ilustración me dije ‘hay que hacer algo’, porque siempre estaba presente como una primera obra. Entonces, revisé el material, hice correcciones en el guión e imágenes y agregué algunos tangos. De todas maneras, hay paginas con aquellos primeros dibujos, un guiño para el niño que comenzó esa historieta”.
En 2014, Rojo fue su primer trabajo autogestivo. Es una interpretación libre, que hizo con el dibujante Lou, de La gallina degollada, el cuento de Horacio Quiroga que adaptaron Alberto Breccia (dibujos) y Oscar Trillo (guión). “En lo visual, Breccia me marcó muy fuerte desde Mort Cinder y Ernie Pike”, dice.
Camezzana cuenta cómo fue la génesis de El Intocable, un fanzine que tiene una impronta particular, ya que combina la historia de un hombre convertido en mito contada desde una narrativa visual muy particular: “Para la materia Ilustración aplicada teníamos que conseguir un concurso para realizar el proyecto y participar. Yo me direccioné para el comic, salió este certamen con la consigna de una historieta basada en costumbres o mitos argentinos. Así nació lo de Nicolino Locche. Siempre me interesaron los hombres como Gardel o Locche que, por el cariño popular, adquieren una faceta casi sobrenatural. Que Gardel ‘canta cada día mejor’ es algo que toca una fibra interna del pueblo y, para mí, Locche tiene mucho de esa idea, de algo que quizás haya existido, que de tan bueno es difícil creer que nunca recibiera una piña. Así que la idea fue contar desde la pelea con (Paul) Fuji, cuando ganó el título del mundo, una breve reseña de su vida y cómo surgió el mito de El Intocable”.
El artista cuenta cómo fue la resolución gráfica que encontró para esta obra dedicada a Locche: “La ilustración se vio alterada por una idea: para narrar la historia de Nicolino tenía que jugar con la ruptura de la viñeta, porque él entendía que su rival lo tenía que encuadrar, casi que estaba en una historieta y si se quedaba adentro de la viñeta iba a recibir la piña. Eso me hacia jugar con salir del cuadro. La parte visual la trabajé con planos negros y grises para las formas y contraformas. Fue interesante hacer los personajes y las formas con un grado de iconicidad bastante bajo, apenas delineadas para que jueguen con la apertura que los protagonistas tienen en los cuadros”.
Una cuestión difícil de resolver es la distribución de las obras. Al respecto, Camezzana señala que “siempre es una búsqueda. En Mar del Plata somos cuatro amigos que nos avisamos sobre ferias de fanzines e historietas como, por ejemplo, ‘Dibujados’ o la ‘Crack Bang Boom’. Ahí vamos hacia un publico más concreto. Siempre llegamos a ‘estar hechos’ pero nunca se hace una gran diferencia, no es un negocio. Tratamos de encontrarle una vuelta porque la idea es llegar cada vez a más gente”.
Los proyectos del ilustrador son variados, algunos en colaboración con colegas de su ciudad: “Trabajo en una novela gráfica que va a tener unas cuantas paginas, una historia metafísica pero que juega mucho con la paleta de colores y personajes bien definidos. Con unos guionistas de Mar del Plata encaramos un comic que protagonizan unas adolescentes sobre las que gira una cuestión sobrenatural. Y por estos días sale en la revista HDP una historieta basada en el tema Stagger Lee, una canción del folclore norteamericano que cantó Nick Cave”.