viernes, diciembre 8, 2023
Cultura

De historietas y luchas obreras

Hugo Montero/El Furgón – Emilio Utrera es historietista y creador de La Toma, su trabajo más conocido, que fue publicado de forma íntegra en la revista Fierro. En esta entrevista con El Furgón, Utrera explica cómo es su trabajo y en qué momento surgió la necesidad de plasmar en papel la lucha de un grupo de trabajadores y trabajadoras que reclaman por sus derechos.

-¿Cómo surgió la idea de armar La Toma? ¿Cuál fue el disparador?

La Toma se me ocurre leyendo el libro Sin Patrón (editorial Lavaca) donde cuentan justamente las historias más significativas de las fábricas recuperadas. Hacen una muy buena recopilación de casos, por rubro, por año, todo muy prolijo. Pero además tiene varias historias, que contadas como relato por parte de sus protagonistas son obras que tienen aventura, acción, drama… Y me llamó justamente la atención la historia de la Imprenta Chilavert, empresa recuperada que tenía varios condimentos que tomé para mi historia.

La TOma 3

-¿Cuánto de autobiográfico volcaste en la historieta?

-Después a la historia la fui adornando con diferentes elementos, anécdotas ajenas, escuchadas al pasar, de alguna noticia perdida por ahí. Y como le agregué algún elemento fantástico mínimo, ahí es donde hay algo de personal. Es cuando junto a estos personajes en la toma de la imprenta, y agrego a uno que no tiene mucho que ver ahí y con el que puedo meter algo personal. Es un personaje que es un artista, un dibujante metido ahí en la fábrica recuperada. Este personaje no tiene una visión de lucha, ni pelea por reivindicaciones, no se sabe bien por qué está ahí, pero se banca la toma.

-Uno de los elementos destacables de La Toma es la construcción de espacios, diálogos y personajes reconocibles de una fábrica. ¿Qué decisiones tomaste a la hora de elegir los personajes y sus diálogos?

-Tenía varias versiones y varias hojas escritas con diferentes personajes: hubo un violador suelto en la fábrica, una mujer trepadora, otra que era más sumisa. Pero al final tomé algunos estereotipos, como los que siempre están ligados a la patronal, los “carneros” que pueden ser falsos delegados comprados. O bien elementos con mentalidad de “patrón” dentro de un ámbito obrero. También obreros viejos que piensan que la revolución está cerca… desde hace 30 años. Hombres sin nada que valga la pena afuera de la empresa que los contrata, sin familia, sin proyectos que los contengan. También los hijos de los patrones, pichones de yarará, dispuestos a todo por perder lo menos posible de su herencia. En general, traté de individualizar y tomar referencias de la vida real de conocidos.

-La crónica en formato de historieta no está tan aprovechada en nuestro país como en otros lugares, ¿qué otras situaciones cotidianas o mundos callejeros te parce que podrían adaptarse bien a un relato en historieta?

-En general hay de todo en historieta, hay crónicas periodísticas como Palestina (de Joe Sacco), Maus (de Art Spiegelman) y Rupay (Jesús Cossio). En nuestro país, un buen ejemplo es Tortas Fritas de Polenta (de Fuchi Bayúgar) y otro es El Polaco (de Fabio Zurita), e históricamente está la vida del Che por Oesterheld y Breccia. A mí particularmente me gustan situaciones que den un poco de lugar a la aventura. La historieta necesita eso: tener elementos que hagan un buen relato entretenido con muchos condimentos, pero hay temas que dan y otros que no dan tanto la talla. Otro buen ejemplo de estos relatos es lo que hizo en cine José Campusano. Tomar situaciones reales, personajes reales, y hacer historias cargadas de acción, aventura, drama. Es muy entretenido de ver.

La TOma 4

-¿Qué representan las jornadas de diciembre de 2001 para vos?

-Yo era chico en ese momento, mi madre y mi hermano eran militantes de izquierda y estuvieron más enganchados en esa época. Mi vieja tenía ese brillo en lo ojos de que había llegado la hora. Mi hermano, casi de mi edad, lo tomaba como una aventura punk. Yo, en general, aprendía de ellos, y me sumaba tibiamente. Pero de ese momento particular recuerdo la miseria que pasamos con mi familia: el hambre, el trueque, la depresión de familiares. A la distancia veo una presencia del pueblo enorme tomando las calles y logrando bajar a Fernando de la Rúa. Aunque se dejaron ver los hilos del poder, que definieron esa etapa, fue una reivindicación del pueblo un cien por ciento.

-¿Qué otros proyectos estás encarando ahora?

-Ahora voy a reeditar La Toma, en un librito autoeditado. Sigo con mi proyecto de Barras (comic de barrabravas, mezcla de ficción y realidad) y tengo planeado trabajar con algún guionista. Pero mi mayor proyecto es poder vivir exclusivamente haciendo historietas contadas por mí, y no perder las ganas de contar historias. En pocas palabras “salirme con la mía”.

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