Bolivia. Renunció Evo Morales, se impuso el fascismo
“Si no convocas a elecciones, eres dictador. Si convocas y no ganan ellos, eres dictador”.
En las calles de La Paz.
Por Jorge Montero/El Furgón –
Triunfa el golpe de Estado en Bolivia. Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera presentan su renuncia. Una vez más la derecha regional al servicio del imperialismo estadounidense, aplasta la voluntad de las mayorías populares. Sectores neofascistas, aliados a la policía y al ejército boliviano, imponen su poder de clase por encima de la opinión de millones de trabajadores, campesinos, indígenas que apoyaron -incluso críticamente- el proceso encabezado por Evo a partir de enero de 2006.
La barbarie ejercida por las hordas fascistas que responden al cruceño Luis Fernando Camacho, empresario salpicado por los Panamá Papers y fundamentalista religioso émulo de Bolsonaro, tienen como modelo las “guarimbas” venezolanas
La oleada sistemática de violencia ejercida por sectores oligárquicos y racistas, en detrimento del pueblo, el Movimiento Al Socialismo -partido de gobierno- y las instituciones, que se da sin pausa en todo el territorio boliviano desde el pasado día 20 de octubre, no se detendrá por la renuncia de Morales, mucho menos por sus exhortaciones a la “pacificación”.
La masacre de Pando o el levantamiento de Santa Cruz de la Sierra entre 2006 y 2008; o el reciente ataque contra la Confederación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa que encabezaron la marcha de Cochabamba contra el odio y el racismo frente a los golpistas “que arremeten la dignidad de las mujeres”; anticipan cuál es la política que ejecutará una derecha ansiosa de revancha, contra los derechos ganados por las “cholas” y los “cholos”.
La barbarie ejercida por las hordas fascistas que responden al cruceño Luis Fernando Camacho, empre Luis Fernando Camacho sario salpicado por los Panamá Papers y fundamentalista religioso émulo de Bolsonaro, tienen como modelo las “guarimbas” venezolanas. A fuerza de violencia, racismo, quema de viviendas, amenazas, linchamientos y discriminación; las mismas fuerzas de choque utilizan las mismas tácticas y los mismos armamentos. Seguramente, el “Macho” Camacho sueña con ser el “Guaidó” del Altiplano. Y en este momento ocupa el centro del escenario político.
Mientras se amotinaba la policía, el postulante de la alianza política de derecha Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, derrotado el 20 de octubre por más de 10 por ciento de los votos, exhortó a la convocatoria de “un acuerdo nacional para consensuar un nuevo Órgano Electoral y un cronograma de la nueva elección”, rechazando de manera explícita la participación de “Evo Morales y Álvaro García Linera no podrán ser candidatos”.
La noticia, sin dudas, conmueve al continente. En medio de una sucesión de acontecimientos, que van desde las rebeliones populares de Ecuador y, sobre todo, en Chile; las luchas en Haití o la resistencia bolivariana; hasta la reciente liberación de Lula y el futuro del gobierno peronista en Argentina.
Las fuerzas armadas, en un comunicado de hoy por la tarde, dieron un ultimátum al presidente Morales: “sugerimos al presidente que renuncie a su mandato permitiendo la pacificación y mantenimiento de la estabilidad de Bolivia”, en palabras del comandante en jefe William Kaiman. El golpe militar se había concretado.
La noticia, sin dudas, conmueve al continente. En medio de una sucesión de acontecimientos, que van desde las rebeliones populares de Ecuador y, sobre todo, en Chile; las luchas en Haití o la resistencia bolivariana; hasta la reciente liberación de Lula y el futuro del gobierno peronista en Argentina; el golpe de Estado en Bolivia sólo puede profundizar la inestabilidad de la región. Sin dudas las políticas impulsadas por la Casa Blanca y los gobiernos derechistas latinoamericanos se han fortalecido.
Muchas preguntas quedan sin responder ¿Por qué el desgaste de Evo Morales y su distanciamiento de una parte de los movimientos sociales que históricamente lo apoyaron? ¿No tuvo peso alguno en el desenlace político, el fortalecimiento económico? ¿Por qué acudió Evo a la OEA -el ministerio de colonias- como auditor del proceso electoral? ¿Fue un manotazo de ahogado ante la debilidad de la UNASUR y la CELAC, inmovilizadas por la ofensiva de Estados Unidos y sus acólitos del continente? ¿Cómo responderán las masas bolivianas, más que para defender al gobierno saliente, para resguardarse a sí mismas?
El golpe de estado se concretó. Pero la lucha popular continúa.