jueves, septiembre 12, 2024
Cultura

Pearl Jam y los nueve amigos desconocidos

Ramiro Montero/El Furgón – Se ha hablado. Y se ha hablado mucho, muchísimo, al respecto. Se han dirimido números, se han señalado responsabilidades, se han contrapuesto autopsias y se han resaltado antecedentes. Un poco por incapacidad y un poco por hastío, lejos está este espacio de ofrecer alguna voz nueva sobre el asunto. Hay, sin dudas, lugares más idóneos para ello, con tipos más capaces y mejor preparados para opinar. También existen peores ámbitos, claro, donde los mercaderes y los ignorantes pueden libremente foguear la contundencia de las placas de sus noticiarios o ejercer el derecho de opinar con impunidad y vehemencia sobre películas que nunca vieron. Sabrá cada uno qué escuchar y qué decir. Tendrá, también, sus motivos o sus conveniencias. Y lidiará con lo que pasó de la manera que pueda.

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Eddie Vedder, por ejemplo, compuso Love boat captain luego de un horror similar en Dinamarca. Esa noche, las pantallas gigantes de Roskilde proyectaron el espanto de su rostro mientras se lo oía tratando de organizar al público desde un micrófono. Y cuando por fin se hizo un claro entre la gente y la verdad quedó revelada frente al escenario, el cantante agachó la cabeza, cerró los ojos con fuerza y trató inútilmente de no creer en lo que había visto. Alguien capturó ese momento exacto detrás de una cámara fotográfica: el momento en que Eddie busca encerrarse frente a miles y despertar de un mal sueño.

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De eso parece hablar Love boat captain. No, no es un mensaje de esperanza, como cualquier lectura inicial podría indicarnos. La canción es un pedido. Un ruego. Una súplica para que esas soluciones fáciles y románticas puedan verdaderamente resolver las cosas y alejarnos del dolor. El mismo dolor que Vedder sintió al ver la fatalidad. La misma angustia que sintió al asistir junto al resto de la banda a los funerales de aquellos nueve amigos que nunca conocerá. La misma impotencia que esos semidioses, en la cima de altísimos escenarios, sienten al descubrir que sus pedestales se desmoronan, y que de nada sirve el poder de convocar multitudes y conmoverlos con sus canciones si la gente no puede obedecer la simple orden de dar tres pasos hacia atrás.

Pearl Jam banda

Love boat captain, en definitiva, es la necesidad de silencio y oscuridad. Es un intento desesperado por desviar la mirada, por hacer de cuenta que la verdad es otra y que lo que alguna vez se cantó es cierto, aún sabiendo que no es así, que la fatalidad es ineludible, que el amor no es suficiente y que aquello que vimos ocurrir frente a nosotros, efectivamente, acaba de pasar.