jueves, abril 25, 2024
Nacionales

Ernesto Guevara en Misiones: Los primeros pasos

Por Sergio Alvez, desde Misiones/El Furgón

La mujer guaraní sostiene las pequeñas manos del niño. Así con los brazos extendidos verticalmente y la sonrisa impaciente, el guricito mueve los pies, intentando dar los primeros pasos de su vida. Estamos en Caraguatay, provincia de Misiones. Es 1929. Ese niño, de 14 meses, aprende a caminar en un rincón de selva, sujeto a los brazos pacientes de la mujer originaria que trabaja para la familia. Un pasito y otro más. La sonrisa abierta ante la inmensa aventura de andar. El gurí se llama Ernesto pero le dicen Teté. Algunos cuantos años después y para siempre, Ernesto será simplemente “El Che”. 

“Allí en la misteriosa Misiones todo es obsesionante: la selva impenetrable llena de enormes árboles que ocultan el sol con lianas é isipó. el yaguareté, el gato onza, el puma, el yacaré y el oso hormiguero son los dueños de la región para hacer que todo Misiones atrape y atrae” cuenta don Ernesto Guevara padre, acerca de Caraguatay, a dónde arribó en 1926 atraído por la “fiebre del oro verde”, como se denominaba a la obsesión de miles de colonos que llegaban a la tierra roja, tras el sueño de enriquecerse con el cultivo, entonces silvestre, de yerba mate.

La imagen que describe el papá del Che es propia de aquellos tiempos, previos a las heridas que el “progreso” dejó al entorno natural, mermando notablemente el flujo existente de fauna y flora autóctona en Misiones. De hecho, todos los animales que enuncia don Guevara Lynch, hoy están prácticamente extinguidos o en serio riesgo de extinción. En el lugar, huelga decir, hoy existen dos parques provinciales —uno lleva el nombre del Che—, considerados áreas protegidas.

Una foto en Caraguatay, Misiones, tomada en 1929, mostrará a un Ernesto Guevara de 14 meses de edad transportando una tacita en la mano (¿una bombilla de mate?), vestido con un abriguito blanco y cubierto por un horrendo gorrito que recuerda a un salacot colonial, prefigurando el desastre que en materia de indumentaria le acompañará toda la vida, el estilo peculiarmente desarrapado que hará su sello personal” aporta el investigador Paco Taibo en su biografía del Che, destacando otro de los pocos registros fotográficos que existen del niño Ernesto en Caraguatay.

El niño Ernesto vivió los dos años primeros años de su vida en Misiones. Aquí aprendió a caminar y balbucear sus primeras oraciones. Mientras, su padre fracasaba en el negocio de la yerba mate (sufrió el robo de casi toda su producción), descubría los misterios de la selva profunda, cazaba y construía presas sobre el arroyo Salamanca. El río Paraná, a metros del hogar, fue silencioso testigo de todo. De adulto, el “Che” expresará no conservar memoria de aquellas vivencias primigenias en la tierra colorada, pero sí haber oído una gran cantidad de relatos y anécdotas de aquel entonces.

Hoy apenas quedan ruinas de aquel caserón. En el mismo predio, allí en Caraguatay, funciona un museo llamado Solar del Che. Se accede a través de la ruta nacional 12.

En el recorrido por el museo se encuentran antiguas fotos del pequeño Ernesto aprendiendo a caminar sobre la tierra roja, mojando sus pies en el arroyo o en brazos de una mujer origen guaraní. Documentos difíciles de hallar incluso en las biografías más completas sobre el Che, o incluso en internet.

Muy cerquita, donde el pequeño Ernesto se diera algunos de sus primeros baños, está el arroyo y el salto “Salamanca“, palabra que casualmente da también nombre a un lugar mitológico que aparece en leyendas latinoamericanas muy populares, por ejemplo, en el sur de Bolivia, cerca de donde fue fusilado el Che.

Otro paralelo impresionante son las higueras. Hay higueras al rededor de la casa donde vivió el Che, y La Higuera es el nombre de la localidad donde fue fusilado. Cuentan los guardaparques que las higueras no existían en aquella época en que vivió el Che, sino que aparecieron después. Lo que sí había, como relata Ernesto padre en el libro citado precedentemente son plantas de Isipó, de características similares a la Higuera.

En las cercanías de Caraguatay también existe un arroyo de nombre Ñacanguazú, nada peculiar ni extraordinario sino considerando que en las cercanías de La Higuera en Bolivia, existe un río de nombre “Ñancahuazú” donde ubicó su campamento el grupo guerrillero dirigido por el Che.