2 de mayo: Día mundial contra el acoso escolar
“Sin el otro como estructura no habría mundo, no habría palabra, no habría amor. Pero con el otro apenas sentido como diferente no ha habido otra cosa que expulsión del paraíso, diluvio universal y caída de la torre de la conversación. La decisión acerca de cómo nos encontramos con otros, siendo otros, entre otros, es educativa, política y éticamente educativa. En ese encuentro la diferencia es lo que reúne no lo que distingue, no lo que confina, no lo que domina despóticamente. En el encuentro con alguien, ese alguien nunca es igual, siempre difiere, no de algo en particular sino de todo”. Carlos Skliar.
Para comenzar es preciso describir al acoso escolar y comprender de qué hablamos. El mismo se trata de una conducta de persecución hostil, física y/o psicológica, que se produce de forma reiterada y sostenida en el tiempo. Donde hay una intencionalidad de agredir, humillar, insultar, lastimar física y/o emocionalmente a un/a chico/a de primaria o adolescentes en la secundaria. El vínculo que allí se genera parte de una desigualdad, un desequilibrio de fuerzas que se presenta entre el/la hostigador/a, junto con sus seguidores/as y espectadores/as y el/la acosada/o.
Por otra parte, es importante detectar los roles de quienes intervienen.Comúnmente son cuatro y se visibilizan de un modo claro: la víctima, el/la agresor/a agresores, los/las instigadores/as y los/las espectadores/as. Estos últimos roles, actúan como instigadores con total pasividad, convirtiéndose en testigos directos de estas acciones. Por lo general, no asisten en el momento más personas, y mucho menos adultos/as.
El/la agresor/a o más frecuentemente el grupo de agresores/as hostiga a la víctima en lugares públicos pero difíciles de ser visto por alguien que pueda poner un límite (baños, pasillos, patio, comedor escolar). En muchas ocasiones las acciones de acoso sobrepasen las paredes del colegio extendiéndose a los alrededores, así como también, por distintos dispositivos virtuales.
En estos tiempos otra forma de bullying es el ciberbullying ya que la virtualidad ha invadido hogares, escuelas y espacios recreativos; y en muchos casos de situaciones de acoso se difunden imágenes y videos de manera mucho más rápida y permanecen durante más tiempo en las redes y en los medios y hasta a veces son muy difíciles de quitar de estos espacios.
Citando a Pichón Riviere y su teoría de roles, en estas situaciones, la víctima se identifica como el llamado Chivo en el cual se depositan las ansiedades, miedos, y malestares del grupo. Por otra parte, un sujeto o grupo que asume el rol de líder (en este caso negativo) es quién impulsa el accionar sobre la víctima y estimula que ese ruido grupal se ejerza de forma violenta sobre ese sujeto (el chivo). Finalmente, encontramos a los/las observadores/as de la situación que en muchos casos pueden transformarse en portavoces de lo que está sucediendo y comentárselo a algún sujeto mayor responsable en forma privada para no sentirse expuestos y por temor a la reacción del resto.
Por eso es interesante reflexionar sobre qué lugar ocupan los adultos en estas situaciones y la función que tiene o debería tener la escuela para abordar esta temática. Por un lado, es necesario mencionar algunas ideas a desmitificar alrededor del tema: El “no es para tanto”, “son cosas de niños/as” o que “esto los/las fortalece a la larga”. Son formas que solo logran dejar ala niña/o y adolescente en su más absoluta soledad resolviendo lo que no se está pudiendo abordar desde los referentes significativos., como bien lo explican en “Bullying una deconstrucción necesaria”, Joana Rowinski y Julieta Inza en el libro “El malestar en las escuelas”.
No es cosa de niños/as sino de todos y todas. Hay una responsabilidad colectiva, en donde la escuela tiene que desarticular desde la reparación y no desde el castigo. Poder acompañar durante el proceso, como así también a las familias, generando espacios y actividades en donde prime, circule y predomine la palabra y la escucha. La posibilidad de pensar, para “recomponer el pacto subjetivo” y que “la escuela sea un lugar de recuperación de sueños” como decía Silvia Bleichmar y no un lugar de pesadillas.
Justamente lo que aparece como una de las manifestaciones en las casas es “no querer ir más a la escuela”, “querer faltar” para evitar el sufrimiento que se padece en la escuela.
