domingo, octubre 6, 2024
Nacionales

La obscenidad rosarina

Carlos Del Frade/El Furgón* – De la basura. Aquello que viene de la basura es lo obsceno, según dicen los diccionarios de la lengua española.

El vocablo original es obscenus, del latín ob caenum y se lo usaba como adjetivo para describir lo repulsivo, lo detestable.

También, a lo largo de la historia de Occidente, el término fue utilizado en el sentido de blasfemia o irreverencia o señalaba algo tabú, indecente, aborrecible o repugnante.

En la Argentina del siglo veinte y su continuidad en el tercer milenio, aquello que viene de la basura tiene otra imagen, poderosa, cotidiana y honda en lo conceptual.

La basura que se esconde debajo de la alfombra.

justicia

Una metáfora que remite a diversos sectores sociales pero que mira, especialmente, a los que tienen la capacidad económica, política y judicial de esconder la basura debajo de la alfombra.

No cualquiera puede esconder la basura debajo de la alfombra.

Por eso lo obsceno, por estos días, aparece vinculado a las maniobras burdas de los que quieren esconder la basura debajo de la alfombra.

En la ciudad de Rosario, ex geografía obrera, no hace mucho tiempo que surgió una megacausa que investiga el lavado de activos impulsado por una organización de escribanos, abogados, contadores, funcionarios de medios de comunicación, dirigentes sindicales con sus respectivas conexiones en áreas colonizadas por lo corrupción en lugares estratégicos del Estado provincial, como el Registro Público de la Propiedad y el Servicio de Catastro e información territorial.

Por primera vez en décadas, hubo veinte allanamientos en pleno centro de la cuna de la bandera. Una postal preñada de esperanza para los que impulsan la mano dura contra los delincuentes de guante blanco.

Hoy, a mediados de noviembre, se habla mucho menos del tema.

Pero en los primeros días del mes, una noticia generó la inmediata relación con la obscenidad del encubrimiento que favorece a los de arriba. A los que pueden esconder la basura debajo de la alfombra.

campo“La desaparición de un legajo del Registro de la Propiedad donde constaban operaciones realizadas con un campo de Villa Amelia enajenado a su dueña, el hallazgo de cuentas offshore y supuestas maniobras para eludir un embargo judicial, son parte de la nueva información que aportó la Fiscalía de Delitos Complejos en la megacausa por estafas inmobiliarias. Eso llevó a la jueza Mónica Lamperti a prorrogar hasta el 12 de diciembre la prisión preventiva al empresario Jorge Oneto, acusado de intervenir en un fraude ligado a la propiedad rural; y a Jonathan Zárate, imputado como falso apoderado en el primer eslabón de la cadena de ventas de inmuebles”, sostenía la información.

Y agregaba que la novedad de la audiencia “fue un informe del Registro de la Propiedad sobre la traba de embargos al campo de Villa Amelia, el cual consigna que ‘todo o gran parte del legajo ha desaparecido’. ‘Perdón, ¿me puede repetir?’, se extrañó la jueza ante la cita de Narvaja. El fiscal explicó que el 14 de octubre de 2015 el escribano Kurtzemann ingresó un certificado en el Registro pidiendo una inscripción definitiva del campo que fue rechazada por cuestiones formales. ‘Los folios donde se registran todas esas operaciones desaparecieron en una fecha que el Registro no puede establecer’, precisó el fiscal. Y aclaró que parte del legajo pudo reconstruirse porque algunos folios fueron escaneados para enviarlos, como siempre, a la Unidad de Investigaciones Financieras”, sostenían los diarios rosarinos.

El Registro Público de la Propiedad de la provincia de Santa Fe depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanas, áreas por donde pasaron los abogados Héctor Superti y Juan Lewis que, en su primer momento, fueron los profesionales defensores de algunos de estos imputados.

Ahora la noticia dice que hojas de expedientes oficiales desaparecieron, fueron arrancadas.

Una obscenidad. La basura debajo de la alfombra.

El desfachatado método de los sectores del privilegio de esconder su basura debajo de la trama de relaciones empresariales, mediáticas, políticas y judiciales que imperan, no solamente en Rosario, sino en toda la Argentina.