Kuczynski renunció a la presidencia de Perú
Por Jorge Montero/El Furgón – Acorralado, sin apoyo popular ni fuerza política que lo respalde, el presidente de Perú renunció a su cargo cuando recién cumplía un año y siete meses de gestión. Luego de pretender erigirse como punta de lanza contra la Revolución Bolivariana de Venezuela e intentar prohibir el ingreso de Nicolás Maduro a la próxima Cumbre de las Américas, en Lima, de la que ahora él no formará parte.
Pedro Kuczynski anunció este miércoles su renuncia, luego de conocer que no contaba con apoyos suficientes en el Congreso para evitar su destitución. Este jueves estaba prevista la votación de la moción de vacancia en su contra, por sus vínculos espurios con la compañía Obedrecht. “Pienso que lo mejor para el país es que yo renuncie a la presidencia de la República”, dijo el mandatario al dar lectura a su carta de dimisión.
Así continúa el ignominioso recorrido de todos los ex presidentes peruanos vivos -Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala-, presos, prófugos o investigados por los tribunales.
Pienso que lo mejor para el país es que yo renuncie a la presidencia de la República”, dijo Kuczynski
Durante el primer intento de destitución del Congreso, Kuczynski había pactado con el partido fujimorista Fuerza Popular, el indulto al ex dictador Alberto Fujimori, quien se encuentra ahora en su casa. Sin embargo, no pudo evitar su salida del poder apenas tres meses después de la repudiada decisión.
Su renuncia sin lugar a dudas debilita a la corriente conservadora de la región, que se asumía como completamente consolidada. En este sentido es preciso citarlos episodios de corrupción que rodean al presidente de Brasil, Michel Temer y a Mauricio Macri, en Argentina, de consecuencias aún imprevisibles.
El torbellino político en Perú ocurre a semanas de la próxima Cumbre de las Américas. El encuentro de alto nivel, previsto en Lima para el 13 y el 14 de abril, se había presentado como una instancia “conflictiva”, por la exclusión de Venezuela, cuyo aislamiento pasa a ser tema central en la política regional dictada por la Casa Blanca, después de que Kuczynski retirara la invitación al presidente Maduro. Ahora, la incertidumbre que envuelve al ejecutivo peruano se extiende también al evento continental.