La mala víctima
En estos días luego del triple femicidio ocurrido en Florencio Varela donde tres jóvenes de 20, 21 y 15 años fueron engañadas, brutalmente torturadas y asesinadas se oyeron diversas voces sobre si la figura que cabe es la de femicidio u homicidio como si esto modificara la brutalidad o responsabilidad de los hechos ocurridos.
En primer lugar, me gustaría comentar que estos intentos de desdibujar la figura de femicidio tienen una clara intencionalidad y es la que venimos transitando en estos tiempos donde el constructo perspectiva de género parece ser un invento, donde al feminismo se lo cuestiona y agrede, donde se cierran ministerios y programas que apuntaban a abordar temáticas sobre perspectiva y violencia de género y donde la propia violencia de género también parece estar discutida.
Éstas no son ideas aleatorias o tiradas al azar, sino que tienen un objetivo y va de la mano del relato de quienes nos gobiernan hoy, del discurso de odio que intentan instalar y el claro propósito de cuestionar y desmantelar espacios, leyes y discusiones ya saldadas. De un claro retroceso en materia de Derechos Humanos y pretensión de desmantelar políticas públicas. Sabemos que algunos de los medios de comunicación y redes sociales muchas veces son los portavoces de los gobiernos.
Estos comentarios e ideas arrojadas maliciosamente tienen también como objetivo apuntar contra la víctima, en este caso las tres jóvenes y una de ellas menor de edad, acusando a las mismas de llevar una “mala vida” de prostitución o mencionar que pueden tener algún tipo de culpa por haberse subido al auto de un extraño y cobrar por ello. Esto tampoco es ingenuo, es un condimento más para transformar a la víctima en responsable y desviar el foco de lo sucedido.
Esto, claramente fue un femicidio
El femicidio según el ámbito internacional de los Derechos Humanos es: “La muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal; en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión”.
Por otra parte, en nuestro país, en el año 2012 se sancionó la Ley 26.791 que modificó el artículo 80 del Código Penal incluyendo al femicidio como agravante del homicidio.
“La figura no exige una motivación especial ni otros elementos subjetivos distintos del dolo, sino que la agresión se haya producido en un contexto de dominación o que, mediante ella, se haya podido desplegar un control general coercitivo, esto quiere decir que es irrelevante que el agresor haya tenido conocimiento o no de que con su acción reproducía o reforzaba la desigualdad estructural entre varones y mujeres o incluso que ésta haya sido su finalidad”, explica la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires Estela Díaz.
Entonces, volviendo al comienzo de estas líneas no podemos ni debemos hablar de buenas o malas víctimas, de buenas o malas personas, no podemos hacer un juicio moral sobre las jóvenes asesinadas. Son víctimas, las mataron, las torturaron, las engañaron, las manipularon, aprovecharon su estado de indefensión, hubo abuso físico, secuestro y todo esto sabiendo que una de ellas era menor de edad cosa que agrava la situación. Todo esto instala la figura de femicidio.
Ni porque podría ser tu madre, tu hermana, tu hija, tu sobrina o tu mujer o tu nieta o tu amiga o por tu vestimenta o porque tengas un short o una minifalda o top muy cortito o ejerzas la prostitución o te subas a un auto, o estés en la calle a la noche o te expongas en redes. No porque somos mujeres y tenemos derecho a estar vivas seamos gordas, flacas, feas, lindas, santas, putas o llevemos la ropa que elijamos. Esta no es una cuestión debuenas o malas víctimas como si hubiera algunas que merecieran la muerte, esto se trata de ponerle coto a un sistema que conlleva años y mediante el cual se oprimea la mujer ubicándola en unlugar de objeto del cual el hombre puede ser su dueño.
Hoy más que nunca es con ESI
Luego de este relato es urgente tomar todas estas discusiones que quieren instalarse y darles respuestas no solo desde el discurso sino también desde acciones puntuales y desde las políticas públicas. Es por eso que esimperioso reforzar la ESI dentro y fuera de las escuelas. ESI como una manera de ver el mundo y habitarlo. Interpelarlo, cuestionarlo y entenderlo.
La ESI es una de las herramientas con las que contamos para poder ir desmenuzando este caldo de cultivo, estos cimientos que sostienen a los femicidios. Entendiendo por supuesto que la ESI es para todos y todas, en todo espacio que transitemos.

ESI para comenzar a penetrar la capilaridad de los infantes y habilitar devenires libres que valoren las diferencias, que quiebren con los mandatos y estereotipos que la cultura cis hetero normativa y patriarcal impone. ESI para prevenir violencias, sufrimientos y evitar que estos crímenes de poder sigan sucediendo.
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Carla Elena. Autora del libro “ESI, haciendo camino al andar”. Editorial Sudestada. Autora del Capítulo “ESI como forma de prevenir diferentes formas de violencia” del libro “Tratado sobre Violencia” Editorial Raíces. Autora del capítulo se “De ESI si se habla” del libro sobre los 15 años de la ESI, compilado por la Legislatura Porteña. Coautora del capítulo “Bullying, una deconstrucción necesaria” del libro “Malestar en las escuelas, violencia de género, abordaje interdisciplinario». Ediciones Ricardo Vergara. Autora del capítulo “Abordar la ESI desde el arte, una oportunidad que no nos podemos perder» del libro “Escuelas en movimiento”. Ediciones Ricardo Vergara y autora del capítulo “Violencia una historia sin fin” del libro” Violencia de género, un abordaje interdisciplinario». Ediciones Ricardo Vergara. Autora del artículo: «ESI una deconstrucción social necesaria”. Revista Actualidad Psicológica. Compiladora del libro “Feminismos y adolescencias” Editorial Sudestada. Autora del prólogo del libro “Adolescencias y ESI”. Editorial Bonum. Psicóloga Social. Posgraduada en “Educación Sexual Integral: Desafíos de la implementación en el ámbito educativo y comunitario”. Diplomada en “Violencia Familiar y Género”. “Derecho de Niñez y Adolescencia”. “Discapacidad”. «Educación en Contextos de Encierro» “Despatologización de las Diferencias”, «Psicopatías», “ESI en territorios” y “Discapacidad y sexualidad”. Miembro de Forum Infancias. Docente. Columnista de Revistas Sudestada y El Furgón y Movimiento. Participa en Radio Tinkunaco, La casona y Radio Gráfica en micros de sociales. Miembro de la CONADI y Proyecto 7.
Instagram: @carlaelena5; Face: Carla Elena y Mail: carlaelena74@hotmail.com