martes, septiembre 10, 2024
Por el mundo

El camino de Trump hacia Medio Oriente

Lucio Garriga Olmo/El Furgón – El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, llega al poder con un panorama poco alentador en Medio Oriente, una región vital por su estratégica ubicación y por su riqueza en petróleo. La administración de Barack Obama se retira con varios fracasos en esta parte del mundo: no pudo resolver la crisis en Afganistán, Libia está en llamas, Siria e Irak están convulsionados por las acciones del Estado Islámico y hasta tuvo rispideces con Israel. Como si fuera poco, los errores de Obama permitieron que Rusia, China e Irán se unan y tomen un rol protagónico dejando de lado el poder estadounidense.

Durante la campaña presidencial, Trump hizo grandes promesas en relación con esta región pero hay dos que son fundamentales: la eliminación del Estado Islámico, principal amenaza a los intereses del país hoy en día; y reconocer a Jerusalén como la “capital indivisible” de Israel (hoy en día la capital es Tel Aviv). Además, durante su camino a la Casa Blanca criticó duramente a los aliados de Estados Unidos que no pagan sus cuotas correspondientes por la ayuda recibida por Washington. Entre estos se encuentran los estados del Golfo y, principalmente, Arabia Saudita, histórico aliado en la región.

Image: U.S. Republican presidential candidate Trump hugs a U.S. flag as he takes the stage for a campaign town hall meeting in Derry

En cuanto al Estado Islámico, el flamante presidente no reveló cuál será su estrategia utilizada ya que prefiere mantenerla en secreto para no alertar al enemigo, pero lo poco que dijo es que “vamos a borrar al EI del mapa” y para ello “tendremos muy pocas tropas, con increíble inteligencia”. Está claro que no quiere un nuevo despliegue de un gran número de militares para no correr nuevos riesgos y tener que mantenerlas durante un largo tiempo, como ocurrió en Afganistán donde el desembarco de tropas no provocó una solución al conflicto y hoy en día hay más de cinco mil tropas estadounidenses.

Lo que sí dijo Trump es que está dispuesto a unirse con Rusia para combatir al grupo terrorista, lo que sería un cambio con la administración Obama. Es innegable el rol protagónico de Rusia en la región. Su intervención permitió acelerar la victoria de Bashar Al Asad en Alepo y significó un gran apoyo a su gobierno que logró mantenerse en el poder. En su primera conferencia de prensa, Trump afirmó: “Si le agrado a Putin es una ventaja y no una desventaja. Ellos nos ayudarán a combatir al Estado Islámico”.

El primer problema que tendrá al unirse con Rusia para derrotar al Estado Islámico es que el gigante euroasiático apoya a Irán en esta guerra y que Irán apoya a Hezbolá, grupo terrorista para los Estados Unidos. La amistad entre Rusia e Irán cada día es más fuerte y varios funcionarios nombrados por Trump odian a Teherán. Su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, aseguró que “el temor a los musulmanes es perfectamente racional” y el nuevo director de la CIA, Mike Pompeo, califica a Irán como un “Estado promotor del terrorismo”. Como si fuera poco, el Secretario de Defensa, James Mattis, afirmó que Irán “es la principal amenaza” para la región. Trump tendrá que sortear esta contradicción porque no podrá estar a favor de Rusia y en contra de Irán al mismo tiempo.

Trump 3

La promesa de reconocer a Jerusalén como capital de Israel es la que más polémica trajo. La Unión Europea mostró su “preocupación”, Obama dijo que es “peligroso”, Mahmud Abás le solicitó a Putin y al Papa Francisco que intervengan para evitarlo y Al-Fatah declaró que significaría “abrir las puertas del infierno”. Algunos pensaron que dicha promesa era una más de las tantas que hacen los candidatos para conseguir apoyos, pero el mismo Trump afirmó este martes en el diario israelí Hayom que no había olvidado la promesa realizada.

El gobierno de Obama se retira fuertemente criticado por Israel, principalmente por no haber vetado la resolución 2334 aprobada por la ONU el pasado diciembre que determina que los asentamientos ilegales en territorios ocupados palestinos suponen una violación al derecho internacional y un grave obstáculo para solucionar el conflicto a través de la creación de dos estados independientes. A esto se le suma la Conferencia de Paz realizada en París que buscó, con la presencia de más de 70 países, una solución al conflicto. Lo cierto es que a pesar de los últimos choques entre ambos, Estados Unidos sigue y seguirá siendo un aliado vital de Israel. Así lo demostró el acuerdo firmado el año pasado de 38 mil millones de dólares en ayuda militar para el gobierno de Benjamín Netanyahu, el acuerdo más grande de la historia de los dos países.

Trump buscará acomodar la relación y en este punto vuelve a aparecer Irán. El presidente de Estados Unidos aseguró que el acuerdo nuclear firmado entre Irán y seis potencias mundiales (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania), que entró en vigencia el pasado 15 de julio de 2015, es “un desastre”, “el peor acuerdo que se ha negociado”. El problema en este punto es que el acuerdo cuenta con el apoyo del resto de los países que no buscan deshacerlo ni volver a negociarlo, y hasta el propio presidente iraní, Hasán Rouhaní, manifestó que “no habrá negociaciones”. Una renegociación de este acuerdo parece difícil en estos momentos.

Vladimir Putin

El Estado Islámico e Israel no serán los únicos problemas que deberá afrontar Trump. Las relaciones con Turquía no pasan un buen momento, especialmente desde el fallido golpe de estado contra Recep Tayyip Erdogan, quien le solicitó a Estados Unidos que extradite al clérigo Fethullah Gülen, a quien denuncia como partícipe del mismo, pero Washington por ahora se niega. Estas tensiones en la relación llevaron a Turquía a acercarse a Rusia y desde el propio gobierno turco amenazaron con cerrar la base de militar de Incirlik, utilizada por las tropas estadounidenses.

La situación no es cómoda para la nueva administración. A estos problemas se le suma la invasión que mantiene Arabia Saudita contra Yemen, que ya provocó más de 10 mil muertos y 40 mil heridos, según la ONU. Trump se enfrentará a una situación donde deberá solucionar los problemas que dejó Obama pero para ello, por ahora, esbozó tácticas muy peligrosas y que en algunos puntos son contradictorias entre sí, lo que puede provocarle una mayor cantidad de problemas de los que tiene ahora.