¿Qué le pasa a un chico/a cuando tiene que ir a la escuela sabiendo que le espera un día, cada día, de hostigamiento? ¿Desde dónde se va a la escuela? ¿Cómo se va a la escuela? ¿Cómo se sale de ese circuito? ¿Cómo debe de abordar la escuela esta problemática?
Por qué es con ESI (Educación Sexual Integral)
En primer lugar, porque la ESI tiene que ver con perspectiva de género, el cuidado, la prevención, el respeto propio y del otro. Por otro lado, se encuentra estrechamente ligada a reconocer las diferencias y la diversidad en todos los ámbitos. Promueve, proclama y aboga por un crecimiento conjunto, grupal desde y con la diferencia entendiendo que habitar y transitar con ella el mundo es mucho más que un acto de tolerar sino es un ejercicio democrático. Principio Básico de la ESI.
Entre sus principales objetivos están los de expresar, reflexionar y valorar las emociones y los sentimientos presentes en las relaciones humanas para así reconocer, respetar y hacer respetar nuestros derechos. Difunde una educación en valores y actitudes relacionados con la solidaridad, el pensar en el otro, hacer proyectos colectivos, trabajar sobre las emociones generando un espacio de confiabilidad y resguardo donde siempre los/las niños/as y adolescentes se sientan cuidados y protegidos. Trama y teje una red vincular desde la ternura. Entiende como principio esencial la construcción de lazos sociales que nos sostienen como sujetos sociales que somos.
La ESI no es un protocolo, no es un taller, tampoco una jornada aislada; es un hacer constante, plástico y flexible; donde la palabra genera espacios que acompañan los procesos escolares y sociales; va más allá de una mirada o perspectiva integral, es una manera de pensar, de decir. Es una forma de hacer y de habitar las escuelas y el mundo.
Hace unos días, buscando material para preparar una clase, leí en una página de Facebook: “Equipo antibullying Argentina” que la mejor manera de combatir el bullying es generar y cultivar la amistad, pues bien (en mi humilde opinión sobre el tema) diría que es un grave error creer o pensar que la prevención se realiza fomentando la amistad entre los niños/as y adolescentes.
La amistad no es lo que evitará la persecución y/o el acoso, sino el respeto por la diversidad y por ende por el otro ser. Sino, de este modo, caemos en un discurso un tanto peligroso en el cual se proponen dos variables polémicas: en la primera se infiere que el bullying y la amistad (o no) están vinculados; en la segunda, el intento de querer que todos los/las niños/as sean amigos. Esto los pone bajo un halo de igualdad y simetría que no solo es poco real sino del cual estamos intentarnos despegarnos mediante la propuesta que entre otras trae la ESI.
La amistad es una gran opción y claro que la celebramos si sucede, surge y deviene, pero jamás puede sugerirse o enunciarse como forma de prevenir el acoso escolar. Esto no se trata de forjar, crear y generar amigos, sino de hacer valer el derecho del ser por habitar y transitar la vida sin padecer discriminación ni ser violentado.
Me gustaría terminar estas líneas con unas palabras del filósofo Jaques Derrida: “La irrupción del otro quiebra la agonía de lo mismo, de una ipsidad que siempre cobra poder sobre el otro. Somos, como dice Derrida, rehenes del otro, y no podemos tener relación con nosotros mismos más que en la medida en que la irrupción del otro haya precedido a nuestra propia ipsidad”.
—
Carla Elena. Autora de “Esi, haciendo camino al andar” y otros libros. Es Psicóloga Social. Diplomada en “Violencia Familiar y Género”. “Derecho de Niñez y Adolescencia”. “Discapacidad”, “Educación en Contextos de Encierro”, “ESI en Territorios” y “Sexualidad y Discapacidad” . Posgraduada en “Educación Sexual Integral: Desafíos de la implementación en el ámbito educativo y comunitario”. “Despatologización de las Diferencias”. Miembro de Forum Infancias. Docente. Columnista de El Furgón. Participa en Radio Tinkunaco en temas sociales y en Radio Gráfica.
—
Portada: https://www.needpix.com/photo/download/1585866/bullying-child-finger-suggest-the-identified-patient-show-divorce-pressure-load