La vuelta al campo. Luchas campesinas por el buen vivir
Desde las profundas entrañas de la tierra que pisamos, habitamos y de tanto en tanto contemplamos; allá en los infinitos campos, bien lejos del horizonte visible, se hilvanan historias que claman por un regreso a los orígenes. Apisonar, labrar, sembrar, cuidar, cosechar… pueden ser los eslabones de una cadena de liberación, de unos grilletes que se alcen en el aire, lejos del ruido y las repetidas rutinas de las millones de personas anónimas, números de mercado que van y vienen, -vamos y venimos-, en una vorágine cíclica.
La vuelta al campo – Trailer
La vuelta al campo, puede ser eso, o el resurgimiento de las propias manos nativas buscándole nuevas opciones o mejores ensayos en el largo camino hacia una vida más justa. O mejor sin poses heroicas, ni fórmulas tajantes, el largo trabajo audiovisual de Juan Pablo Lepore durante siete años, en el que un puñado de organizaciones diseminadas por Argentina, y el inmenso Movimiento Sin Tierra de Brasil, forjan historias paralelas de lucha, ocupaciones, desalojos y construcción colectiva, que rinde sus frutos en tanto se levantan de cada doblez e intentan un futuro con tierra para quien la trabaje y formas horizontales de vincularse, reconocerse y unirse.
De las pequeñas comunidades en terrenos ganados en el Gran Córdoba a los Verdurazos, de las discusiones subidas de tono con extranjeros a los desmontes ilegales, de las colonias agrícolas al Foro Agrario, La vuelta al campo, es mucho más que el reflejo de una necesidad imperiosa: es un llamado de la tierra a quienes la trabajan y merecen habitarla en libertad.
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